Dagoberto Flores Venegas
La imagen del ministro de Educación Gerardo Varela parado frente a un grupo de profesores en el aniversario de Fundación Enseña Chile, e invitando a realizar bingos para subsanar falencias de infraestructuras en colegios, será difícil de olvidar. Tanto así que las repercusiones de sus palabras hasta hoy generan pronunciamientos políticos o memes que muestran a un Chile súper desarrollado gracias a los bingos.
Pero dentro de su polémico discurso, una pregunta repercutió más allá de la Región Metropolitana: "¿Por qué de Santiago tengo que ir a arreglar el techo de un gimnasio?". Y no porque haya entregado una solución impensada para algunos centros educacionales, sino porque, simplemente, en algunos de ellos es pan de cada día.
bingos en san fabián
"Invitamos a todos a disfrutar y ayudar en este GRAN BINGO... a beneficio de los estudiantes de la Escuela Trabuncura. Entrada: $2.000 con derecho a un cartón".
Con estas palabras María Elena Osorio, directora del mismo establecimiento, invitaba a través de Facebook en junio a los habitantes de San Fabián a participar de una actividad que tenía por objetivo reunir fondos para realizar arreglos y mejoras del centro educacional que dirige.
"Lo hicimos en junio y realmente fue un éxito. Fue mucho más de lo que habíamos esperado, porque lo que nosotros esperábamos estaba construir un escenario, un espacio físico dentro de la escuela que no se utilizaba. También arreglar, hacer bancas, mejorar una placita. Porque la escuela también es sede para los pagos del IPS, entonces una vez al mes van loa adultos mayores y no tenían donde sentarse para esperar. En fin, una serie de arreglos que se buscaban hacer", enumera la directora las reparaciones y embellecimientos para los cuales necesitaron de fondos no emanados del Ministerio de Educación, sino de la creatividad de la comunidad sanfabianina.
"La Dirección de Educación nos colocaba la pintura para poder pintar el colegio, pero nada más. Así que para realizar todas estas cosas que señalo teníamos que juntar los recursos para los materiales. Pero no tenían la mano de obra para hacerlo", comenta Osorio y agrega que esto último fue solucionado gracias a la colaboración del Duoc UC de Plaza Oeste.
"A San Fabián venían misiones solidarias de esa institución. Ellos iban a levantar dos puntos para hacer sus trabajos. Cuando fueron a visitarme a la escuela para ver en qué podían ayudarme, pero en algo mínimo, yo les manifesté que quería hacer muchos cambios dentro del establecimiento, que había varias cosas que se podían arreglar, pero ellos venían con fondos para hacer trabajos en estas otras dos escuelas (…) Entonces les dije a los profesores y el centro general de padres los iba a organizar para que hiciéramos algo y reuniéramos los fondos", señala María Elena respecto a la actividad que se desarrolló el sábado 16 de junio y que contó con una alta asistencia, participación de autoridades municipales y show musical a cargo de "El Aventurero de la Cumbia".
Consultada Osorio si actividades como estas son recurrentes en San Fabián, no duda en decir: "Sí, porque el dinero que manda el Ministerio de Educación para la mantención de los establecimientos es muy poco. Acá en la comuna hay que dividirlo en siete establecimientos y no alcanzan los fondos para poder todos los años hacer los arreglos necesarios".
En cuanto a las palabras del ministro Varela, la directora opina que si bien comparte el llamado a la organización, esta no puede hacerse cargo de las grandes deficiencias.
"Hay muchas cosas que una necesita que se hagan y no se hacen porque no hay recursos. Entonces, no nos puede pedir que si nosotros hacemos un bingo y juntamos $800 mil o $600 mil hagamos grandes cambios en un establecimiento, como son los proyectos que yo en este momento le estoy presentando a la Municipalidad y al Departamento de Educación para tratar de hacer un gimnasio. Entonces, yo no les puedo pedir a mis apoderadas que hagamos un bingo para que juntemos $60 millones", puntualiza la directora.
bingos en Chillán
Por más de 22 años, la profesora R.C. (quien prefiere no dar su nombre porque sigue ligada a la educación) hizo clases en la Escuela El Libertador, ubicada en la Población Vicente Pérez. Hace cuatro años se retiró y actualmente sigue ligada a la educación, pero a través de proyectos puntuales u horas que suma en otros centros educacionales donde no existen las falencias de todo tipo que le tocó presenciar y arreglar por casi dos décadas.
"Hubo que recurrir a todo tipo de rifas, de bingos, a todo lo que uno se pueda imaginar para arreglar ventanas con vidrios quebrados, goteras, baños, muchos problemas de infraestructura. Y también para los materiales de los niños", introduce la docente sobre lo que vivió en el recinto particular subvencionado que estaba a cargo de sostenedores que, a juicio de la profesora, nunca se hicieron cargo de los arreglos ni de los alumnos.
