Descubrir túneles bajo Chillán, no es cosa de ahora. Aunque nos llena de sorpresa y despierta comentarios cada vez que se descubre uno nuevo, esto viene ocurriendo con cierta regularidad cada vez que se hace alguna excavación, especialmente a partir de la reconstrucción tras el terremoto del '39.
"Por ahí circulaban los curas", dicen algunos con picardía. "Eran escondites de los españoles para salvarse de los ataques de los indios", afirman otros. Yo me quedo con la versión que nos entregó el 31 de enero del 2014 el arqueólogo Víctor Bustos, cuando fue llamado a entregar un informe tras el hallazgo de varios túneles cuando se reformaba la Avenida O'Higgins.
Señaló el especialista que los túneles son restos de un sistema de evacuación de aguas, tanto servidas como de lluvias, construidos con técnicas europeas, usando la mezcla llamada "calicanto", en la cual se utiliza mortero de arena fina con cal, utilizando la cáscara del huevo (calcio) y la clara como elementos de la mezcla.
Según Bustos, estos túneles se construyeron entre los años 1906 y 1920, a raíz de una epidemia de cólera que se registró en la zona. Y las autoridades sanitarias de entonces señalaron que se debió a que en todas las casas existía agua de pozo. Y que en los mismos patios, los baños utilizaban pozos negros. La cercanía entre uno y otro provocó la contaminación de las aguas y la consiguiente epidemia.
Debido a esta circunstancia, se ordenó la construcción de un sistema de evacuación de aguas (alcantarillado), mediante túneles que pasaban por el medio de las manzanas de la ciudad, que iban a evacuar al estero Las Toscas. Por eso, los túneles de los sectores del centro hacia el norte de la ciudad, llevan dirección este-oeste; mientras que los túneles del centro-sur, llevaban dirección norte-sur, de acuerdo con la trayectoria del estero.
Quienes construyeron el entramado, fueron dirigidos por españoles, conocedores de las técnicas europeas de la época. Por ello, el uso de ladrillos pegados con calicanto. Y las formas, similares a los acueductos romanos, con arco de medio punto en su parte superior.
Esta historia es importante rescatarla, analizarla y socializarla en la población, para que todos tomemos conciencia de que estamos en presencia de vestigios de nuestro patrimonio cultural. Y que debemos preservarlo, cuidarlo y mostrarlo, puesto que sobre estas bases se construyó nuestro Chillán, delineándose también la identidad tan característica del ñublensino de hoy.
Miguel Ángel San Martín Periodista.