Andrés Mass Olate
"La Isapre rechazó las seis primeras licencias de mi marido. Fueron tiempos difíciles, no me quedó más que hacer pública la situación, tras lo cual dejaron de cuestionarlas y finalmente las pagaron". Estas palabras corresponden a Claudia Vivanco, cuyo hijo, Diego, fue diagnosticado con Leucemia, y luego de un fallido tratamiento con quimio y radioterapia, fue finalmente trasplantado exitosamente de médula en Santiago.
No obstante, este panorama estará pronto a cambiar, ya que recientemente la Presidenta Michelle Bachelet firmó el proyecto de ley que creará el Seguro de Acompañamiento para Niños y Niñas (Sanna), que beneficiaría a alrededor de 4 mil niños afectados por contingencias graves de salud.
La iniciativa, cuya implementación será gradual, comenzando con patologías oncológicas, permitirá que padres y madres trabajadores que tienen hijos mayores de un año y menores de 15 y 18 años -según el caso- con enfermedades graves debidamente calificadas; permitirá tener una licencia médica para acompañar a sus hijos.
Cabe recordar que entre el 2014 y el 2016, fueron siete los niños que completaron su tratamiento por cáncer en la salud pública de Ñuble. La baja cifra se puede explicar debido a que muchas familias tratan a sus hijos en el sector privado, o en otras ciudades, de los cuales el Servicio de Salud Ñuble no tiene registros.
Por un año
Con este proyecto, los padres podrán hacer uso de una licencia médica que les permitirá ausentarse de sus trabajos por un máximo de 90 días, en casos de tener hijos con cáncer o trasplante de órgano; 60 días para casos de desahucio o estado terminal de los niños, y 45 días para casos de accidentes graves con riesgo vital o secuelas funcionales severas.
La normativa trae consigo la creación de un fondo de cotización obligatoria del empleador, que va a permitir a los padres tener esta licencia para acompañar a sus hijos durante 90 días en un plazo de 12 meses, en los tratamientos más delicados.
"El monto de dicha cotización será de un 0,03 por ciento de las remuneraciones imponibles, y se implementará de forma gradual, en igual proporción en que se va extinguiendo la cotización extraordinaria del fondo de contingencia administrado por las mutuales, hasta alcanzar la cotización de régimen, en enero de 2020, cuyos ingresos alcanzarán un monto anual superior a los 13 mil millones de pesos", detalló el senador Felipe Harboe, impulsor del proyecto mientras era diputado por Santiago.
Actualmente la iniciativa se encuentra en la Comisión de Trabajo del Senado, tras lo cual pasaría a Hacienda, y luego a la Cámara de Diputados. "Si el Ejecutivo le pone urgencia, podría estar lista en agosto", precisó Harboe.
Largo camino
La vida del docente de la Universidad del Bío Bío, Álvaro Acuña, sufrió un giro en 360 grados el 2012, cuando a su hijo le encontraron un tumor en el riñón. Luego del diagnóstico, el académico debió trasladarse a Santiago para poder tratarlo. Aunque reconoce haber sido un afortunado, ya que su empleador le dio las facilidades para enfrentar el difícil proceso, Acuña conoció la otra cara de la moneda.
Su llegada a la capital coincidió con la escritura del libro "Por todos los niños con cáncer" y la creación de la fundación "Sin Licencia para Cuidar", instancia que recibía a los padres que venían desde regiones en busca de terapias para sus retoños, además de comenzar a visibilizar la problemática a nivel nacional, finalizando con la reciente firma de la Presidenta Bachelet.
"Estamos muy contentos desde el punto de vista emocional, ya que es una lucha que veníamos dando desde el 2012. La Presidenta Bachelet lo asumió como compromiso de campaña y lo cumplió, facilitando la presencia de los padres en el tratamiento de sus hijos", puntualizó Álvaro Acuña.
Paso adelante
El pronto ingreso al parlamento del Seguro de Acompañamiento para Niños y Niñas con enfermedades graves (Sanna), sin duda fue valorado por los padres que enfrentan un problema de salud con sus hijos.
"Aunque me dieron facilidades en el trabajo, de igual manera por un tema formal, había que presentar las licencias (psiquiátricas), ya que había que viajar a Santiago para estar presente en el tratamiento contra la leucemia. Sin embargo, esta posibilidad es muy relevante, ya que hubo gente que incluso perdió su fuente laboral por tener que ausentarse para estar con sus hijos" precisó Eduardo Gutiérrez, presidente del movimiento ciudadano "Un Oncólogo para Ñuble", cuya hija se encuentra en terapias contra la enfermedad hace dos años.
