Hoy con tres libros publicados y diversos cuadernos de poesías, Benjamín León puede decir con propiedad que "los poetas nacen poetas y que el tiempo y el trabajo va haciendo que la poesía se vaya purificando", como en su caso.
León, con su obra "La luz de los metales", recibió en 2009 el prestigioso XII Premio Internacional de Poesía Flor de Jara, convocado por la diputación de Cáceres, España. Cuatro años más tarde, el mismo país lo volvería a reconocer por su trabajo "Canciones para animales ciegos", haciéndolo merecedor del XXXIII Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, entregado por la diputación de Huelva.
El poeta nació hace 43 años en La Serena, tierra que vio nacer a unos cuantos kilómetros a una grande de las letras, Gabriela Mistral. De alguna u otra manera, el vate siempre ha estado ligado a la obra de la poetisa. Ha dirigido las jornadas internacionales de Estudios Mistralianos, evento que propicia la discusión y el análisis de la obra de la Premio Nobel de Literatura y que se ha realizado en cuatro oportunidades tanto en Chile como en España.
Aunque León reside en Vicuña, desde el año 2013 está ligado a Chillán pues es miembro de honor del Grupo Literario Ñuble. Aprovechando esa cercanía con la ciudad es que junto al presidente de la agrupación, Mario Flores, realizará hoy -a las 19:00 horas- una lectura poética en la librería Qué Leo, ubicada en calle Isabel Riquelme Nº413.
-¿Qué temáticas aborda tu obra?
Yo intento escribir textos que tengan una relación con la sociedad, principalmente lo que busco es detonar esas emociones que a veces están atascadas en el interior del ser humano y a través de la poesía sacar eso que a veces es indecible. Por eso hay temáticas sociales, temáticas amorosas, son variadas. No hay un tema, pero siempre relacionado con diferentes sucesos que le ocurren al ser humano.
-¿Cómo es tu proceso de inspiración?
Gabriela Mistral decía que ella siempre escribía en un lugar abierto y no en un cuarto. Se sabe que ella escribía sobre sus rodillas con una tablita que andaba trayendo y en cualquier lugar ese era su escritorio. Y en mi caso particular ocurre algo parecido, siempre ando con mi libretita anotando los poemas. No tengo método definido, más bien hay cosas que a uno le van alumbrando la sensibilidad y entonces nace la poesía como un milagro prodigioso.
Tierra de poetas
-Gabriela Mistral y tú vienen de la misma zona, ¿eso es un peso a la hora de escribir?
Gabriela Mistral no es un peso, todo lo contrario, es una llave que abre las puertas de muchos lugares, de mucho entendimiento. Es una mujer adelantada, una mujer cuya palabra sana el corazón de los hombres actuales y de los seres humanos futuros también. Es una persona que supo leer el futuro, que supo escribir para la humanidad futura, por lo tanto ella es una llave para poder entender mejor a la sociedad y para poder construir una mejor sociedad. Creo que aún tenemos que leer su prosa y entender que su pensamiento es mayor y acercarlo a nuestra cotidianidad para poder empezar a entender el mundo como ella.
-¿Qué otros autores te inspiran?
Como dice Gabriela Mistral una biblioteca es un vivero, son diferentes autores están ahí todos juntos peleándose, acariciándose, acercándose, cada uno con su idea estética. Acá (en Chillán) tienen a Gonzalo Rojas, quien es un poeta mayor y que seguramente el tiempo lo va a engrandecer a un más todavía. Hay muchos, están los clásicos como San Juan de la Cruz, está Garcilaso de la Vega, están los autores chilenos de los años 80, está Raúl Zurita.
-¿Cuándo comenzaste recibiste algún consejo que hoy puedas traspasar?
Algo que siempre he recibido y sigo recibiendo son ideas en cuanto a nuevas lecturas, recomendaciones de poetas. Uno va conversando con poetas mayores y te dicen lea a este autor. Y eso ha hecho que uno vaya conformando un pensamiento, la lectura.
Yo recuerdo que conocí a Gonzalo Rojas físicamente cuando llegó de recibir el premio Cervantes que le entregó España y en una charla que él dio en la escuelita de Gabriela Mistral de Montegrande, en Valle de Elqui, él habló sobre la importancia de que los poetas jóvenes, nuevos, conocieran el oficio de la escritura, conocieran técnicas, que conocieran el abanico de recursos literarios.
Yo sentí que ese consejo de Gonzalo Rojas fue de una generosidad increíble, que mostraba lo gran poeta que es, porque estaba preocupado que la poesía siguiera siendo de calidad y creciendo. Ese consejo fue el que más me ha marcado en mi vida literaria.