La pronta puesta en marcha de la Región de Ñuble, el próximo 6 de septiembre, ha generado altas expectativas en la población del nuevo territorio regional por los avances y adelantos que tal condición podría traer para el desarrollo de la zona, históricamente postergada en relación a su "región madre". Si bien los principales anhelos están puestos en un incremento en los recursos que dispondrá el Gobierno Regional para sacar adelante proyectos largamente sentidos por la comunidad, y donde los temas de conectividad, infraestructura comunal y servicios lideran la lista de petitorios, lo cierto es que dicho incremento no se notará durante los primeros años de marcha.
Tampoco se observa -como sí está ocurriendo en Concepción hoy- que exista mayor presión por parte de la comunidad por disputar una mayor cartera de fondos regionales para concretar proyectos o simplemente por asegurar un presupuesto 2019 que hasta el minuto no será muy distinto del que el Gore del Bío Bío otorgó a Ñuble en 2017. Un fenómeno que han podido visualizar quienes se dedican al corretaje de propiedades se relaciona con una desmedida alza que se ha detectado en los valores por propiedades en arriendo o venta, principalmente en Chillán, pero que también se observa ya en las futuras capitales provinciales como San Carlos, Bulnes o Quirihue.
En concreto se está produciendo una verdadera especulacion inmobiliaria, derivada de las expectativas con la creación de la nueva región y en particular con la llegada de un número importante de personas a ocupar cargos que ofrecerá el nuevo aparataje público del Estado. Tal como se ha mencionado, la nueva región requerirá contratar a lo menos unos 600 funcionarios tanto para la futura Intendencia y Gobierno Regional de Ñuble, como también para las tres Gobernaciones Provinciales.
Si bien es comprensible que la demanda derivada de la necesidad de arrendar espacios para el funcionamiento de los servicios públicos como asimismo de la mayor cantidad de personas en busca de una vivienda para residir genere un incremento en los valores del mercado inmobiliario, el hecho que los precios de inflen artificialmente no se traducirá necesariamente en mayor beneficio económico para los dueños de estas propiedades, que finalmente terminarán por acomodar sus expectativas al no encontrar interesados inmediatos.
Es digno de analizar el escenario que se vive hoy en el territorio, por cuanto hay expectativas cifradas en la comunidad de que la nueva región significará atraer mayor inversión privada a la zona. Sin embargo, tal posibilidad ocurrirá efectivamente en la medida en que los empresarios encuentren condiciones idóneas para invertir.