Últimas lluvias no mejoraron el panorama hídrico de Ñuble
SEQUÍA. Una leve variación se registró en las precipitaciones, pero los caudales continúan con cifras rojas las que solo podrían mejorar este invierno con lo que deje el fenómeno del Niño.
Si bien las últimas lluvias generaron una variación positiva en los registros hidrométricos de la provincia y la región, éstas no son suficientes para revertir el déficit que tiene la zona.
Así por lo menos lo confirmaron las autoridades de la Dirección Regional de Agua, tras un nuevo balance del estado hídrico de las principales cuencas que presenta la región.
"Las lluvias del último rato son una condición puntual que no resuelven el problema de fondo, que es este arrastre que tenemos en término negativo de la condición hídrica. Esto es algo que no se va a resolver a corto plazo, a no ser que tengamos eventos de gran cuantía, pero de que ha influido y colaborado para paliar en parte la situación, es verdad, pero la situación de fondo no se soluciona con estos eventos que hemos tenido", confirmó César Saavedra, director de la Dirección Regional de Agua (DGA).
Pese a que los registros cambiaron, de un 49% de déficit de agua caída (lo que se apuntó hasta el 28 de febrero) a un 0,7% (hasta el 14 de marzo), el complicado panorama se mantiene, ya que las cifras deben variar hasta conseguir un excedente por sobre los dos dígitos.
"En términos de precipitaciones, lo que manda o lo que dan las directrices son principalmente las precipitaciones sólidas que influyen en los régimen que tienen los principales causes de la región y eso se extrapola también a los causes menores, los cuales tiene la condición pluviométrica. O sea, en la práctica es lógico que en la medida que tengamos precipitaciones de manera más frecuentes, van a ser condiciones puntuales que mejoren las situaciones en los sectores", analizó César Saavedra.
Las tres semanas que separaron los chequeos respecto de la cantidad de agua caída en la región, contando desde la última semana de febrero, permitió que los guarismos se modificaran y se pasara de un déficit del 33.3% en promedio respecto de un año normal, a un superávit de un 11,8%.
El niño
Esta situación podría mantenerse, ya que en materia meteorológica se espera la llegada del fenómeno climático conocido como "del Niño", el que traería aparejada lluvias para esta zona.
"Lo que esperamos que en esta época de invierno y el otoño, invierno que viene, vamos a estar influenciado por el fenómeno del niño, lo cual indica que tengamos una mayor cantidad de precipitaciones, con lo cual esperamos que tengamos una situación de normalidad", explicó el director regional de la DGA.
Según los informes de meteorología, todo indica que hay una mayor probabilidad que sea el fenómeno del Niño el que se presente desde junio en adelante, a que se baje esta condición, la que traería aparejada precipitaciones sólidas.
"Deberíamos tener una condición positiva en términos de mayores registros de pluviometría, tanto sólida como líquida. O sea, deberíamos haber cambiado la baja cantidad de nieve que se registró en el 2016, pero cabe destacar que la consolidación de esas precipitaciones sólidas en la cordillera depende de otras condiciones, ya que después de un frente que deje ese tipo de agua, debe existir un excedente de frío que consolide la nieve. El año pasado aunque no lo creamos nevó, pero los frentes o las condiciones climáticas posteriores a esas nevazones hicieron que no se consolidaran", indicó Saavedra.
Caudales en déficit
A la fecha, el estado de los ríos de la región del Bío Bío presentan un déficit promedio de 52,8% para el período abril de 2016 a marzo de 2017 y solo en este mes se detalla una baja de un 20,2%.
La situación regional se replica en los caudales de la provincia con cifras tan fuertes como lo que presenta la región. Solo el río Ñuble en el periodo de abril de 2016 a marzo de 2017 la caída en los registros es de un 56,2% y para marzo el registro detalla que el caudal del río Ñuble tiene un déficit de un 32,4%.
