Palabras del ministro
Señor Director:Las declaraciones del Ministro (S) del Agricultura, Claudio Ternicier, difundidas en su Diario (23/2) referidas a las Reformas al Código de Aguas y que son avaladas por otras autoridades de gobierno y parlamentarios demuestran ignorancia a la vez temeraria y peligrosa, obedecen a consignas ideológicas trasnochadas que la agricultura y el país no pueden aceptar. Son concepciones de una economía de países socialistas del siglo XX fracasadas y superadas.
Vivimos en un mundo del siglo XXI donde el emprendimiento, la iniciativa privada, los riesgos, el soñar es inherente a la libertad del hombre que trae progreso y desarrollo a las naciones, no amarrados a un Estado tutelar ineficiente y burocrático.
Las variadas reformas que ha impuesto el Gobierno, improvisadas, mal estudiadas, mal implementadas, han traído retroceso e incertidumbre al país con estancamiento de la economía.
La agricultura está enfrentando su propio calvario con la Reforma ideológica al Código de Aguas que se encuentra en el Senado para su discusión. Tal como está presentada, es claramente una expropiación encubierta de las aguas a sus titulares. Con eso cree imponer por decreto una mayor eficiencia en el uso del agua. Sólo traerá regresión de la economía agrícola como está sucediendo en otras áreas de la economía.
El problema que tiene la agricultura no son de leyes sobre las aguas, es el agua, que se está perdiendo en un 84% en el mar lo que debiera ser destinada para consumo humano y el sector agropecuario, pero para eso se necesitan numerosos grandes embalses, tranques, canales recubiertos y muchos otros.
En general la agricultura se ha desarrollado sin mayor ayuda del Estado, en el caso particular del riego de millones de hectáreas han sido históricamente por obras de visionarios agricultores que han construido sobre 170.000 kilómetros de canales por iniciativa y recursos propios, sin costo para el Estado con sus correspondientes bocatomas en infraestructuras.
La economía agrícola está siendo gravitante como potencia agroalimentaria exportadora de alimentos que debe ir en aumento, para eso se necesita la certeza jurídica de la propiedad sobre las aguas, sino muchas buenas ideas quedarán en el camino o las inversiones se irán a países vecinos que dan tranquilidad y seguridad a la inversión.
Se han gastado cientos de horas legislativas en estos años en la reforma que no aporta un sólo litro de agua a lo que debiera ser la verdadera preocupación y la legislación correspondiente.
Harían bien las autoridades y parlamentarios en tener prudencia a la hora de gobernar y legislar, que lo hagan mirando el bien de Chile, no por posturas políticas intransigentes que a nada bueno conducen, sólo traen atraso, incertidumbre, desempleo terminan castigando a los que más lo necesitan.
Alfredo Schmidt Vivanco, Ingeniero Agrónomo.
La otra reconstrucción
Señor Director: Más allá de haber nombrado un encargado especial para la reconstrucción de las viviendas y la recuperación precaria de enseres, con la consabida burocracia y papeleo para justificar en acceso la ayuda, a costa de asistencialismo y bonos que para nada van a recuperar lo perdido y que como siempre no llegarán ni a cubrir al 100% de los afectados ni mucho menos el 100% de sus necesidades básicas reales; para qué decir de recuperar alguna siembra, animales o cosechas arrasada.
La liviandad con que se enfrenta la destrucción de 500.000 hectáreas por el fuego por parte de la "clase política", en su conjunto llámese gobierno y oposición, hace ver que nada aprenden después de cada desgracia, sólo si han aprendido y siguen aprendiendo a seguir siendo desgraciados en el poder y no saber administrarlo para el bien común y del país.
Con el subsidio a las "necesidades de la gente" utilizado como maquillaje benevolente de un modelo perverso y que no le interesa cambiar, nada se dice sobre la reconstrucción real y necesaria, ¿cómo se definirá una nueva forestación? ¿cómo se recuperarán suelos erosionados? ¿cómo y qué se va a replantar? Si se hará en torno al modelo forestal de las cuadrículas que no respetan espacios, sinusoidales de terrenos, quebradas, vegetación nativas o suelos de cultivo.
Este tema como es para pensar con "inteligencia" no está en la capacidad de agenda de la política actual, ausente de esta "inteligencia" y que sólo obedece a lo que el modelo desde los patrones dueños del capital les impongan. De seguro hoy, ante una nueva sociedad transgénica surgida de la unión Bayer- Monsanto, será ésta la que les dará las instrucciones a gobierno y parlamento servil a sus intereses sobre qué hacer y cómo hacer la reconstrucción forestal y de los suelos erosionados, que es en el fondo la verdadera oportunidad de reconstruir una nueva política forestal de aguas y suelos agrícolas para Chile, después de este desastre que para nada fue natural.
Enrique Edis Jara Rivera.