Matías Jullian Velásquez /Efe
La Canciller alemana, Angela Merkel, se comprometió a luchar por reconquistar el electorado perdido a favor de la ultraderecha y a buscar socios para lograr un Gobierno estable, en medio de las presiones desde sus filas para girar hacia posiciones más derechistas.
Merkel volvió a ser imbatible, ya que su coalición formada por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) obtuvo un 33% de las votaciones, consolidándose como el bloque político más poderoso de Alemania.
Pero, de igual manera, perdió 1,3 millones de votantes en dirección al Partido Liberal (FDP) y otro millón que se fue a Alternativa para Alemania (AFD), que quedó tercera en las elecciones. Así, un pacto ultraderechista volvió a Bundestag (Congreso alemán) por primera vez desde 1945.
A pesar de la victoria, Merkel admitió ayer que el resultado no es "el que hubiésemos deseado". Por lo mismo, aseguró que "nos proponemos especialmente recuperar a los votantes que se fueron hacia AfD. Lo haremos a través de una buena política, destinada a atajar los problemas de la gente", descartando que esto implique dar un giro a la derecha.
Futuro gobierno
Además de redoblarse las presiones del ala más derechista de su bloque, Merkel se ha encontrado con el "no" de Martin Schulz -presidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD)- a reeditar la conocida como "gran coalición", lo que le resta capacidad de maniobra para negociar la siguiente alianza de Gobierno. "Hemos decidido que somos la oposición. Veremos ahora qué gobierno se forma", indicó Schulz.
El objetivo de la Canciller es lograr una "mayoría suficiente para tener un Gobierno estable", pero si el "no" del SPD es irreversible, sólo le queda probar un tripartito con Verdes -con un 8,9 % de los votos- y FDP, una fórmula inédita a escala federal y que ha sido bautizada como "Jamaica" por los colores con que se identifica cada partido: negro para la CDU, amarillo para FDP y verde para los ecopacifistas.
Los líderes de estos dos pactos, el liberal Christian Lindner y el verde Cem Özdemir, se mostraron dispuestos a intentar forjar el tripartito, aunque destacaron los abismos programáticos existentes en aspectos clave de sus respectivos programas, como en la industria y el medioambiente, por lo que la opción tampoco aparece como fácil.
"Los votantes nos han dado un mandato, formar Gobierno, y nuestra obligación es ejecutarlo", zanjó Merkel.
Tensión en ultraderecha
A un día del histórico triunfo de la ultraderecha en Alemania, la copresidenta del AFD y uno de los rostros más mediáticos de esa formación política, Frauke Petry, anunció por sorpresa que no se unirá al grupo parlamentario de su partido en el Bundestag, mostrando las primeras tensiones en el bloque.
Petry, quien logró un escaño por Sajonia y está identificada con el ala más moderada del partido, anunció su decisión en una conferencia de prensa sin habérsela comunicado antes a los otros dirigentes del partido que comparecían junto a ella y se remitió a las diferencias entre los distintos sectores de la formación política.
La copresidenta de AfD, quien abandonó la sala sin esperar a las preguntas, explicó que los disensos dentro del partido no son un problema cuando se está en la oposición, pero sí cuando se quiere llegar al Gobierno, lo que es su objetivo, por lo que ha preferido no sentarse en el Bundestag junto a sus compañeros. "Hay diferencias abiertas en AFD y creo que no debemos callar como una tumba", señaló la dirigente, quien dijo que su fuerza política había actuado en las últimas semanas como un "partido anárquico".
Los caras de sus compañeros dejaron claro que desconocían la intención de Petry de soltar su "bomba", como la describió el copresidente, Jörg Meuthen, el día en el que el partido celebraba su irrupción en el Bundestag como tercera fuerza política.
"Después de una cuidadosa reflexión decidí declinar. Hay diferencias abiertas en AFD y creo que no debemos callar como una tumba".
Frauke Petry, Copresidenta de AFD"
de los votos obtuvo la coalición formada por la CDU (el partido de Angela Merkel) y el CSU. 33%
fue el último año en que un partido ultraderechista tuvo un escaño en el Congreso alemán. 1945