Comunas más pequeñas no tienen recursos para enfrentar emergencias
ÑUBLE. Sólo Coelemu cuenta con un presupuesto abultado para enfrentar una eventual catástrofe natural, mientras que el resto de sus pares sólo recibe lo que les entrega la Onemi.
A tres meses de los incendios forestales, catástrofe que llevó a los municipios de la provincia a movilizarse, aún quedan temas pendientes como la manera en que se reacciona frente a situaciones de riesgos y emergencias.
Bajo esta perspectiva, la Asociación de Municipalidades de Chile (Amuch) elaboró un estudio sobre la gestión de riesgos y emergencias que tienen los municipios en la disponibilidad presupuestaria y el nivel de gasto para atender este tipo de situaciones, resultados que dejaron a Ñuble con inversiones bajas en esta materia.
"La gran problemática nuestra es que no aprendemos de las situaciones que ocurren. El gran problema no es recurso, sino que la descentralización, ya que no es un tema país, pero es en situaciones catastróficas donde se vive la descentralización en carne viva. Impacta que, si ocurre algo en Chillán o en otras de las comunas de Ñuble, las autoridades de tu zona deban llamar a Santiago para que les manden ayuda y eso debe ser fuerte, ya que no puede ser posible que no se cuente con implementación como un avión o helicóptero, o que éste no llegue rápido, pues en Santiago no pasa eso", comentó Andrés Chacón, director ejecutivo de la Amuch.
Basado en el presupuesto que los municipios de Ñuble destinaron el 2016 para cubrir las necesidades de la comuna en materia de riesgos y emergencias, se puede concluir que la preocupación prácticamente no está puesta en esta área. Según la Amuch, el promedio para el ítem Emergencias se ubicó en $3.150.000, muy por debajo de la media nacional, que alcanzó a $20.815.472.
Mayor aún es la preocupación al corroborar que los municipios de Bulnes, Pemuco y Portezuelo no destinaron presupuesto alguno para este tipo de ítem.
"A raíz de que no se dispuso presupuesto, tanto en el 2016 como en 2017, en áreas tan sensibles como es riesgo y catástrofes naturales, en los próximos días vamos a rehacer el presupuesto justamente para destinar fondos para este tipo de ítem. Lo que se tiene es el presupuesto del gobierno comunal anterior, el que está muy débil y desordenado en varias áreas. La idea es poder mejorar aquellas en las cuales hemos tenido este tipo de crisis, como lo que vivimos en el verano con el incendio y considerar que viene el invierno y también debemos estar preparados ante una emergencia que se presente", explicó Jorge Hidalgo, alcalde de Bulnes.
En este mismo punto, fue el municipio de Coelemu el que destinó la mayor cantidad de presupuesto, dejando $19 millones para ser ocupados ante una eventualidad mayor, mientras que comunas como San Carlos y San Ignacio destinaron una partida de $1 millón en caso de emergencia.
"Este año obedece a los incendios forestales que nos afectaron en febrero, ahí está el gasto que es fundamentalmente para combustible para maquinaria pesada, transporte de personal y ese tipo de cosas. Nosotros construimos el cortafuegos más grande de la región, desconozco la realidad del país pero en la región invertimos mucho dinero en resguardar la integridad de la mayor cantidad de personas que viven en nuestra comuna, aunque igual tuvimos mucho apoyo de la Dirección Regional de Vialidad y del Ejército en esta emergencia, pero igual los gastos son cuantiosos en este tipo de emergencia", dijo Alejandro Pedrero, alcalde de Coelemu.
Si bien el 2016 la comuna de Chillán no informó presupuesto para catástrofes, en 2017 la situación cambió y hoy se inscribe con el mayor cómputo destinado a reaccionar ante un desastre natural, ya que proyectó $ 114.386.000. En segundo lugar nuevamente Coelemu se instala con $14 millones y San Nicolás esta vez inscribe $8 millones para un evento de esta magnitud.
En tanto que Pinto es una de las comunas que si bien no informó lo que invirtió durante el 2016 y lo que proyectó para el 2017, tiene en sus arcas una parte destinada a este tipo de emergencias, sobre todo desde que el 31 de diciembre del año pasado se declaró la Alerta Amarilla en el complejo volcánico Nevados de Chillán, cuyos pulsos eruptivos han proseguido hasta hace menos de una semana.
