La campaña de Ñublense en 1980 estuvo marcada por la gran presencia de hinchas en las tribunas y por la lucha de 22 elencos que aspiraban al ascenso, objetivo que los chillanejos cumplieron tras rematar en el segundo lugar de la tabla tras San Luis de Quillota.
Sin embargo, cada epopeya diabla está protagonizada por diferentes actores y el ascenso de 1980 fue lo encabezó el presidente Osvaldo Erbetta Walker, desde el ámbito dirigencial.
Todos quienes recuerdan al ex abogado, notario y conservador de San Carlos destacan su capacidad organizativa, trabajo metódico, responsabilidad y algo que para esos años era una verdadera hazaña, tener los sueldos al día.
El otrora timonel de los Diablos Rojos falleció a los 47 años por una falla cardiaca, pero su hijo, Osvaldo Erbetta, recuerda a un histórico de Ñublense. Osvaldo, quien es agrónomo vivió su época escolar en Chillán, luego emigró a Santiago a estudiar, pero retornó a la ahora capital regional donde es subgerente de producción en un frigorífico de Chillán.
- ¿Cómo recuerda a su padre?
- Cuando falleció mi papá yo tenía 16 años, y si bien era abogado de profesión, siempre le gustó mucho el tema del fútbol, incluso cuando chico le gustaba relatar partidos, ese era su pasatiempo, incluso trabajó en una radio en Chillán. Él no era bueno para jugar a la pelota, pero sí sabía mucho de este deporte, era muy fanático del fútbol, un tema que también heredó mi hermano que es abogado al igual que mi papá.
- ¿Cómo era la relación con don Osvaldo?
- Con mi papá en particular tenía una muy buena relación, además era su partner en la otra pasión que tenía mi papá y que es la agricultura y la vida en el campo, y producto de eso es que estudié agronomía. Lo acompañaba todos los sábados en la mañana al campo, en ese tiempo yo tenía como 14 ó 15 años y ya comenzaba el tema de las fiestas, pero la verdad es que poco me importaba eso, prefería levantarme temprano para estar con mi papá, era algo que privilegiada.
- ¿Y qué recuerda del tiempo en el cual asumió la presidencia de Ñublense?
- En ese tiempo en el que fue presidente yo tenía cerca de 5 años, por lo tanto, no me acuerdo mucho pero sí tengo algunas fotos mentales en las cuales recuerdo que mi padre estaba súper ocupado, a veces llegaba con pelotas a la casa, cajas con poleras también me acuerdo que iba bastante a reuniones en la casa del deporte.
- ¿Cómo analiza el trabajo de su papá en Ñublense?
- Me acuerdo mucho del relato de los amigos de mi papá, pero más que un sacrificio fue algo que hizo con el corazón. En rigor el encabezó un grupo de amigos en el cual todo se tomaron de la mano para empujar un carro hacia adelante.
- ¿Con el paso del tiempo cómo analiza el aporte de su padre a Ñublense?
- Cuando ya comencé a crecer me di cuenta del buen trabajo que había desarrollado mi papá, pero no sólo él sino que también todo el grupo de dirigentes que lo acompañaron y que eran grandes amigos y es por eso que muchos creyeron en lo que les dijo y todos se comprometieron en desarrollar el proyecto que era Ñublense, hasta el día de hoy muchos amigos de mi papá se recuerdan de aquella época de dirigentes y que llevaron a Ñublense a primera división. Fue un tiempo de mucha exigencia personal pero, también con una grata recompensa que fue el ascenso.
- ¿Acompañaba a su padre al estadio?
- La verdad es que no me acuerdo mucho si iba o no iba al estadio, pero sí cuando estaba como en séptimo a octavo básico me hice socio de Ñublense, en ese tiempo fui mucho tiempo al estadio con algunos amigos del colegio.
- ¿Mantuvo esa costumbre en el tiempo?
- La verdad es que fui bastante seguido hasta que terminó el colegio, pero tuve que irme a Santiago después volví a trabajar a Chillán ya que mi papá nos dejó un campo en San Carlos que era el mismo donde lo acompañaba cuando era chico, pero de ahí en adelante no volví mucho el estadio, además, fue la época en la que estaban haciendo el nuevo estadio, la última fue hace tres semanas atrás con mi hijo chico que también se llama Osvaldo, le saqué una foto en el estadio y se la mandé a algunos amigos.
- ¿Alguna vez le gustaría ser dirigente de Ñublense?
- Una vez Francisco Rossler me lo sugirió, pero no fue una invitación formal, quizás ser dirigente es algo pendiente que puedo tener en la vida.
- ¿La gente aún recuerda a su padre?
- Eso es algo que hasta el día de hoy me sigue sorprendiendo y a la vez es súper emocionante por ejemplo cuando voy a San Carlos, a la verdulería, en un taxi o cualquier otra situación y tengo que dar mi nombre de inmediato lo asocian con el de mi papá, siempre tienen palabras muy corteses sobre él.
"Para los 100 años me invitaron y en el discurso mencionaron a mi papá, eso me emocionó". "Mi papá generaba empatía con mucha gente, nunca nadie me ha dicho algo malo, lo que se decía se cumplía"."
Años 47