"Si Mistral tuviera 15 años hoy, sería dirigente estudiantil"
Jorge Baradit llegó a las librerías con "Historia secreta de Chile 3", cerrando una trilogía que ya es un hito, con más de 200 mil ejemplares vendidos. El autor, que esta vez revisa nueve episodios del almanaque nacional, habla de sus licencias narrativas, de Valparaíso y dice que "los que venden mucho, se convierten un poquito en parias".
El porteño Jorge Baradit es un fenómeno editorial y algo más. Las dos primeras entregas de su saga "Historia secreta de Chile" (Sudamericana) sobrepasaron por largo los 200 mil ejemplares vendidos y, vaya coincidencia, lo hicieron entrar en la historia de los superventas nacionales. La tercera parte acaba de publicarse, tuvo una preventa inédita a través de Internet y presiona la tecla de los héroes postergados, de las minorías silenciadas y de las verdades incómodas, pero antes de lanzarla el escritor llegó a conducir "Chile secreto", un programa de televisión inspirado en sus libros que tuvo su último capítulo hace una semana y que ya aseguró una segunda temporada.
En este tercer episodio, Baradit desgrana nueve historias que ocurrieron en el siglo XIX y XX; de esas historias que no quedan en los registros más oficiales y que apenas sobreviven en la memoria de unos pocos.
El libro parte con el espeluznante cuadro del incendio de la iglesia de La Compañía (1863), en Santiago, donde murieron más de 2.200 personas, y termina con el recuento de las sostenidas matanzas obreras que de norte a sur han remecido al país. También, y como expone la portada, esboza a una Gabriela Mistral política y frontal -aunque tatuada en el cuello y con un piercing en la nariz-, muy apartada de la profesora de las rimas colegiales, y pone en su justo lugar la epopeya del Piloto Pardo rescatando a los ingleses del Endurance en las fronteras de la Antártica. José Miguel Carrera y sus avatares incluso después de muerto tiene cabida en estas páginas, así como la revolución pascuense que encabezó María Angata. Los símbolos patrios, la presencia de negros en Chile y la endemoniada de Santiago también asisten a la cita de Baradit.
-¿Cómo fue la selección, qué criterio se impuso, qué dejaste afuera de este volumen? ¿Viene una cuarta parte?
-No sé si habrá un cuarto volumen, el compromiso eran tres. Pero historias secretas en Chile hay para escribir muchísimos libros más.
-Esto de sacar a la luz la verdad incómoda... parece que casi siempre la verdad es así, ¿no? ¿Qué piensas sobre la "posverdad"?
-Tenemos la tendencia humana a esconder lo que nos avergüenza. El problema es cuando es el propio Estado el que esconde no solo lo incómodo, sino también sus delitos y omisiones. Ahí cabe la denuncia y la memoria por encima de todo. Hay una guerra por la memoria en todo el mundo. Los antifascistas atacando las estatuas del general Lee en Estados Unidos son vanguardias radicalizadas de una necesidad social por revisar la propia historia y poner a sus actores donde corresponde.
-¿Qué licencias narrativas te permitiste en este tercer libro? ¿Apelas al lector, por ejemplo?
-Siempre apelo al lector, porque soy escritor, no historiador. Mi objeto es el lector, no el hecho histórico. El respeto por el hecho histórico es inapelable, las fuentes son sagradas, pero la forma de narrar debe acercar al lector o de otro modo perpetuamos el ciclo. No se trata de que la gente deba motivarse a cruzar un bosque académico para trepar a la torre para pedir algo de conocimiento, se trata de salir de la torre e ir al pueblo a conversar con las personas en su propio lenguaje. Este es un libro para gente común, como yo.
-Sobre la pugna entre carreristas versus o' higginistas, queda claro que no tomas bando por ninguno de ellos. ¿Son estos los héroes imperfectos de nuestra historia?
