La Municipalidad de Chillán está cumpliendo con creces con la tradición anual, impuesta en el transcurrir de nuestro tiempo, con la práctica de premiar a quienes se distingan, tanto por sus bondades artísticas como por su calidad de difusión de su obra. Tal sucede, año tras año, con el Premio Municipal de Arte, que este año se ha coronado con otros nombres. De este modo, aparecieron los nombres de Carmen Gloria Mella, como Premio adulto, para quién nos ha conmovido con su trabajo como Directora de la Orquesta Infantil-juvenil de la Escuela de Cultura Artística, que institucionalmente se ha lucido con ella, que agrega a su condición pedagógica, su valor personal como profesora de violín, a su nombre se agrega el estudiante Felipe Quezada, alumno del tercero medio del Colegio Coyam, quien se ha distinguido como pintor. Está contento, porque pronto será aluno de un maestro de la Escuela de Cultura Artística. Su declaración evidencia su afán de perfeccionamiento.
Hace poco tiempo con el nombre de "Claudio Arrau", la Municipalidad creó una distinción para entregarla cada dos años a quienes con su obra supere las fronteras nacionales. Este año le correspondió recibirlo al profesor e historiador, doctor en esta especialidad, Alejandro Witker, mis saludos para él, por las múltiples tareas que está cumpliendo como Director del Taller de Cultura Regional, entidad de la Universidad del Bío Bío, que desde allí ha concretado iniciativas tan poderosas, como los Cuadernos del Bío Bío, serie que ha tenido resonancia nacional, sus libros con el sello de "Silla del Sol", y la más importante de todas, la edición de la revista "Quinchamalí" que celebro cada vez que aparece, por la inmensa proyección que ha tenido en el mundo de la cultura y para nosotros, como una proyección que se ha hecho cargo de darnos a conocer en todo el mundo. Me he atrevido a decir que esta revista, cada vez con más de un centenar de páginas, es única en su género que se edita en Chile.
Este año con el nombre de Hijo Ilustre, la Municipalidad reactualizó con ese nombre un nuevo premio, para entregarlo también en esta ocasión. Le a sido otorgado a dos grandes hijos de esta tierra, como son Claudio Arrau y Ramón Vinay. Este año, con acuerdo unánime del Concejo Municipal y de su Alcalde Sergio Zarzar acordaron concedérmelo, situación que si, en verdad me alegró mucho, también su significado constituye una responsabilidad mayor que si fuese sólo un premio más.
Me siento absolutamente comprometido con Chillán y altamente agradecido con su Concejo Municipal y con muchas de sus instituciones y personas que me han hecho llegar sus salutaciones y felicitaciones, personalmente y por los medios de comunicación.
Por Carlos René Ibacache I. Miembro Correspondiente
por Chillán de la Academia Chilena de la Lengua.