Como a la mayoría de los hombres, me encantan las mujeres. Las respeto, las cuido, las quiero, no dudo de su capacidad y, obviamente, entiendo que juegan un rol fundamental en una vida buena y feliz. Sé que han sido postergadas en muchas cosas (acceso a empleos, remuneraciones, igualdad ante la ley, etcétera). Pero últimamente, con esto del feminismo se les está pasando la mano. Una prueba de ello es que a un sector le dio por incursionar en lo musical y se dedicó a encontrar contenidos "machistas" (término que se convirtió casi en un insulto) en canciones que todo el mundo conoce.
Creo que se está creando una situación injusta para los varones. Por razones generacionales, conozco muchos boleros de antes. La mayoría rinde culto a la mujer que se fue, que nos dejó, a la cual no olvidaremos y materias similares. Sin embargo, hay otras que corren el riesgo de ser acusadas de ofender a las mujeres. Una hermosa canción cubana, "Dos gardenias", señala: "Más si en un atardecer/las gardenias de mi amor se mueren/ es porque han adivinado que tu amor me ha traicionado porque existe otro querer". Su autora, Isolina Carrillo, fallecida hace muchos años, no imaginó que, en los tiempos actuales, podrían acusar a su canción de tratar a las mujeres de traidoras o infieles.
Suma y sigue. "Señora", otro recordado "hit" (antes no se usaba ese término), proclamaba: "Señora, te llaman señora/ todos te respetan/ sin saber la verdad". Estoy seguro de que, por ahí, surgirá un grupo denunciando que ofende gravemente a las mujeres y atenta contra su dignidad. Lo mismo sucede con un boleto que cantaba también Bienvenido Granda: "Tu precio/ creo haberlo pagado". Ni qué decir que pueden aparecer las que insinúan prostitución y no respetan a lo que antes se llamaba "el sexo opuesto", aunque nadie sabe a qué se oponían. Y no quiero ni mencionar un bolero que cantó hasta Olga Guillot, el cual advertía: "Cría cuervos y verás cómo te comen los ojos".
Sé que algo similar está sucediendo con canciones modernas, cuyos intérpretes incluso se niegan a cantarlas, a fin de no enfrentar el rechazo femenino. Esto ocurre hasta con el reggaetón. En cambio, las feministas exageradas guardan discreto silencio con hermosos temas que les rinden tributo: "No existe un momento en el día/ en que pueda olvidarme de ti/ el mundo parece distinto/ cuando no estás junto a mí", "El día que me quieras/ la rosa que engalana/se vestirá de fiesta, con su mejor color".
Para resumir, éste es un buen momento para recuperar la cordura y la temperancia. La mujer merece y merecerá siempre el mayor respeto. Las buenas canciones, antiguas o modernas, son eso y nada más. Sin segundas intenciones. Nota: el autor de esta columna lleva 47 años casado con la misma señora y tiene una nieta.
Raúl Rojas, Periodista, Académico, Escritor.