El 20 de agosto es una fecha enriquecida por el mes y el día en que hace 236 años nació el niño que estaría disponible para transformarse en el Padre de la Patria. Ese título consagrado por la historia, que comenzó en 1778, se enriquece ahora con la concreción de un hecho cívico que dinamiza con un nuevo nombre el Territorio de su natalicio, que ahora se ha transformado de capital de provincia en capital de región.
Desde aquí en adelante no sólo celebraremos el natalicio del Padre de la Patria, sino también el aniversario del día en que la presidenta Bachelet, que sacó adelante este proyecto hasta transformarlo en ley siga concurriendo a los actos aniversarios, cada 20 de agosto del futuro, por haber sido ella precisamente la gestora de tal iniciativa que compromete definitivamente a todos los ñublensinos. Si ella por modestia no lo entiende así, los alcaldes deberían invitarla, como una actitud de reconocimiento. Hacemos votos porque ella sea parte de esta nueva tradición.
En esta materia hay muchos nombres comprometidos. Imposible nombrarlos en esta columna, porque son muchos. Seguramente surgirá el historiador que haga este trabajo. Mientras tanto nuestra gratitud para los alcaldes, los parlamentarios y obviamente para el Comité Ñuble Región y sus sucesivos presidentes, que pusieron en juego muchos comportamientos, como son la paciencia, la confianza, la esperanza, la resignación, la generosidad, la abnegación y sobre todo el entusiasmo para llevar adelante una tarea, que costó mucho transformar en "compromiso de todos".
Con seguridad para esta nueva etapa van a aparecer los agoreros que nunca faltan, señalando la demora de algunos proyectos o promesas que se formularon. Quienes conocimos el esfuerzo heroico de los valdivianos, que se demoraron más de 30 años en conseguir su objetivo, ya estaba siendo objeto de críticas porque la promesa del "Teatro en el Río" todavía está en veremos. Pero ellos, los que trabajaron en ese proyecto, tienen muy buenas señales para manifestarles que comparen al Valdivia anterior al terremoto del 60, con este Valdivia de ahora y que adviertan las diferencias. Ellos también supieron ayudarnos a nosotros, cuando su comité vino a ayudarnos o el Senador Alfonso de Urresti, vino a darnos una conferencia sobre cómo ellos habían enfrentado este compromiso, que por dos décadas nos hizo sufrir. Pero al final, puro gozo y una muy buena lección para los agoreros, que si no quieren ayudar, que por lo menos guarden silencio.
Celebramos con el rostro sonriente el éxito de las dos cruzadas valiosas de estos últimos años y las cabezas que encabezaron estos triunfos: El Alcalde Sergio Zarzar con el Teatro Municipal y al profesor Hérex Fuentes, Presidente del Comité Ñuble Región.
Por Carlos René Ibacache I, Miembro Correspondiente por Chillán de la Academia Chilena de la Lengua