Aprendizaje y cultura sísmica
A 8 años del terremoto del 27/F se acaba de anunciar la instalación de sistemas de alerta de tsunamis en todo el territorio costero.
Hace poco más de una semana se recordó el octavo aniversario del terremoto del 27 de Febrero de 2010, ocurrido precisamente en una fecha en que la Presidenta Michelle Bachelet finalizaba su primer mandato y se aprestaba a pasar la banda presidencial a Sebastián Piñera.
Y pese al tiempo transcurrido, y a las críticas que arreciaron tras la primera etapa del proceso de reconstrucción, aún se mantienen obras pendientes por finalizar, por ejemplo en Cobquecura, donde aun no culminan las obras de su nueva costanera, mientras que Serviu en Ñuble reconoce que todavía restan por regularizar unas 500 viviendas versus otras tres mil en las que sí se avanzó en este proceso.
La reconstrucción sin duda fue compleja, pero en definitiva más rápida de lo que muchos pensaban que se podría recuperar la infraestructura pública y en viviendas.
El terremoto no sólo permitió el crecimiento y renovación de muchas ciudades, entre ellas Chillán, también volvió a generar especial preocupación por mantener en la población una cultura sísmica acorde a un país donde abundan permanentemente las catástrofes naturales y las emergencias.
La Onemi, en tal sentido, ha debido asumir un rol mucho más protagónico y modernizar procedimientos y sistemas de alerta para la población, aprendiendo de los errores que también se cometieron aquella jornada del 27/F, que dejó un saldo de 525 muertos y otras 23 personas desaparecidas. Frente a posteriores alertas de tsunami (por ejemplo tras el terremoto de Japón en 2011) debutó un nuevo sistema de alarmas a través de los teléfonos celulares.
Hoy la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar) da un paso más en tal sentido al anunciar la apertura de un proceso de licitación para habilitar 220 puntos en toda la zona costera del país con sirenas de alerta visual y sonora preventiva. En Ñuble, se ha contemplado la instalación de estos módulos satelitales en las zonas de Cobquecura y Caleta Perales, en Coelemu, bajo administración exclusiva de la Autoridad Marítima.
Todas estas medidas no sólo están pensadas para brindar una mayor sensación de seguridad en la ciudadanía, también es parte de la cultura sísmica que debe cultivarse, sin descuidar por ejemplo la realización permanente de ejercicios de simulacro que permitan ir recordando las zonas de evacuación y de seguridad que deben estar claramente indicadas en las zonas costeras. Tales indicaciones también son válidas para turistas, residentes y empresarios que operan en el territorio más próximo al Volcán Chillán, que en los últimos dos años se ha mantenido en proceso eruptivo.