Cantidad de tejido neuronal del cerebro determina lo que cada uno decide comer
INVESTIGACIÓN. La mayor o menor presencia de materia gris que hay en dos regiones de la corteza ratifica las decisiones alimenticias de cada ser humano: si hay más en el órgano, hay mayor preferencia por ingerir comida más saludable.
Existe una relación entre las decisiones que cada persona toma respecto a su alimentación y a la cantidad de materia gris (tejido neuronal) que hay en el cerebro, descubrió una investigación conjunta realizada por el Instituto Nacional de Salud y de Investigación Médica de Francia (Inserm); el Instituto de Tecnología de California, en Estados Unidos; la Universidad de Toronto, en Canadá, y la Universidad de Zurich, en Suiza.
Lo que cada uno come dependería, de forma más concreta, de la materia gris que hay en el cerebro, específicamente en dos regiones: la corteza dorsolateral prefrontal, que regula la toma de decisiones, y la corteza ventromedial frontal, implicada en el procesamiento del riesgo y el miedo, así como también en la evaluación de la moralidad.
Comer sano
Las personas que tienen más materia gris en ambas regiones de la corteza cerebral prefieren los alimentos sanos a aquellos que se consideran perjudiciales para la salud. Los resultados de la investigación, publicados en la revista científica The Journal of Neuroscience, establecen, por primera vez, que las diferencias en la neuroanatomía de ambas regiones ya señaladas desempeñan un papel en las decisiones alimenticias individuales, al mismo tiempo que abren una nueva vía para el tratamiento de enfermedades asociadas a una perturbación del control alimenticio, como la bulimia o la anorexia.
Comer sano no es fácil para un gran número de personas, especialmente en mujeres y adolescentes, los más afectados por trastornos alimenticios. La capacidad de mantener una alimentación equilibrada, y de elegir lo más conveniente y saludable, varía mucho entre cada ser humano.
Carla Molina, nutricionista de la Universidad Andrés Bello, explica a este medio que "cada persona elige su alimentación en base a recursos económicos, gustos y disgustos en sabor. Lo importante es elegir alimentos que estén en la pirámide e incluir variados platos en la dieta diaria".
Mecanismos y estudios
Desde un punto de vista cognitivo, la elección respecto a la alimentación implica dos mecanismos: el primero es atribuir un valor a cada una de las opciones. En el caso de las alimenticias, el gusto de cada comida y su calidad nutritiva contribuyen a determinar el valor que cada persona le otorga. El segundo mecanismo cerebral implicado consiste en analizar el valor otorgado a cada opción para elegir la más adecuada; en este caso, el alimento al que cada uno le atribuye un valor más importante.
En un comunicado, el Inserm explicó que el objetivo de este análisis es determinar cómo se desarrollan los procesos de toma de decisión en el cerebro. Liane Schmidt, investigadora del instituto francés, junto a diversos colaboradores de otras instituciones, reunieron los datos de imágenes cerebrales obtenidas en el curso de cuatro estudios sobre la toma de decisiones alimenticias.
En tres de esas investigaciones, los participantes habían realizado la misma tarea, consistente en evaluar su apetencia por un alimento particular en base a tres criterios: su preferencia natural, su sabor y su beneficio en la salud. Así las personas podían escoger libremente entre el sabor y el valor nutricional.
En el cuarto estudio utilizado en esta investigación, los participantes tenían que escoger un sistema para reducir sus ganas de ingerir productos sabrosos, pero poco nutritivos. Las tres posibles vías para conseguirlo eran: ahorrar dinero, comer productos biológicos o el objetivo de perder peso.
Materia gris
Con la recopilación de todos los datos, los investigadores estudiaron las variaciones en la cantidad de materia gris en el cerebro de los participantes del análisis gracias a los datos obtenidos en los tres primeros estudios relativos a imágenes de sus cerebros. Fue así como los especialistas determinaron que los participantes con más materia gris en las zonas referidas de la corteza cerebral preferían, naturalmente, comer alimentos sanos.
En base a los datos, los investigadores lograron predecir cuáles serían las decisiones que tomarían los participantes del cuarto estudio, analizando únicamente la materia gris existente en las regiones de la corteza cerebral identificadas en los tres estudios anteriores.
"Cada persona elige su alimentación en base a recursos económicos, gustos y disgustos en sabor".
Carla Molina, Nutricionista U. Andrés Bello."