Las directivas de la Democracia Cristiana y el Partido Radical se reunieron ayer en la sede de la Falange para el primer encuentro formal con la nueva mesa de la DC, liderada por el ex diputado Fuad Chahín. En la cita, ratificaron la necesidad de seguir trabajando juntos para apuntalar la convergencia de la oposición política.

Tras el encuentro, Chahín destacó la cercanía histórica que ha existido entre ambos partidos y subrayó que "hoy nos une la necesidad de poder ir construyendo acuerdos políticos y programáticos que permitan recuperar un espacio fundamental para generar condiciones de construir en el futuro acuerdos que nos permitan recuperar el Gobierno".

"Tenemos la necesidad de poder buscar puntos de convergencia y naturalmente con el PR nos es más fácil por la historia que tenemos y, por sobre todo, porque tenemos principios y valores muy similares. Eso nos permite ir construyendo acuerdos, como en el tema previsional, donde vamos a fijar una posición política común", añadió Chahín.

Acuerdos electorales

El líder de la DC agregó que "al final estas convergencias después permiten ir conversando sobre eventuales acuerdos electorales. Este no es el momento para aquello, es el momento para hablarle al país y para eso queremos hacerlo sobre la base de un dialogo estrecho con el PR".

Por su parte, Velasco comentó que "el éxito de la Democracia Cristiana es también el éxito de la centroizquierda.

Trabajo parlamentario

El directivo ratificó que la voluntad de ambas mesas es "que las bancadas parlamentarias trabajen juntas y eso no significa no hacer un llamado al resto de los partidos de la centroizquierda a tener diálogo político, a buscar coincidencias, achurarlas y ver en qué ámbitos podemos trabajar para tener una oposición fiscalizadora y propositiva".

Consultado sobre si es compatible el vínculo radical con la DC y el trabajo semanal que mantienen con el PS, PPD y el PC, Velasco respondió que "es algo absolutamente complementario, nuestra prioridad estratégica hoy es un trabajo con la DC".

Chahín recalcó ayer la disposición de su partido para reunirse con la mesa directiva del Partido Comunista, aunque advirtió que esa posibilidad no va a influir en la postura que mantiene respecto de no concretar alianzas políticas en el corto y mediano plazo.

El senador Manuel José Ossandón (RN) criticó fuertemente el nuevo reglamento de objeción de conciencia, documento al que el Ejecutivo añadió las "modificaciones pertinentes" solicitadas por la Contraloría. Según el protocolo, "los establecimientos privados de salud que hayan suscrito convenios regidos por el DFL Nº 36 podrán ser objetoras de conciencia siempre y cuando los convenios no contemplen prestaciones de obstetricia y ginecología". En ese mismo sentido, "los establecimientos públicos tampoco pueden ser objetores".

"Un protocolo como este puede dejar a muchas mujeres de clase media o vulnerables fuera de un servicio", afirmó el parlamentario, quien adelantó que las nuevas disposiciones "podrían producir la quiebra del Hospital de San Bernardo, del de Panguipulli" y poner en entredicho la labor asistencial de la red de salud de la Pontificia Universidad Católica.

En Chile Vamos, la definición provocó una disputa: mientras el gremialismo y parte de RN iniciaron contactos para ir al TC, finalmente un grupo de parlamentarios decidió oficiar al contralor, Jorge Bermúdez, para que aclare los alcances del dictamen y si éste afectaría a otros órganos intermedios, además de las clínicas privadas.

Ossandón, al igual que la UDI, no se restaría de llegar hasta el Tribunal Constitucional.

- ¿Quién ganó con lo que ocurrió con este protocolo?

- Creo que no ganó nadie, sino que perdió mucha gente. No he visto nunca que alguien tenga objeción de conciencia por una operación de rodilla, pero sí por un aborto. Eso sí quiere decir que hay una razón para personas que tienen que pensar en sus principios y en sus valores. Y el Estado no puede obligarlos a eso. Pero, por otro lado, lo que hace el Estado ahora es amarrar un sistema completo, haciendo un daño a mucha gente. Hay que pensar que al hospital de San Bernardo o de Panguipulli no asisten personas de isapres ni gente rica, sino que gente que necesita esto. Y esto los revienta, porque técnicamente el Hospital de San Bernardo quiebra.

- ¿Usted está disponible para ir al Tribunal Constitucional?

- Sí, estoy disponible para cualquier cosa, pero esperemos que el Gobierno logre arreglar esto antes.

- ¿Podría esto transformarse en un problema grave para el Gobierno?

- Es un problema de salud pública, porque por un tema ideológico se le está quitando la oportunidad a mucha gente de ser atendida en lugares donde se atiende muy bien.

- ¿Por qué cree usted que el Gobierno se vio inmerso en esto?

- Este no es un problema del Gobierno, sino que de la Contraloría. La Contraloría, según mi opinión, malinterpreta un protocolo y da ciertas normas que a mi juicio están equivocadas. Espero que recapacite.

- ¿Es una falla más dentro del accionar de la Contraloría?

- No. En este proceso puntual creo que se nos está obligando a algo, porque todos tenemos derecho a nuestra conciencia. En este ejercicio vamos a dejar fuera a muchas mujeres de clase media y vulnerables sin asistencia. Todas las operaciones ginecológicas de alta complejidad de la red UC no se van a hacer. Y no hay dónde hacerlas. Esas personas pueden hasta perder la vida por esto.

"Es un problema de salud pública, porque por un tema ideológico se le está quitando la oportunidad a mucha gente de ser atendida en lugares donde se atiende muy bien"."