Chillanejo que es prioridad para un trasplante de corazón vive una angustiante espera
SALUD. Juan Carlos Aqueveque (59) tiene tres baipás y tuvo que dejar de trabajar.
"Vivir cada día como si fuera el último" es una frase cliché que, dice Juan Carlos Aqueveque, lo representa por completo. Su corazón día a día corre el riesgo de detenerse para siempre. A menos que aparezca un donante de órganos que le salve la vida a la primera prioridad en el sur de Chile.
El chillanejo de 59 años vive en la población Santa Elvira y hace 15 años manifestó los primeros síntomas de una patología hereditaria al corazón. Su madre, ya fallecida, junto a su padre, le heredaron la deficiencia cardíaca que hoy lo tiene en una angustiante espera, mientras aparece alguien que le dé una posibilidad clara de mantenerse con vida.
"La esperanza no se pierde, porque lo que más tengo es fe. Fui fumador toda mi vida, pero gracias a Dios en los exámenes a los pulmones resultaron estar bien, y eso es algo muy bueno", dice Juan Carlos Aqueveque, quien hasta hace cinco años trabajó en el rubro bancario. "Trabajaba como cualquier persona, pero mi problema me pasó la cuenta y tuve que hacerme cargo de eso, preocuparme más de mi salud. Ahora vivo para cuidarme", agregó.
Actualmente, el chillanejo convive con tres baipás cardíacos. "Y hace ocho años empecé con problemas porque me cansaba, así que tuve que ver médico en Concepción y allá determinaron que la mayor parte del corazón estaba muerto", cuenta Juan Carlos Aqueveque.
Fue de esa forma que tras un estudio determinaron instalarle un desfibrilador. "Me ayudará en caso de que se detenga el corazón. Es una especie de electroshock portátil", contó.
Espera por trasplante
Manuel Inostroza, de 28 años, falleció el viernes 27 de mayo tras ser apuñalado dos días antes en San Gregorio, comuna de Ñiquén (su tierra natal), por un sujeto que padece esquizofrenia.
Tras la aprobación de su familia, en el hospital Herminda Martín se le hizo de inmediato la procuración de órganos, obteniendo ocho de ellos que beneficiaron directamente a igual cantidad de personas, quienes fueron trasplantados por primera vez en el sur de Chile, ya que recientemente el hospital clínico Guillermo Grant Benavente, en Concepción, fue acreditado para realizar este tipo de intervenciones quirúrgicas.
Si bien la primera prioridad en trasplantes ha sido durante el último año Juan Carlos Aqueveque, el corazón de Manuel Inostroza, reconocido futbolista amateur de Ñiquén, no resultó ser compatible.
Fue por ello que se le asignó el corazón a Carlos Jara, un hombre de 62 años. "Las personas que estamos a la espera de un trasplante nos alegramos cuando alguien tiene la oportunidad de recibir un órgano y en este caso fue lo mejor, si es que es compatible. Sólo queda esperar que lo acepte y se recupere, para tener una mejor calidad de vida", dijo Juan Carlos Aqueveque.
En efecto, dijo el chillanejo, vivir con un corazón debilitado "es algo que no se le desea a nadie". Ello, porque día a día vive con temor a que su corazón deje de latir. "Lo más común es que me canse si me agito, así que hay días en que amanezco bien y otros mal, pero uno está restringido de hacer una vida normal", agregó el hombre, quien hoy reside con su hermana y su padre, ya que nunca se casó ni tuvo hijos.
"La verdad no sé cuánto tiempo de vida me queda. No es algo que quiera saber tampoco, así que no le pregunto a los médicos", comentó Juan Carlos Aqueveque, quien agradeció a los funcionarios del hospital regional ubicado en Concepción.
Afortunadamente, su caso está cubierto por el Auge. "Sólo debo gastar plata en pasaje, y eso es una ventaja importante para todos los que estamos en esta situación", aseveró Aqueveque, quien planteó que "cuando no se está enfermo, uno cree que nunca va a necesitar un órgano, ni tampoco un familiar. Cuando a uno le toca, cambia su forma de ver la vida", reflexionó.