Patricio Vera Muñoz
No cabe duda que el cambio climático y su notorio arribo a tierras nacionales ha representado una nueva preocupación para las autoridades. Sin embargo, muchos prefieren verlo como una oportunidad, visión que paulatinamente gana terreno en el mundo de la agricultura.
La nueva realidad no sólo cambia las reglas del juego en las esferas agrícolas, sino que de paso abre nuevas puertas para dos cosas en particular: pensar seriamente en cultivos no tradicionales y además, pavimentar la ruta para contar con nuevas tecnologías que hagan el trabajo del campo más eficiente.
He aquí un ejemplo. La empresa Biotecnos desarrolla en la Región del Maule exitosas experiencias con cultivos de yuca y camote, especies que tienen por característica adaptarse de muy buena manera a distintos climas y más aún requieren muy poca agua para desarrollarse.
"Estas son especies con requerimientos de agua mucho menores a los cultivos tradicionales en Chile. El camote requiere un 70% menos de agua que el maíz y la yuca un 85% menos en la misma comparación. El camote tiene además un rendimiento de 30 mil kilos por hectárea y la yuca 27 mil kilos por hectárea. Un kilo de camote para consumo fresco a consumo minorista es del orden de los $2.000 y para la industria tiene un piso de $420. Para los productores es atractivo", indicó el doctor Rolando García-González, integrante del equipo que trabaja estas experiencias.
El profesional añade un dato que es bien recibido en Ñuble, pues comenta que la experiencia podría ser muy bien ejecutada en tierras locales, ya que las condiciones climáticas son similares a las de Maule.
"Cuando comenzamos con la idea del camote, las personas nos decían que el proyecto sería un fracaso, pero Chile tiene un punto muy interesante a favor, pues en verano posee días muy largos y mucha radiación. Eso requiere el camote precisamente y por eso probamos nuestra hipótesis, la cual funcionó. Creemos firmemente que en Ñuble funcionaría bien. Nosotros hemos probado con cultivos hasta Villa Alegre, así que un poco más al sur funcionaría con éxito sin duda", sostuvo.
Para el caso de los frutales y con el mango específicamente, García-González menciona que es una especie perenne que requiere tecnologías de cultivo más sofisticadas, pero no por eso sería imposible de realizar.
"Nosotros creemos que es posible, pero hay que trabajarlo en campos de cultivo protegidos. Teóricamente es posible, pero hay que dedicarle recursos. Nosotros vamos a trabajarlo, ya que es parte de nuestra cartera de proyectos en el corto plazo", mencionó.
Las nuevas reglas
Desde el Departamento de Cambio Climático de la Dirección Meteorológica de Chile aseguraron que los cambios más significativos relacionados con este fenómenos tienen que ver con la temperatura y las precipitaciones.
Según los termómetros, la temperatura media en el país se ha incrementado a razón de 0.14°C por década, sin embargo, los aumentos más significativos se han producido en el interior de la zona central, con alzas que van entre los 0.2°C y 0.3°C por década.
"Las precipitaciones están disminuyendo entre las regiones de Coquimbo y Aysén, pero los cambios mas intensos se han observado entre las regiones de Biobío y los Lagos con tendencias que oscilan entre los -40mm y -90 mm por década", señaló el meteorólogo de dicho organismo, Ricardo Vásquez.
El profesional sostuvo que proyecciones hechas al respecto indican que las precipitaciones continuarán disminuyendo durante el presente siglo, proyectándose entre un 20% y 30% menos de lluvias para fines de siglo XXI. Sin embargo, los problemas que se puedan generar dependerán de las medidas de mitigación y adaptación que se tomen como país para enfrentar el cambio climático.
Vásquez agregó que las zonas centro y sur se verán mayormente afectadas debido a la suma del alza de temperatura y la disminución de la precipitación, por lo que contarán con menos agua almacenada en la cordillera para los meses estivales.
"Otros efectos que se pueden esperar aparte de la falta de agua tienen relación con los eventos extremos, como por ejemplo el aumento de olas de calor, además de noches y días cálidos que pueden generar condiciones favorables para la propagación de incendios forestales", dijo.
