Anticipándose al inicio del Mes de la Patria, que es cuando estadísticamente tiende a incrementarse la ocurrencia de delitos relacionados con el robo y faenamiento clandestino de animales, con la finalidad de comercializar su carne preferentemente en establecimientos clandestinos, Carabineros de Chile ha dado inicio a un plan que busca reducir notoriamente este tipo de ilícitos.
Ya el año pasado, la institución policial aplicó una estrategia que consideró un mayor despliegue con personal de civil con tal de detectar tanto a quienes transportan animales sin la respectiva documentación, como también para fiscalizar aquellos lugares donde se expende el producto sin la autorización sanitaria requerida. Este año, Carabineros volverá a reforzar sus servicios, ampliados a todo el territorio regional, gracias a la coordinación y apoyo en medios que han recibido de la CAR Ñuble, que aportó con un vehículo 4x4, un computador, teléfono y combustible para el trabajo que realizarán las unidades especializadas.
En algún momento este tipo de aportes fueron cuestionados al interior de la institución, preocupada por los temas de probidad, por lo que las autoridades de la nueva región deberán tomar en cuenta la escasez de medios necesarios para la vigilancia y fiscalización por parte de los estamentos policiales involucrados, y considerar su reforzamiento a través de un plan anual de trabajo.
La nueva Región de Ñuble ostenta en la actualidad las mayores cifras de delitos de abigeato en el país, superando inclusive en un 50% el promedio nacional. Y si bien se trata de un ilícito con cierta estacionalidad en su ocurrencia, pues aumenta entre septiembre y diciembre, ya en el primer semestre del presente año se han constatado 118 denuncias, lo que significa un aumento del 14,5% en relación a 2017.
Cabe consignar que en 2006 y 2009 se aprobaron las leyes N°20.090 y N°20.596, que aumentaron las penas para quienes cometen abigeato, entrega más facultades a las policías y estableció como obligatorio el uso de formularios de movimiento animal como documento único para el transporte de ganado.
Sin embargo, la principal dificultad que ha planteado la propia organización de agricultores pasa por la gran "cifra negra" de casos no denunciados, lo que complejiza la labor de identificación de los lugares y horas en que se producen el robo. A mayor ahondamiento, los afectados reconocen una falta de motivación por dar cuenta de estos sucesos, al quedar muchas de estas denuncias archivadas por falta de antecedentes en la Fiscalía. Por tal motivo, se hace necesario coordinar los esfuerzos inter institucionales para volver a llevar seguridad a los campos y a sus pequeños productores.