"Ellos nunca asumieron responsabilidades, pero ya eran mayores. Digo que eran porque hoy le pertenece a otro dueño, pero por lo que me han comentado ex colegas las condiciones de precariedad se mantienen (...) Esto siempre fue a nivel de sostenedores. Ellos se llenaron los bolsillos con todo lo que encontraron, porque sabían que tenían a un grupo de profesores comprometidos. Ellos ganaban plata por matrícula e incluso hasta por matrículas falsas", revela R.C.
Continuando con las actividades en las que participó mientras fue parte del cuerpo docente de la Escuela El Libertador, cuenta que "mientras yo estuve, incluso entre nosotros tuvimos que colocar una cuota en ese tiempo, hace unos 18 años, para habilitar una sala de computación. Tuvimos que confeccionar cortinas, otros colegas colocaron el techo e incluso uno de ellos se cayó de la escalera".
Consultada sobre la respuesta de los estudiantes ante la entrega de los profesores, la mujer responde que "las apreciaban y las valoraban. Ni una queja, nada que decir de ellos ni de los padres, porque, bueno, uno no le puede pedir más a la gente cuando ha vivido siempre en un ambiente así. Uno no les puede cambiar la mente", aclara.
las cosas como son
De regreso a San Fabián, y con el fin de obtener mayor información sobre los malabares que deben que hacer los maestros para encontrarle solución a los problemas de financiamiento que tienen los colegios, escuelas y liceos de la comuna cordillerana, Cristian Olate, jefe del Departamento de Educación de San Fabián, cuenta estar al tanto de ellos y además señala que los fondos de mantenimientos que entrega la Superintendencia de Educación no son suficientes.
"Los fondos que llegan a cada comuna dependen del número de alumnos con las que estas cuentan. Yo tengo escuelas que tienen 12 o 14 alumnos y el fondo de mantenimiento no alcanza ni a los $600 mil anuales. Entonces a mí como administrador me toca decidir dónde hay mayores necesidades. O sea, mejorar la calefacción en un colegio, o reparar impresoras. Porque con ese fondo se repara todo lo que el sistema permite", explica Olate e indica una situación que es ejemplificadora.
"Por ejemplo, la SEP (Subvención Escolar Preferencial) te permite comprar impresoras, pero no te permite repararlas. ¿Y con qué se reparan? Con el fondo de mantenimiento. Entonces los colegios más grandes, como el liceo, que generan más fondos, muchas veces tienen que ser solidarios con las escuelas más chicas que aunque tengan menos alumnos deben hacerle mantención a una serie de cosas, ya que, por ejemplo, la Superintendencia sanciona si encuentra vidrios quebrados", finaliza el jefe de Educación de San Fabián.
"El dinero que manda el Ministerio de Educación para la mantención de los establecimientos es muy poco. Acá en la comuna (San Fabián) hay que dividirlo entre siete establecimientos".
María Elena Osorio, Directora de Escuela Trabuncura"
En Yungay no necesitan de bingos
Pero al parecer, la realidad en Ñuble no es del todo desequilibrada. Eugenia López, jefa de Daem de Yungay, comenta que en su comuna los liceos, escuelas y colegios no han necesitado de bingos, rifas, completadas u otras instancias para saldar falencias. "Afortunadamente no, porque nosotros utilizamos todos los recursos que llegan vía Ministerio de Educación, ya sea a través del Fondo de Apoyo a la Educación Pública o cualquier otro programa que nosotros podamos postular. Inclusive, nosotros tenemos la escuela modular que se construyó después del terremoto y todo ha sido financiado con este tipo de programas, estoy hablando de casi $300 o $400 millones".
Narciso Tondreau
Beneficios para el liceo:
A propósito de imágenes difícil de olvidar, lo mismo podría suceder con la toma que realizaron los alumnos del Liceo Narciso Tondreau hace unos meses para denunciar los problemas de goteras en su establecimiento. Consultado Matías Sepúlveda, presidente del Centro de Alumno de Liceo, si padecen de otras falencias y a qué instancias recurren para darle solución, este señala que "se han hecho beneficios para arreglar las salas, las pintamos nosotros, arreglamos las cortinas nosotros y también compramos útiles de aseo. No lo hacemos a través de SEP porque significa licitar, se demora una eternidad y hay muchas cosas que no se pueden comprar (…) Las actividades que hemos hecho nacen como iniciativa de alumnos y profesores y es algo recurrente, todos los años un curso hace algo para arreglar su sala (…) Se hacen bingos, rifas, ventas de completos y de otras comidas. Un tiempo esto último estuvo prohibido, porque en un quiosco ya se vende comida, pero ahora contamos con el permiso del director", cuenta Matías Sepúlveda.
$600 mil pesos Es el monto de mantención que poseen algunas escuelas de San Fabián y que deben distribuir para todo el año y únicamente con el fin de arreglar lo que la ley les permite.
$400 millones Es lo que el Daem de Yungay señala que se ha invertido en la escuela modular de la comuna. El recinto se construyó luego del terremoto y reúne a alumnos de distintos establecimientos.