Si bien, tras enterarse que su hija Sofía tenía una leucemia Linfoblástica, Cristián Barría pidió una licencia, la que se extendió por dos meses, desde ese momento optó por no solicitar más ese tipo de permiso. "Al enfermarse mi hija pedí una licencia por dos meses, sin embargo, eso me causó un descalabro económico. Hay que ir a un psiquiatra para obtener una licencia que te permita moverse sin problemas. Lo más seguro es que la rechacen, después viene el Compin. Es un alivio importantísimo que los padres puedan tener una prerrogativa como la Ley Sanna", destacó Cristián Barría.
A la hija de Gabriela Correa en tanto, se le detectó a los 3 años 7 meses leucemia Linfoblástica aguda. Tras ello, inició su tratamiento en Concepción, por lo que la vida de su familia se concentró en la capital regional. La necesidad de apoyo y contención llevó a su marido a pedir un permiso médico. "El pidió una licencia psiquiátrica, ya que era la única forma que estuviéramos juntos, ya que lo necesitaba a mi lado. No obstante, al mes se vio obligado a volver a trabajar, pues era la única fuente de ingreso, había que cubrir los gastos de la casa y los viajes", recordó Gabriela.
Con su marido trabajando en Chillán, Gabriela tuvo que asumir el tratamiento de su hija, recibía la ayuda de familiares, y gran parte de las 24 horas estaba junto a la pequeña Antonela esperando su recuperación. Pese a esto, la lejanía de la pequeña con su padre terminó repercutiendo en su estado de salud. "Ella estaba acostumbrada a estar todos los días con él, y tras el diagnóstico solo lo veía un par de horas, los sábados y domingos, lo que le significó un desánimo generalizado lo que complicó su tratamiento", precisó.
Apego a figura paterna
Por lo anterior, a juicio de Correa, la nueva ley será de gran ayuda para las familias, "si bien el que un hijo esté enfermo siempre es una preocupación constante, teniendo el apoyo de una normativa se hace más llevadero y esperanzador un tema como éste en el que la presencia de ambos padres es fundamental para tener éxito", sentenció.
En una línea similar se mostró Verónica Bravo, psicóloga del hospital Herminda Martín, quien precisó que hay una mejor adherencia al tratamiento cuando están presentes ambos padres, "ya que el paciente ve que todos están haciendo fuerzas para que él se recupere. La hospitalización de un niño es la hospitalización de la familia completa", remarcó la profesional.
Derecho
A juicio del senador Felipe Harboe, esta ley es de un tremendo impacto, y tiene un componente emocional y social muy importante. "Estamos cumpliendo un compromiso que empezamos por el año 2013 con la diputada Karla Rubilar, con Álvaro Acuña, Carlos Alvo, papás y mamás que sufrieron esta situación", afirmó el parlamentario.
En tanto, para el director del Servicio de Salud Ñuble, Iván Paul, la iniciativa apunta a la equidad. "Lo que hace es decirle a los padres y madres que no dependerá de su capacidad económica la decisión de si pueden acompañar a sus hijos enfermos", reflexionó el directivo sobre la relevancia de la iniciativa firmada por la Presidenta.
"Estamos muy contentos desde el punto de vista emocional, ya que es una lucha que veníamos dando desde el 2012. La Presidenta Bachelet lo asumió como compromiso de campaña y lo cumplió". Álvaro Acuña
Académico de la UBB y uno de los impulsores del proyecto."
Fortalecimiento familiar
La nueva normativa también significa un avance en términos de evitar tensiones familiares. Según Verónica Bravo, es positivo compartir que se compartan las tareas de las hospitalizaciones, pues hay más dificultades cuando solo uno participa en este proceso de la hospitalización. "Muchas veces la mamá llega al final del día a contar como van las cosas, en ocasiones con rabia, angustia, pena, por lo que si el padre no vive la experiencia no comprende a cabalidad, pudiendo generar más conflictos en la pareja, lo que no sucede cuando está inserto en la problemática", reflexionó la psicóloga del hospital Herminda Martín de Chillán.
4.000 niños aproximadamente son los afectados por alguna contingencia grave de salud: cáncer, transplante, desahucio y cuidados paliativos contra el cáncer y accidente graves.
$13 mil millones serían los ingresos que se alcanzarían el 2020 gracias a la cotización adicional de 0.003%, cifra que serviría para financiar la importante iniciativa.