Pensaba que la unanimidad predominaba en la concreción del proyecto de Ñuble Región. Y lo hacía basado en el compromiso de todos, absolutamente todos quienes nos pidieron el voto. Sin embargo, a última hora, unos megaterios penquistas han salido a hacer "lobby" con argumentos escuálidos y manipuladores que nos deben poner en alerta en los días previos a la votación del Senado, el martes, sobre la creación de esta nueva Región.
Dicen que la Región de Ñuble no es viable, que significará una enorme sangría económica para el Estado, que no somos capaces de autogobernarnos exitosamente y que el "pituteo" político predominará. Incluso, llegan a argumentar en términos catastrofistas que Chile se está desmembrando al constituir regiones pequeñas.
Debemos rechazar con fuerza tamaña manipulación. Desde hace dos décadas nos hemos cargados de razones para demostrar que merecemos ser Región, porque vivimos extrema pobreza en gran parte de nuestra provincia. Y ello se debe, precisamente, a que desde el centralismo regionalista de Concepción no han repartido equitativamente los recursos para el desarrollo armónico de la décima región.
Somos la tercera provincia del país en el nivel de pobreza, con un 19,5%. Y eso, a pesar de nuestras posibilidades económicas en agricultura, en ganadería, en turismo, en riqueza forestal.
Ñuble tiene identidad propia, racionalidad y talento cultural reconocido por todos. Contamos con 21 comunas (más que 8 regiones del país), sobre una superficie de 13.179 kilómetros cuadrados. Con más de 460 mil habitantes, nuestra densidad poblacional es de casi 35 habitantes por kilómetro cuadrado, cantidad mayor que 11 regiones.
No hemos podido avanzar en nuestro desarrollo por los notables desequilibrios en la inversión pública y privada, con déficit en pavimentación, en riego, en turismo, en infraestructura, en modernización de la agroindustria… Por todo ello debemos reconocer que los ñublensinos tenemos un escaso sentido de pertenencia con la Región del Bio Bio.
Ñuble es cuna de héroes y talentos. Por historia, somos capaces de crecer, de surgir desde la realidad que nos toca vivir. Por cultura, somos capaces de potenciarnos, de desarrollarnos con creatividad, con iniciativa, con organización y esfuerzo compartido. Y por idiosincrasia, somos capaces de sacudirnos de la desigualdad, de levantar la vista con esperanza y de avanzar con paso seguro hacia el futuro que nos pertenece.
Miguel Ángel San Martín, Periodista.