Mabel González
La de ayer fue una jornada caótica para el mundo político, los mercados y el sistema judicial brasileños, pero muy especialmente para el gobierno del Presidente Michel Temer, después de que una investigación del diario O Globo revelara que el Mandatario presuntamente dio su aprobación para que se comprara el silencio del ex jefe de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, quien está en la cárcel por corrupción.
El escándalo amenaza con poner fin anticipadamente a la administración del ex número dos de Dilma Rousseff (que oficialmente concluye a fines de 2018) y llevó a la oposición y a algunos sectores oficialistas a movilizarse a las calles para exigir la renuncia de Temer. El gobernante, sin embargo, negó las acusaciones y aseguró que no va a dar un paso al costado.
"No renunciaré. Repito. No renunciaré y exijo un esclarecimiento pleno de todo", declaró Temer en un mensaje a la nación transmitido desde el Palacio Presidencial de Planalto.
"Quiero dejar muy claro que mi Gobierno vivió esta semana su mejor y su peor momento", dijo el Presidente, quien en el primer caso citó "la caída de los indicadores de la inflación, los números del retorno del crecimiento y la generación de empleo, con esperanza de días mejores".
El caso
El diario O Globo publicó el miércoles una información según la cual Temer habría sido grabado por un empresario que colabora con la justicia en investigaciones sobre corrupción cuando avalaba un supuesto soborno a un ex diputado preso a cambio de su silencio.
El objeto de la presunta coima sería Eduardo Cunha, ex titular de la Cámara Baja, antiguo aliado del gobernante y promotor del juicio político que condujo el año pasado a la destitución de Dilma Rousseff y, por consecuencia, llevó a Temer al poder.
Como había hecho la víspera mediante una nota, Temer negó ayer que haya consentido con algún tipo de soborno para alguien.
"En ningún momento pedí que pagaran a quien quiera que sea para que no hable" y "no compré el silencio de nadie", afirmó el Jefe de Estado.
Poco antes de su declaración, el Tribunal Supremo confirmó la apertura de una investigación en contra del Presidente por obstrucción a la justicia.
El magistrado Edson Fachin, instructor del caso Petrobras , dio luz verde al pedido realizado por la Procuraduría General, por lo que Temer pasa a ser formalmente investigado en el marco de la operación Lava Jato.
De acuerdo con la Constitución brasileña, un Presidente sólo puede ser investigado por los actos cometidos durante el ejercicio de su mandato y la supuesta obstrucción a la justicia, según O Globo, fue realizada por Temer en marzo pasado.
Visiblemente molesto, Temer aludió a la decisión del tribunal aseverando que "no preciso de cargo público ni de foro especial", ya que "no tengo nada que esconder" y "por eso registro enfáticamente que la investigación pedida por la Corte Suprema será el territorio en que demostraré mi inocencia". El gobernante reconoció el miércoles que se reunió en marzo con el empresario de JBS, pero negó que comprara silencio de Cunha.
"No renunciaré. Repito. No renunciaré y exijo un esclarecimiento pleno de todo (...) No tengo nada que esconder".
Michel Temer, Presidente de Brasil"
"Con la responsabilidad de no dejar que Brasil se sumerja en lo imponderable, sólo nos resta la renuncia del Presidente".
Ronaldo Caiado, Senador oficialista"
cayó ayer la Bolsa de Sao Paulo en reacción al escándalo, por lo que debió suspender sus cotizaciones. 10%