Esta tarde será presentada en la Biblioteca Municipal la novela "Hijos del bosque. Fillo Cuatro", de la cual es autor el ingeniero forestal César Hernández Riquelme. Éste se propuso dar rienda suelta a su imaginación, recogiendo un núcleo de vida real, para elaborar un relato entretenido y útil.
Es entretenido porque sorprende la crudeza de la temática, así como la finura de los detalles de las descripciones. Mostrando una realidad del Chile profundo, de nuestros campos y de la enredada vegetación del centro sur. Como está basado en un hecho real, excepcional e Irrepetible, resulta oportuno escribirlo para que quede en los anales de la Historia de nuestra tierra.
Un niño perdido en la vegetación, que crece sin más compañía que el verdor compacto, el canto de los pájaros, el ulular del viento y ese "fio fio" del ave crestiblanca, que resuena en los confines y se graba en la mente del muchacho, al extremo de ser lo único que sabe pronunciar.
Paralelo a su crecimiento, el relato se empapa de la vida campesina de un matrimonio solidario. Y la describe con detalles señalados, que nunca quedan en entredicho por su veracidad, por la rigurosidad del lenguaje bien empleado.
Atrae esta literatura que enseña con directa sencillez. Una novela debe dejar enseñanza certera. Por eso me gusta lo que queda tras este tipo de lectura, que no es otra cosa que la recuperación de tradiciones, detalles de culturas ancestrales, de paisajes nuestros que forjaron nuestra personalidad de hoy.
Considero de alto valor no sólo dejar constancia de nuestras tradiciones, sino que hacerlo con talento creativo. Recuperar aquellas que se esconden en la oscuridad de los tiempos. Y enaltecer nuestro patrimonio que se fue esculpiendo con aquella forma de vida, con la sencillez de lo original, y que nos fue moldeando hasta convertirnos en lo que hoy somos.
Relato que combina la excepcionalidad de la trama, con la tradición que está ahí, que pervive y que debemos sacar lustre para iluminar con su brillo la personalidad propia de los ñublensinos. Esa identidad que es observada y admirada desde afuera y que debemos valorar nosotros mismos.
La novela sobre Fillo Cuatro se va a convertir en una ventana abierta para observar y conocer aquella parte de nuestra idiosincrasia. Lo descubriremos leyéndola y, además, seguro que nos vamos a entretener. Y, como si fuera poco, nos enamoraremos del paisaje descrito finamente, mostrándonos un medioambiente salvaje, cautivante y que debemos preservar.
Miguel Ángel San Martín Periodista