"No informamos nuestro presupuesto porque no contamos con éste, dado que al ser una comuna tan chica y tener muchas necesidades, no se pueden destinar fondos exclusivos para este tipo de materias, pero lo que sí disponemos de manera inmediata ante una emergencia es lo que nos entrega la Onemi, a quien se le informa y se encarga de entregarnos los recursos que se necesitan para enfrentar la catástrofe", dijo Hugo Villablanca, encargado de emergencia de la comuna de Pinto.
Si bien muchas veces lo que se tiene difiere con lo que se gasta, la media nacional que se ocupó el año pasado fue de $18.276.889 por municipio, siendo Salamanca el que informó el mayor gasto con $204.910.557, en tanto en Ñuble los municipios de Pemuco, Portezuelo y San Ignacio declararon no tener gastos en este ítem.
"Los municipios chicos, toda la gente que trabaja en ellos es bajo el concepto, disculpando la expresión, de circo pobre. Todos hacemos distintas funciones, entonces mi jefe de gabinete está encargado de Desarrollo Comunal, así también el Dideco está encargado del tema de emergencia y él desarrolla bajo toda la presión de ver el tema social, los programas de gobierno y se encarga de las emergencias. Entonces, más allá que no aparezca en el presupuesto una cantidad de dinero para gastos varios producto de una emergencia, sí se cuenta con un monto para ser gastado ante una eventualidad de esta naturaleza", subrayó el alcalde de Portezuelo, René Schuffeneger.
Diferencias
Las brechas en la disponibilidad presupuestaria y al nivel de gasto que pueden emplear son bastante importantes, ya que los municipios de carácter urbano pueden invertir y gastar hasta 4 veces más en comparación a aquellos que son rurales y que poseen un menor grado de desarrollo.
"Uno de los puntos importantes que se nota en momentos de catástrofes, sobre todo en la provincia, es la invisibilización de las municipalidades a nivel país. Los temas municipales no se ven con fuerza, por ejemplo en los planes que realiza la Onemi, donde no se nombra a los municipios y además en sus planes no están los municipios; entonces el director de la Onemi argumenta cuántos helicópteros se necesitan, pero nunca se les consulta o aparece la voz del alcalde que conoce la realidad de su comuna, es como si no se viera", aclaró Andrés Chacón.
Uno de los puntos fundamentales de cómo enfrentar una catástrofe es el estudio actualizado de los Planes Comunales de Protección Civil y Emergencias entre 2016 y 2017. Para ello la Amuch consultó cuántos municipios de Ñuble cuentan con algún documento en el que estén identificados los riesgos, ya sea amenazas o vulnerabilidades, que existen en su territorio. De sus respuestas se desprende que sólo las comunas de Bulnes, Chillán, Chillán Viejo, Coelemu, Pemuco, San Carlos, San Ignacio y San Nicolás cuentan con este tipo de información, pero no así las comunas de Coihueco, El Carmen, Ñiquén, Portezuelo y Ránquil, que no registran este dato crucial a la hora de planificar.
"Siempre en las comunas se tiene un Pladeco, el cual está vinculado con el plan de emergencia y son normas que vinculan a los municipios por lo que tienen en el plan. En el fondo existen profesionales que están a cargo de esto, no cualquier persona puede hacer esto, no como se da en otras áreas del municipio; pero llama la atención que más de un 60% está conformado por profesionales y otro tanto por técnicos superiores, por tanto el 80% de los municipios tiene entre profesionales y técnicos superiores, en los Pladecos, que son los que involucran programas de prevención de riesgo", sostuvo director ejecutivo de la Amuch.
"No informamos nuestro presupuesto porque no contamos con éste, dado que al ser una comuna tan chica y tenemos muchas necesidades no se puede destinar fondos exclusivos para este tipo de materias"
Hugo Villablanca
Encargado de emergencia de la comuna de Pinto."
Emergencias comunales
Las emergencias se originan en el nivel comunal, por lo tanto es en las Municipalidades donde se debe producir la captura y registro inicial de la información. En 2012 la ONEMI constituyó una Plataforma Nacional para la Reducción de Riesgos de Desastres, instancia desde donde surgió en 2015 la "Política Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres", acompañada de un "Plan Estratégico Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres 2015-2018" para hacer efectivo el cumplimiento del Marco de Acción de Hyogo (MAH) que el Estado de Chile firmó en 2005 y en el que los países firmantes se comprometieron "a reducir de manera considerable las pérdidas que ocasionan los desastres, tanto en términos de vidas humanas como en cuanto a los bienes sociales, económicos y ambientales" .