Una nueva mirada a las cifras que entregó la Encuesta Casen 2017 realizaron las autoridades, a 24 horas de divulgar sus principales resultados. Y cada nueva observación de los datos parece reafirmar, a ojos de los máximos representantes del gobierno, que la división de la Región del Bío Bío tuvo el principal efecto de visibilizar la situación de pobreza que vivía la población más cordillerana del territorio.
Fue el propio ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, quien aseveró ayer en una entrevista con EmolTV que "cuando uno desagrega los datos de la Región del Bío Bío, queda claro que hay un sector más urbano que hoy día queda en Biobío y un sector más rural con niveles de pobreza más altos que están en Ñuble". Cabe recordar que uno de los principales argumentos de los defensores de la idea de Ñuble Región fue la desigual distribución de los recursos, privilegiando a Concepción por sobre las otras tres provincias.
A nivel de la nueva región, la visión ha sido más optimista, por cuanto una vez individualizado el desafío las principales metas estarán puestas en poder ir superando esta realidad de pobreza que hoy afecta a 74.283 personas en el territorio (16,1%), de las cuales 21.215 viven en condiciones de pobreza extrema.
Ser la segunda región con mayor pobreza en Chile no es motivo de ningún orgullo, pese a lo cual le abrirá a Ñuble amplias posibilidades de poder optar a una gama más amplia de subsidios del Estado con la finalidad de abordar la problemática.
Tal como lo manifestó ayer la Subsecretaria de Evaluación Social, Alejandra Candia, tanto Ñuble como La Araucanía requerirán acciones a nivel de Estado.
Asimismo, la puesta en marcha de la Región de Ñuble permitirá que las nuevas autoridades que asumen el 6 de septiembre tengan una dedicación más focalizada hacia las zonas rurales con mayor concentración de la pobreza. Una de ellas se ubica en el territorio del Valle del Itata, donde necesariamente el programa conocido como Zona de Oportunidades cobra hoy una mayor relevancia en la articulación económica de los productores y por tanto debiera ser reforzado en su presupuesto para los próximos años.
Trabajo, Desarrollo Social, Economía, Agricultura, serán sólo algunas de las carteras que tendrán un rol protagónico en generar políticas y programas que permitan sustentar el trabajo de la agricultura familiar campesina, las pymes y de los productores más pequeños, para consolidar sus negocios, al tiempo que se requerirá un fomento más decidido a los emprendedores e innovadores. El trabajo recién comienza.