Puertas que se abren
"Lo que uno ya empieza a evaluar y lo hemos visto con los frutales, es que se van trasladando más hacia el sur del país. Por supuesto que se abre una nueva puerta a la exportación con el caso de los avellanos, los arándanos y los cerezos que han estado muy en boga con un aumento significativo en hectáreas dedicadas a estos cultivos. Eso tiene que ver con el cambio climático".
Con esas palabras, la ingeniero agrónomo Jocelyne Raccoursier describe la actualidad agrícola de los campos. La profesional, quien posee un Master en Ciencias de la Agricultura, cursado en la Universidad de Western, Australia, asegura así que los fenómenos climáticos han sido mucho más pronunciados.
"Hay un tema de desregulación del clima. El invierno está presente, pero es como que la estación se estuviera corriendo. Hay años muy secos y otros con más precipitaciones. La agricultura se puede hacer más riesgosa y por ende, se debe empezar a utilizar más tecnología para prevenir ciertas cosas y hacer más eficientes el uso de insumos", señaló.
Raccoursier indicó que en ese sentido, el manejo del agua se hace muy importante, respecto de aplicar lo justo y utilizar herramientas de asesoramiento remoto que permiten visualizar cuando la planta sufre estrés. Según sostiene, eso ayuda a disminuir la incertidumbre del agricultor, quien antes tenía una receta que se aplicaba a un clima que conocía perfectamente, pero que dadas las condiciones actuales, ya no funciona igual.
"Es necesario tener otras fuentes de información que le permitan al agricultor tomar decisiones que antes no tenía que tomar. En países más desarrollados, el agricultor comienza a realizar una especie de microensayos en sus potreros con franjas experimentales y aplica ciertas dosis de fertilizantes. En Chile no vemos eso, pues está recién comenzando a desarrollarse el tema de las tecnologías y aún hay mucho desconocimiento. Es bueno que el agricultor se integre a estas tecnologías porque al final, le van a ayudar a enfrentar el cambio climático", comentó.
La experta añadió que si bien hoy existe un mayor acceso a maquinaria de punta, dado que sus costos han bajado ostensiblemente, falta poner el acento en la educación respectiva para su buen uso.
"Si se aplican con desconocimiento, terminan por no servir. Muchas veces se le hace mala fama a las tecnologías, pero el problema es su aplicación incorrecta. Esos son los grandes desafíos para la agricultura", finalizó.
"El camote requiere días muy largos y mucha radiación. Nosotros probamos nuestra hipótesis en Maule y creemos que en Ñuble funcionaría bien de igual manera".
Dr. Rolando García-González
Investigador Biotecnos"
Sacar ventajas de acuerdo al rubro
El investigador de INIA Quilamapu, Michael Wolff, aseguró que las medidas de mitigación que tomen los agricultores frente al cambio climático, dependen mucho del rubro que trabajen, pero básicamente hay que entender que la distribución de la lluvia va a cambiar. "A futuro, las precipitaciones van a focalizarse más durante la primavera. En eso hay que ser conscientes para elegir cultivos y definir los ciclos de riego. Otra cosa que se debe entender es que las lluvias van a ser más intensas y por lo tanto, hay que preocuparse más del manejo de los residuos de cosecha porque en parte, son claves para prevenir la erosión", señaló.
Proyecciones
El gobierno
desarrolló un Plan de Acción Nacional para enfrentar el cambio climático. El documento fue elaborado por el ministerio de Medio Ambiente y plantea medidas a tomar hasta el año 2022.
El estudio estima
que dado que Chile es considerado un país altamente vulnerable al fenómeno del cambio climático, las perdidas ambientales, sociales y económicas en el país por este fenómeno podrían llegar a ser significativas, alcanzando al ano 2100, un 1,1 % anual del PIB.
En materia de salud
se estima que las variaciones climáticas podrían detonar un aumento de la ocurrencia de algunas enfermedades ya existentes en el país y facilitar la introducción de otras nuevas .
Para el turismo
los aires tropicales potenciarían el norte del país, pero también traerían efectos negativos como el derretimiento de glaciares y la aceleración de los ciclos reproductivos de plagas como tábanos y zancudos.
-30% de precipitaciones es la proyección máxima que se espera en Chile para fines del siglo XXI. Sus efectos quedarán sujetos a las medidas de mitigación que se adopten en Chile frente al cambio climático.
0.14°C se ha incrementado por década la temperatura media en el país. Los aumentos más significativos se han registrado en la zona central con alzas de hasta 0.3°C.