-Uno fue un aristócrata narciso y poco democrático que radicalizó la independencia a punta de golpes de Estado, la violencia por encima del voto de nadie. Un niñito bien que quería ser el Napoleón de América a través de un proceso de independencia que pasara exclusivamente por él y nadie más. El otro era un medio pelo lleno de inseguridades y traumas, apocado y callado, de reacciones violentas, explosivas, vengativo. Un tipo que no fue clave en la Guerra por la Independencia, que no fue nuestro libertador y que no contribuyó a la construcción posterior del Estado chileno. Además, involucrado en la razzia y asesinato de muchos próceres que fueron sus aliados, como Carrera y Manuel Rodríguez. Pero ambos fueron emancipadores, hombres que se jugaron todo por su país, pusieron en riesgo a sus familias, sus riquezas y sus propias vidas para liberar a la patria del imperio español. Eran patriotas de sangre, pero también podían ser pelmazos, como cualquiera.
-Eres el best seller del momento y tal vez alcances el estatus de long seller, como "Palomita blanca" y "Adiós al Séptimo de Línea". ¿Qué sientes en esa posición, has conocido a tus lectores? ¿Cómo ha sido ese intercambio?
-Maravilloso, porque no se ha conseguido el estatus publicando sobre vampiros fluorescentes o video games, sino con historia de Chile. Los lectores lo han entendido así y el agradecimiento es mutuo, más a ellos por recuperar el interés en nuestra identidad, nuestro pasado y comprender que de ese modo habrá más claridad para entender el presente y así tomar mejores decisiones para el futuro.
-Como en muchos ámbitos, dentro del mundo literario se cultivan envidias y odios. Te toca afrontar esas intensidades. ¿Cómo ves el panorama de las letras en Chile, cómo te insertas tú en ese universo?
-Nunca he estado muy dentro del mundo literario. Tengo tres amigos, un par de conocidos y ya. Es un mundo complejo que desconozco. Acuérdate que un poco entré por la ventana, recién a los 35 años. No estudié ninguna carrera humanista ni tenía conocidos en el medio, un absoluto outsider. Y ahora, convertido en best seller, menos. Los que venden mucho, se convierten un poquito en parias, se supone que el arte es dolor y miseria, tú sabes. De todas maneras siento que está cambiando, ya no es un club tan exclusivo como antes. La proliferación sana de editoriales pequeñas ha oxigenado el mundo literario y desde todos lados salen escritores increíbles con perfiles y voces muy disímiles. Cabros que no pescan las tonteras de los más viejos junto a otros que eternizan las prácticas más rancias, pero mezclados, enriqueciendo como nunca antes el medio.
-Aparte de escribir los tres libros de "Historia secreta de Chile" y de hacer el programa para la televisión, ¿a qué otras cosas has estado dedicándole tiempo, cómo va la escritura de tus propias ficciones?
-Me invitaron de la productora Fábula, de los hermanos Larraín, para desarrollar alguna idea propia. Estamos trabajando en una serie para pantalla chica. Pero esos procesos son largos y mega trabajados, puede terminar en un bombazo o en nada. También estoy escribiendo una novela para niños que ilustrará mi señora, Ángela González, trabajando en las notas para una novela de ficción muy demente y pensando en la tevé como medio para otras cosas más grandes. Las herramientas están ahí, las plataformas están disponibles y me encanta usarlas.
-¿Qué has estado leyendo por placer? ¿Qué serie o película sigues?
-Estoy leyendo "El Nazi y el Psiquiatra", de Jack El-hai, la historia del psiquiatra Douglas Kelly, encargado de analizar la conducta de los jerarcas nazis en prisión después de la Segunda Guerra Mundial. Es alucinante. En series terminé de ver "The Leftlovers" y comenzaré lo nuevo de "Twin Peaks". Me encantan las series que quiebran la percepción del espacio tiempo, las drogas en forma de relato, esos productos audiovisuales que funcionan como abrelatas de la mente, estados alterados, violencia mental y psíquica.
-¿Y cuál es la música que has estado escuchando por estos días, has ido a recitales últimamente?
-Estoy obsesionado con David Bowie y Nine Inch Nails. Me gusta el arte que te deconstruye la mente, que está constantemente diciéndote que hay que hacer "otra cosa". Bowie unió vanguardia con pop como nadie antes, juntó Butoh con rock; ciencia ficción con vestuario de vanguardia; Vaudeville con sicodelia; violencia sexual con pop del más azucarado. Una bestia.
jorge baradit es diseñador y escritor, nació en valparaíso y este año también publicó un libro de cuentos llamado "la guerra interior".
"Tenemos la tendencia humana a esconder lo que nos avergüenza. El problema es cuando el propio Estado esconde no solo lo incómodo".
andrés figueroa