Chillán, Capital del Ñuble
Señor Director: El gran desafío de ciudad que se debe asumir es el de ser capital de la nueva Región del Ñuble, desafío que en la actualidad tiene sus variadas deficiencias, que van desde el crecimiento político y falta de representantes identificados con Ñuble en el Congreso, donde incluso el único de raíces ñublensinas obedece a las indicaciones de su partido político, que es parte del gobierno centralizado y presidencialista, que impone sus políticas sin dejar espacio al debate local de las políticas públicas.
Como ciudad, la capital regional carece aún de un Plan Regulador, pese a lo cual sigue manteniendo un sostenido crecimiento urbano inmobiliario en completo desorden, lo que data desde épocas anteriores, donde los vicios de conectividad no han sido capaces de corregirse por la inoperancia consistorial sostenida durante todos los gobiernos municipales.
A esto se agrega la ausencia total de Pladeco, que está siendo elaborado sin especificar criterios en base a la identidad edilicia, conservación patrimonial y desarrollo inmobiliario de la capital regional, siguiendo el patrón de los fracasos de otras ciudades que mantienen el principio de hacinamiento y radicación de poblaciones en la periferia, ajenas a los servicios mínimos, transformándose a futuro en guetos de elite o bolsones de pobreza donde los ojos no los vean.
Cabe reflexionar y pensar seriamente si acaso nuestros actuales representantes están trabajando los criterios mínimos de Chillán como capital regional, algo que hasta el momento no se ve. Puesto que ello descansa en una delgada presidencial que no sabe si lo que deje será de continuidad en un próximo gobierno, que puede ser diferente del actual.
Enrique Edis Jara Rivera.
Falta de criterio y democracia
Señor Director: Al leer uno de los comentarios aparecidos en Cartas al Director de Crónica Chillán, del día 11-10-2017, referente a las próximas elecciones nacionales, escrita por una persona que por sus anteriores comentarios puedo deducir que es individualista, falto de democracia y su afán es sólo ver la parte negativa de las cosas o acontecimientos. Esta opinión que, aunque sea personal, raya en la ignorancia política al decir que, por estar confuso el panorama electoral, es mejor no ir a votar. Es no conocer la democracia, donde todos los pensamientos pueden tener una opción para postularse, con diferentes ideas y forma de mirar la política, libre de restricciones y leyes que no le permitan expresarse. Sé que el Señor Víctor Volante añora un tiempo que sólo teníamos que ver una TV, escuchar en cadena nacional a una sola persona, la democracia no se podía practicar y menos la participación y la opinión libre. Yo, al contrario, invito a todos los ciudadanos a ejercer un derecho ganado, el derecho a votar, libre, en secreto y teniendo una diversidad de candidatos e ideas. Así podrá más tarde tener el derecho de opinar con toda propiedad sobre política contingente y sobre las diferentes leyes y acontecimientos nacionales.
Raúl Ferrada Varas.
Educación jesuíta
Señor Director: Comprobado y experimentado. En Chile no ha habido ni habrá mejor educación que la que recibimos de los curas de la Compañía de Jesús. La mayoría de los líderes y personas de bien que ha tenido Chile han "sido egresados" de la enseñanza del tiempo de los Colegios Jesuitas.
Todo el resto han sido experimentos fracasados que hasta nuestros días no han podido ser superados, aunque los "comecuras" hayan hecho esfuerzos por mostrar lo contrario.
Víctor Volante Leonardi.
Estado austero
Señor Director: Resulta sorprendente la preocupación de la Ministra del Trabajo por el patrimonio privado de AFP Capital. Es de esperar que esa preocupación sea, al menos, equivalente respecto del sector público y el buen uso de sus recursos, pues en lo que va de la administración Bachelet han aumentado en 27 mil los funcionarios, pudiendo llegar a los 40 mil de acuerdo al presupuesto 2018. Me pregunto si los chilenos estarán de acuerdo en que sus vidas han mejorado substancialmente con tanto nuevo servidor. Personalmente, creo que no, por lo que se abre una legítima sospecha acerca de la necesidad de estos nuevos trabajadores, especialmente cuando vemos cada día que las nuevas tecnologías permiten realizar funciones similares con menos personas.
Es por esto que, como contribuyente, cuestiono la urgencia en la creación de estos nuevos puestos y los respectivos sueldos que pagamos todos los chilenos. ¿Será el conocido 'cuoteo político' de las instituciones el que podría estar asechando las arcas públicas, o es tal vez una estrategia para maquillar el desempleo? Espero no sea ninguna de ellas y el Estado se asegure de mantener la austeridad, fiscalizar eventuales despilfarros en posibles pagos a operadores políticos, viáticos, renovaciones de vehículos, entre otros gastos innecesarios respecto de las evidentes urgencias que vive el país.
Nicolás Gastó Bakx.
