Sename
Señor Director:Como el gobierno, sus ministros, sus parlamentarios se dan mil vueltas para explicar lo inexplicable, esto es la razón de otorgar más millones de dólares para aumentar la cobertura de la gratuidad universitaria del 50% al 60% (sexto decil) y no dedicarlos para mejorar en parte la grave situación del Sename, yo se lo diré, resulta que los niños del Sename, no hacen lobby, no marchan por las calles, no hacen declaraciones altisonantes, no tienen seudo-líderes político-oportunistas, pero lo que juega más en contra de los menores del Sename, es que ellos no votan. ¡Las cosas por su nombre!
Luis Enrique Soler Milla
DC, aborto y acuerdo
Señor Director:Los Demócratas Cristianos que aprobaron el aborto han faltado a su palabra empeñada y a sus principios. Pues, el 2006 suscribieron al "Frente Parlamentario Por La Vida", en el cual se comprometían a: "Rechazar todo proyecto de ley que acepte o suponga cualquier tipo de práctica abortiva". Y, además, faltaron a los Acuerdos del V Congreso Ideológico y Programático de 2007, que establecían: "El aborto es un atentado al derecho a la vida de cada ser humano. Frente al llamado aborto terapéutico, postulamos que es innecesaria una legislación que abra las puertas a la definición desde el Estado acerca de cuáles seres humanos pueden existir y cuáles no". Entonces, ¿por qué votaron a favor del aborto?
La respuesta es el acuerdo parlamentario. Quizá el comprometer estos votos le aseguró a la DC integrar una lista en la Nueva Mayoría. Pues, en el caso contrario perderían un número considerable de escaños. Es decir, una vez más primó el cálculo electoral por sobre los principios.
Javier Labrín Jofré.
Feministas, libertadoras y opresoras
Señor Director:Con ocasión de la discusión del aborto se escucha y lee mucho entre feministas la proclama libertaria: "Todas tenemos derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo", lo cual si bien podría alegrarme, al parecer un claro de luz individualista entre tanta oscuridad socialista, me desilusiona al no ser más que eslogan, una frase fácil y atractiva que se repite sin entender ni defender realmente.
El que todas y todos tengamos derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo implica lógicamente que tenemos derecho a escoger qué hacer con nuestro cuerpo, además de la libertad de decidir qué destino darle al fruto que obtengamos del "uso" de nuestro cuerpo; en otras palabras, el fruto de nuestro trabajo. De esto pueden derivarse dos libertades con las que el feminismo hegemónico (socialista o radical) no está de acuerdo: La plena libertad sexual y la libertad económica. Por razones de espacio me referiré solo a la primera.
La libertad sexual -que no incluye sólo el sexo, sino también el disfrute del erotismo y sensualidad- suele ser fuertemente reprimida por el feminismo, codo a codo con el conservadurismo más arcaico (¡vaya paradoja!). Ejemplo de ello es Amarna Miller, actriz porno y feminista prosexo que ha sido recurrentemente objeto de ataques por parte de quienes aseguran buscar liberarlas de lo que ellas consideran opresivo. Creo el sentimiento de todas estas mujeres que deciden "mal" sobre su propio cuerpo, como podría ser el participar en un Miss Reef, queda claro con una respuesta de Amarna a una de las tantas libertadoras feministas que suelen hostigarla: "Yo he llorado mil veces más leyendo los tweets que me mandáis que en ninguna escena porno. Pensad sobre ello". Pensemos sobre ello, la libertad no requiere de opresores, aunque se vistan de libertadoras y libertadores.
Juan Pablo Caneo.
En torno al aborto
Señor Director:El aborto es uno de los temas en agenda más delicados actualmente. Sea cual sea la posición, tomarlo con ligereza o fanatismo no ayuda en nada. ¿Se debe prescindir de las miradas religiosas de él? Obviamente, pero ¿significa que queda ajeno de consideraciones morales? Por supuesto que no. Además de la moralidad con que debe discutirse, es debido a cierto grado de sensibilidad con el que debe tratarse el tema. Pero ni una ni otra cosa deben impedir que el debate, como en cualquier otro tema público en sentido estricto, tenga como elemento principal la discusión racional o, si no racional, al menos razonable.
De la discusión parlamentaria y de redes sociales concluyo que la mayoría de los opositores al aborto tienen serios déficit argumentativos (y algunos son de plano vergonzosos y denigrantes, como los que naturalizan la violación). Pero no se engañen: también deja mucho que desear la defensa de la postura a favor del aborto. De esta nueva pasada de "argumentaciones", concluyo mantener mi posición contraria al aborto, desde una perspectiva laica y pretendiendo que sea lo más razonable, sensible y moral posible.
Joaquín Rodríguez