Dura realidad en Ñuble
Señor Director:Por las características que tiene la labor del voluntariado en TECHO, el equipo en Ñuble trabaja en constante movimiento, llegando a campamentos rurales y otros instalados en el corazón de la ciudad. En base a ello, parece lógico pensar que ambas realidades no tienen mucho en común. Pero, ¿qué pensarías si les digo que uno de los campamentos rurales donde trabajamos en Bulnes no cuenta con luz, agua o alcantarillado? ¿Y que lo mismo ocurre con un campamento ubicado a un costado de la Universidad de Concepción, en Chillán, justo al frente de uno de los barrios mas acomodados de la ciudad? ¿Parece normal que 13 familias deban recibir agua una vez a la semana y deban colgarse a la luz mientras sus vecinos les instalan paredes y los quieren sacar de ahí?
Quiero dar testimonio en esta columna por la señora Yolanda, la señora Margot, Edith y todas las personas que viven en los campamentos de Ñuble, junto con apelar a quienes leen esta carta a que empaticen y se sumen a solucionar el problema junto a las familias; no por lástima, sino por el justo derecho a denunciar y a trabajar para que este tipo situaciones no ocurran en nuestra nueva región.
Vivir en campamento para una persona es duro, sobre todo cuando es invierno en Ñuble porque aquí no hay términos medios. En Chillán, las familias de Oro Verde deben caminar estos días de frío y lluvia 2 kilómetros para tomar una micro; en Bulnes, las familias del Esfuerzo y Refugio del Bosque en medio del barro deben hacer lo mismo. A su vez, el frío entra fuerte en cada hogar y afecta a los niños quienes deben en esas condiciones estudiar e ir a la escuela, tener buenas notas y soñar con ser profesionales.
Pero, ¿qué pensarías si te dijera que uno de los informes del TECHO señala que solo 1 de cada 100 niños que vive en campamento llega a la universidad? En un país marcado por las estadísticas, ¿puede alguien que tiene todo en contra romper ese dato?
Es importante entender que cuando nada se nos ha regalado y hemos tenido que luchar por lo que soñamos, a la señora Yolanda de 67 años y la Xiomara de 5 años les cuesta mil veces más. Te explico esto en términos duros para que empatices y te sumes, no para que sientas culpa.
Héctor Acuña San Martín, Coordinador Ñuble, TECHO-Chile.
Bancarización de los adultos mayores
Señor Director:No cabe duda de que Chile envejece. Tasas de natalidad cercanas a las de países desarrollados y con la población chilena con mayores expectativas de vida en toda América, después de Canadá, tienen a nuestros adultos mayores viviendo más años. Por lo tanto, el Estado, las instituciones y las empresas requieren realizar los ajustes necesarios para asumir esta evolución.
Ante la discriminación que viven los adultos mayores en el acceso al crédito, el Gobierno ha pedido a la banca terminar con esta práctica, y ha instado a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) a tomar acciones contra las entidades que nieguen tarjetas de crédito por razones de edad.
No obstante, eso ¿garantizará que la banca no aplique mayores restricciones al crédito o aumente las tasas de interés? Es sabido que la morosidad de los adultos mayores ha ido en aumento en el último tiempo. Además, los bancos evalúan variables como la capacidad de pago, los ingresos, y pueden sumar criterios más allá de la edad para determinar la viabilidad de un crédito.
Vale la pena preguntarse por qué razón un adulto mayor se endeuda. La iniciativa de flexibilizar su acceso al crédito es plausible, pero es solo una parte de una discusión que indudablemente debe contemplar otras aristas como las pensiones e incluso, la reconversión del mercado laboral, porque el aumento en las expectativas de vida, debe traer aparejado una vejez digna en materia de salud, de pensiones, de entretención e, incluso, de acceso al trabajo. Eso es una mirada sistémica.
Catalina Maluk. Decana Facultad de Economía y Negocios, U. Central
Bajas pensiones
Señor Director:Según cifras de la Superintendencia de Pensiones, el 40% de los actuales pensionados cotizó por menos de 15 años para su pensión, y un 26% cotizó menos de 10 años. Por otro lado, un 13% ahorró sobre 30 años cotizados, y sólo un 2% por más de 35 años. También se debe considerar que casi 700.000 adultos mayores reciben la pensión solidaria, es decir nunca cotizaron. Muchos reclaman por las bajas pensiones, pero no hacen referencia de como fue la densidad de cotización de dichas pensiones, y las cifras del ente regulador muestran que son extremadamente bajas.
Para mejorar las futuras pensiones es indispensable mejorar el mercado laboral, donde se creen trabajos formales para que la gente cotice de manera sostenida, caso contrario, la reforma previsional no tendrá gran impacto. Un reforma laboral pro empleo, con incentivos de empleo de la tercera edad, y en conjunto con modificaciones al pilar solidario, pueden ser el inicio de mejoras reales a las bajas pensiones.
Eduardo Jerez Sanhueza.