El año "bonito" de Moral Distraída que los tiene a un ritmo frenético
MÚSICA. Camilo Zicavo, uno de los frontman de la banda -el otro es su hermano Abel-, repasa una temporada que ha sido de grandes cosechas.
Los muchachos que integran esa trabajólica juguera musical llamada Moral Distraída están cansados. Felices, pero agotados del trajín. En el último mes del año se les vienen encima las muchas giras que emprendieron por el país, los maratónicos ensayos que acostumbran y el agregado que conlleva eso de ser cada vez más conocidos.
Ayer la banda inauguró la "Copa Prócer" en Chillán. Los hermanos Abel y Camilo Zicavo volvieron a su casa: en la capital de Ñuble pasaron largos años -luego de vivir en Cuba junto a sus padres-, antes de asentarse en Santiago, donde ambos estudiaron Teatro y dieron forma a "La Moral".
"Estamos cansados. Ha sido un año muy intenso, pero muy bueno respecto a los logros, cumpliendo casi todas las metas que nos propusimos. Eso ha involucrado mucho trabajo, prácticamente no hemos parado, tuvimos una semana de descanso en febrero y ahora en diciembre vamos a parar otros diez días. Ha sido exigente, pero entendemos que vamos cosechando frutos de la labor de los últimos siete años. Hemos podido lograr una estabilidad frente al trabajo y frente al arte, que nos es poca cosa en Chile, así que estamos felices; cansados y dichosos", comenta Camilo.
En la agrupación, que se compone de diez músicos más el equipo técnico detrás del proyecto Moral Distraída, el desarrollo artístico ha ido acompañado de espacios democráticos en la interna que han arrojado caminos muy claros a seguir y cuyos réditos, en los últimos meses, saltan a la vista: un primer Caupolicán, tres sencillos encumbrados en los primeros lugares de los rankings musicales -trascendiendo incluso Chile- y una explosiva crecida en su fanaticada. "Educación y perreo".
"Somos inexpertos, estamos aprendiendo y esperamos seguir haciéndolo. Nuestro camino ha sido muy calculado, muy pocas veces de la manera correcta, siempre nos equivocamos en el proceso, pero sí con una dirección bien fija y objetivos a cumplir. Trabajamos en el arte y nos gusta darle la ambigüedad que requiere el proceso emocional de hacer arte, pero también desde la logística y la proyección, intentando ser fríos en el buen sentido", cuenta el menor de los Zicavo, armando frase por frase con calma y seguridad.
Así como ese coro mántrico de "Hacerlo de día", lo de Moral Distraída ha apuntado a encender luces en una escena local que tiende a encasillar y sobregeneralizar. Su flow latino, ecléctico y desprendido, toma elementos que van desde el hip-hop hasta la timba, sin casarse con ninguno. "Nuestros procesos creativos nos muestran diferentes inquietudes todo el tiempo", dice Camilo.
En adelante
Moral Distraída ha sido confirmada para el Festival del Huaso de Olmué de enero próximo. Una vitrina masiva en pantalla grande en la que compartirán cartel con Residente, Gepe y Santa Feria (una banda hermana), entre otros.
"Participar de eventos masivos es un placer. Al igual que los locales chicos, cada uno tiene su encanto. En el caso de instancias como Olmué, que están validadas por la sociedad y la industria cultural, son las que a uno 'lo consagran', entonces es un placer porque se trata de lugares a los cuales se ha apelado y tenido tantas ganas durante tanto tiempo que se convierten en pequeñas medallitas, en pequeños triunfos", resume el vocalista, quien asegura que se toman la exposición que viven con "tranquilidad y reflexión" y "dándole sólo la justa importancia".
Así, como "Canción Bonita" -su último sencillo- este ha sido un año bonito y definitorio en la historia de Moral Distraída.
de noviembre 11
Moral Distraída hizo su primer Caupolicán ante más de 10 mil personas. 2018