"El déficit hídrico de la zona es casi del 60% redondeando y estamos con una sequía que tuvimos el 98 y 99 en los caudales, y la sequía más grande que se tiene registro, el problema aparte de las pérdidas agrícolas tenemos asociadas unas bajas de precio agrícola, lo cual agrava el problema y merma de rendimiento en todos los cultivos y hay gente que va a perder mucho, entonces estamos afectados a un cambio climático asociado a una falta absoluta de solucionar este problema que es a través de la construcción de embalses ", dijo Margarita Letelier, presidenta de la Junta de Vigilancia del Río Ñuble.
Aun debido a la gravedad en la cuota de agua que traen los ríos Chillán e Itata, cuyo descenso va por sobre el 30% y 50%, es en el caudal del río Diguillín donde el panorama se vuelve nefasto.
"Sin el aporte en caudal que hemos recibido desde hace años desde el canal Laja Diguillín, cuyo fuente natural es el lago Laja, si no hubiésemos tenido ese aporte, la situación del caudal del río Diguillín hubiese sido realmente catastrófica", sentenció Juan Francisco Saldías, juez de aguas de la junta de vigilancia del río Diguillín y sus afluentes.
Los apuntes que tiene la DGA precisan que en el río Diguillín se generó un descenso de un 57,9% en el periodo que abarca abril de 2016 a marzo de 2017, computo que se repite para marzo de 2017 con un déficit de un 50,3%. O sea menos de la mitad de lo que antes traía de caudal.
"Somos tantos ahora que tenemos que ayudar a la naturaleza a revertir esta situación y cómo ayudarla, es haciendo el embalse Zapallar que nos permita acumular el agua en invierno para poderla usar en este periodo de verano donde hay déficit, para poder mantener la agricultura que produce sustento. Estamos trabajando en invierno cerradas las bocatomas, pero con un paso controlado de agua hacia el canal con el objeto que estos sigan manteniendo un caudal pequeño en el invierno y se infiltre y alimente en las napas subterráneas", dijo Francisco Saldías.
Por último, la estación río Perquilauquén, cauce que separa la región del Bío Bío con la del Maule, pero cuya disponibilidad afecta fuertemente a las comunas que se ubican al norte de Ñuble, presenta un déficit de 59,0% en el período abril de 2016 a marzo de 2017 respecto del promedio histórico, y para marzo de 2017 presenta un déficit de un 45,3% a la fecha, respecto del promedio histórico.
"El déficit de agua de la cuenca Itata y de otros ríos se debe a varios factores, como la situación climática, pero también se debe al manejo del suelo para almacenar de mejor forma la humedad, para lo cual se debe recuperar las buenas prácticas agronómicas. Por otra parte, el estado debe hacer más obras de acumulación de agua invernal. Aún sigue pendiente el embalse Punilla y se espera la aprobación otros, vale decir que se requiere enfrentar la sequía que cada vez será más aguda un plan maestro que aumente la oferta de agua mediante embalses, porque los ríos irán bajando su caudal estival, por otro lado los agricultores deben planear sus siembras de acuerdo a la baja del caudal de los ríos de donde ellos tienen acciones", subrayó el ingeniero agrónomo Eric Lantaño.
"Las lluvias del último rato son una condición puntual que no resuelven el problema de fondo, que es este arrastre que tenemos en término negativo de la condición hídrica".
César Saavedra, Director regional de la DGA"
Situación de los embalses
Dentro de los embalses que afectan a nuestra provincia, la Laguna Laja presenta un 14,6% de llenado respecto de su promedio histórico y de un 9,3% respecto de su capacidad. En tanto, la situación del embalse Coihueco presenta un llenado de 74,0% respecto de su promedio histórico y un 16,7% de llenado respecto de su capacidad. "El embalse Coihueco tiene la particularidad de que es con fines de riego y como tal, el uso que se le dio la temporada corresponde a las necesidades de los contiguos del sector, por lo que a la fecha debe tener el agua para terminar la temporada de riego", dijo César Saavedra.