Aumento de penas no es la solución
Señor Director:Diariamente estamos expuestos a noticias policiales en las que niños, niñas y adolescentes son protagonistas de conductas violentas y/o constitutivas de delitos. Paralelamente, parlamentarios y miembros de la comunidad promueven el aumento de las sanciones y la rebaja de la edad de responsabilidad penal. Algunos de ellos, los mismos que defienden los derechos de la infancia y las necesidades de mejora de las políticas públicas orientadas a los niños, niñas y adolescentes en Chile.
En estos casos, es importante considerar la evidencia aportada por estudios nacionales e internacionales, que plantean la carrera victimal y la carrera delictual como dos caras de una misma moneda, donde lo común son las experiencias de victimización previa.
No hay que olvidar los múltiples factores que influyen en la conducta criminal adolescente: falta de oportunidades, consumo problemático de drogas, dificultades en el proceso de reinserción social, alta tasa de reincidencia, experiencias de victimización sucesivas dentro y fuera de la familia.
Un castigo más duro o más anticipado, no resuelve el problema. Una política pública integral orientada a la infancia se hace urgente.
Ana María Salinas M. Directora Servicio de Psicología Integral UDD.
Micro regionalización
Señor Director:Cuando se suele hablar de "regionalización" muchos suelen pensar en la generación de nuevas regiones, lo cual puede llevarnos a un grave error y toma de medidas que en realidad generan una filosofía de "regionalización por regionalización", lo que lleva en realidad a centralizar en regiones y no lograr en forma efectiva un desarrollo integral del territorio.
De esta forma debemos comprender los desafíos en común de territorios, asignarles poder generador de políticas publicas y en efecto gestión.
Es así que quizás debamos pensar en macrozonas regionales más que micro regiones, esto favorecería la fiscalización de recursos y con autoridades con atribuciones reales, algo que aún está en discusión en la ley, generando polos de desarrollos los cuales tienen que ir vinculados a una eficiente burocracia y generar condiciones favorables para todos los habitantes, que en efecto permitan una mejor representación y equilibrio ante el poder central.
Francisco Sánchez, historiador.
Lenta instalación del gobierno en regiones
Señor Director:En relación a la discusión en torno a la lenta instalación del gobierno en regiones, es necesario zanjar la discusión con datos concretos. Sin ir más lejos, nos encontramos con que en la región de Valparaíso, de los 96 cargos públicos, incluyendo intendente, gobernadores y jefes de servicio, solo 35 cargos son ocupados por la coalición de gobierno Chile Vamos; mientras que los 61 cargos restantes todavía no han sido designados o bien, son ocupados por cercanos a la oposición. Analizando lo anterior, podemos concluir que el malestar generalizado de RN ante la situación es comprensible y sus críticas deben ser interpretadas como un llamado de atención al gobierno para tomar cartas en el asunto y actuar con rapidez y eficacia en la designación de cargos necesarios para su despliegue regional. Como dijo el senador Chahuán, no se puede tapar el sol con un dedo; por lo tanto, el gobierno debe acoger la crítica si no quiere cometer los mismos errores que en su administración anterior.
Diego Piedra, Cientista Político.
Mujeres en campamento
Señor Director:En las comunidades que he visitado siendo voluntaria, he visualizado distintos roles de las mujeres. Son madres solteras, líderes, trabajadoras; muchas de ellas emprendedoras, así como también son sostenedoras de una familia.
La mayoría de las dirigentes de campamento son mujeres. Ellas están conscientes del espacio en el que viven y por eso se organizan para planificar soluciones. Sin embargo, también viven en un ambiente donde sus límites están previamente marcados por una sociedad que les dice cómo tienen que vivir y qué tienen que hacer. En varias ocasiones de trabajo, ellas encontraban que no eran lo suficientemente capaces, que no tenían las habilidades para construir y, muchas de esas veces, mencionaban a su pareja o esposo para que apoyara de mejor manera. Y en realidad, nosotros voluntarios, esperábamos que ellas pudieran trabajar codo a codo con nosotros, sin importar si ellas se consideraban capaces, pero ¿fuimos nosotros lo suficientemente insistentes de demostrarles que sí eran capaces? Ahí también está una de nuestras funciones como voluntarios, impulsar cambios. Pero hay una pregunta más grande aún, ¿fuimos nosotros, como sociedad, lo suficientemente insistentes de decirle a las mujeres que sí se puede?
Emilia Villegas, Voluntaria TECHO-Chile.