Las autoridades esta semana una nueva campaña tendiente a cuidar la vida de las personas que circulen por las calles y carreteras durante el próximo fin de semana largo, tal como se hace cada vez que se presenta esta situación.
Naturalmente la línea principal apuntará al transporte de pasajeros, tanto por su masividad como por la responsabilidad múltiple que encierra el traslado de muchos miles de personas, pero ello no descarta bajo ningún punto de vista descuidar un control cada vez más exhaustivo de los vehículos particulares que utilizan las carreteras con idéntico objetivo.
Esta no es la primera ni será la última ocasión en que se hace decididos llamados a la cordura y a la prudencia a la hora de conducir, toda vez que los resultados en pretéritas temporadas no llaman al optimismo y cada año se debe redoblar esfuerzos para despertar las conciencias y lograr un comportamiento más responsable, no sólo en estos días de celebraciones y festejos sino a lo largo de todos y cada año.
Ñuble igualó la cifra de fallecidos en accidentes que se llevaba a la fecha el 2017, un total de 25 personas, número que esperamos no suba.
La Región debe buscar un nuevo estilo de conducta para prevenir las continuas tragedias tanto en las carreteras y caminos como en las diversas ciudades, más allá de que se esté o no en presencia del control policial, que aparece -lamentablemente, en muchos casos- como la única opción válida.
El conducir bajo los efectos del alcohol o en franco estado de embriaguez y el exceso de velocidad aparecen como los principales detonantes de estas tragedias que año a año se van reiterando en la Región y el país, con su secuela de muertes y minusvalidez.
Las estadísticas muestran, asimismo, la decidida participación negativa de los peatones, culpables de negligencias graves al cruzar las vías, la que concluye con pérdida de vidas humanas. Todo lo anterior implica una fuerza cada vez mayor en el control policial y un trabajo a futuro y largo plazo en los establecimientos educacionales para ir construyendo una nueva mentalidad, que se transforme en una norma saludable para la sociedad regional. Es de esperar que, a la espera de ese futuro, la acción preventiva rinda en estos días sus frutos.