Ha calado hondo en la comunidad chillaneja el deceso del joven Martin Acuña, también conocido como DJ Martin Philips debido a su dedicación por la música electrónica, y quien no logró sobrellevar la condición de salud que padecía mientras aguardaba por un trasplante hepático. Años antes, la partida de su hermano también golpeó a su núcleo familiar por las mismas razones.
El caso de Martin Philips vuelve a poner en agenda pública la situación de cientos de personas que en nuestro país aguardan por la donación de un órgano para poder aspirar a tener una vida normal, muchos de cuyos casos nos impactan mayormente porque corresponden a niños que recién empiezan a vivir. Cuatro menores integran actualmente el listado de prioridad nacional para un trasplante de órganos, entre ellos la pequeña Katherine Torres, de solo 10 años, oriunda de Pinto, quien espera por un corazón. Sus historias conmueven, sin embargo la realidad nos es favorable para ellos ya que si bien el año pasado se registró una tasa histórica de 173 donantes y más de 450 trasplantes, en el primer trimestre de este año se registró una baja del 50 por ciento respecto de igual período del año pasado, lo que para los especialistas significa un retroceso preocupante.
La baja tasa de donación en Chile se explica principalmente por dos factores: problemas en la identificación oportuna de los potenciales donantes y la negativa de familiares de potenciales donantes para disponer de sus órganos para ir en ayuda de otras personas, lo que habla de una profunda falta de información o concientización del problema que aqueja a nuestro país.
En 2013 se puso en marcha la Ley del Donante Universal, normativa que establece que todas las personas son donantes a menos que hayan expresado lo contrario a través de un documento notarial. Hasta ese año, casi 4 millones de personas se habían registrado como no donantes. Una reinterpretación de la ley por parte de Contraloría General de la República, que estableció que los equipos médicos no pueden preguntar sobre la posibilidad de donación a los familiares del fallecido si este aparece en el registro de los no donantes, ha puesto nuevamente al sistema en entredicho. A lo anterior se suma la decisión adoptada a comienzos de este año por la Corporación Nacional del Trasplante de cerrar sus puertas tras 28 años por falta de financiamiento y de atención a su labor por parte del Estado.
Este 2018, Chile ha retrocedido enormemente en materia de donación de órganos y de no volver a sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de cambiar esta mentalidad, estamos condenando a niños inocentes a una vida corta y precaria, y con escasas esperanzas para el futuro.