Vacaciones de invierno y estrés
Señor Director:Las vacaciones siempre son visualizadas como un momento de descanso. Ideal para compartir actividades poco habituales y estar con la familia, sobre todo con los niños y jóvenes que disponen de un tiempo de receso de sus obligaciones. Sin embargo, no siempre todo es armonía. También pueden surgir conflictos que son parte inevitable de la convivencia familiar diaria y que se deben sobrellevar de la mejor manera.
Hay que tener claro que durante el semestre el rendimiento académico y desempeño laboral se mantienen en un nivel alto, por lo que en vacaciones surge la inestabilidad emocional, pues en descanso emergen los signos del estrés. Para evitar conflictos los adultos deben tener la capacidad de detectar y anticiparse a eventos en que los integrantes de la familia puedan desbordarse. Una forma de enfrentar la situación es escuchar necesidades, peticiones y siempre fomentar el consenso. Gestionar el tiempo para uno mismo, para la familia y para terceros también es una estrategia para que las vacaciones sean realmente una pausa de desconexión.
Todos los integrantes del hogar deben procurar tener actividades propias, que les sean de agrado. Cuesta a veces entender que los hijos no siempre están en la misma frecuencia que los padres; se debe procurar no obligarlos a siempre cumplir los deseos de los adultos. La idea es que todos puedan disfrutar del tiempo libre y no estar siempre preocupados de complacer al otro. Pasar el tiempo en familia, debe transformarse en un momento confortable y no de estrés.
Para que este tiempo resulte óptimo para todos será relevante tener en cuenta: las expectativas reales de las vacaciones, es decir, que todos los planes se puedan llevar a cabo para que nadie se frustre ni haya enojos. Vivir el momento en el aquí y el ahora, es decir, disfrutar cada día. Ser flexible en los panoramas, hay que recordar que se está de vacaciones y ciertas obligaciones autoimpuestas se pueden posponer. Por último, como padres dar el ejemplo en este tiempo de ocio y recreación, andar de buen humor es crucial para contagiar a los más pequeños.
Javiera Hernández Fernández
Agradecimientos
Señor Director:La Junta de Vigilancia del río Diguillín y sus Afluentes, agradece al Ministerio de Obras Públicas y en especial a la Dirección de Obras Hidráulicas por la pronta solución a la emergencia producida por el colapso del canal Laja-Diguillín en el sector de Tucapel.
Con la presencia Sr. Ignacio Vera, Delegado de Obras Públicas de la nueva región de Ñuble, en el lugar de la emergencia la Dirección de Obras Hidráulicas entregó el terreno a la empresa CONPAX SPA, que en un plazo de 50 días a partir de hoy, debe dejar habilitado el canal. La empresa tiene buena trayectoria a nivel nacional y sus representantes señalaron que tendrán jornadas continuas para dejar en servicio el canal la primera semana de septiembre próximo. Reiteramos nuestros agradecimientos a todas las autoridades, parlamentarios y profesionales del MOP, que hicieron posible acelerar las gestiones para reparar el canal que permite entregar tranquilidad a unos 3.000 agricultores de las comunas de Yungay, Pemuco, El Carmen, San Ignacio y Bulnes, quienes podrán proyectar sus inversiones agrícolas que abarcan unas 35.000 hectáreas para la temporada de riego 2018-2019.
Junta de Vigilancia del río Diguillín
No basta con parecer oposición
Señor Director:Para ser oposición no basta sólo con serlo, también hay que parecerlo. Y, aunque me alegra escuchar que Heraldo Muñoz o a José Miguel Insulza afirmen que los nuevos rumbos deben estar en las ideas más que en la obstrucción, dudo mucho que comprendan cuál debe ser su rol frente al Gobierno. Tomando en cuenta que una oposición con propuestas y con voluntad de acuerdos es clave para conservar la democracia, me es difícil concebir algo más alejado de la ciudadanía que los gestos obstruccionistas del ante iniciativas gubernamentales, y su empeño en evitar llegar a consensos, comandados por Elizalde y el Partido Socialista.
Chile requiere de partidos sólidos, tanto oficialistas como de oposición. Y justamente esos últimos es donde más se necesita contar con políticas serias y confiables. Necesitamos parlamentarios dispuestos a ejercer su labor en forma colaborativa y fiscalizadora a la vez, y que no se dediquen a ser oposición para negarle la posibilidad de éxito a un gobierno con el único fin de recuperar el poder.
Y aunque hablar de ideas parece ser el acto más cercano para ser un peso real frente al oficialismo, una buena oposición no se mide en cuanto obstruye con sus propuestas sino en cuán capaz es de dejar de lado las diferencias en pro de los acuerdos.
Ricardo Oyarzún G.