Los cinco días de algarabía, descanso, trago, comida que se aproximan son un buen momento para recordar cómo ha cambiado el "lenguaje" de las fiestas patrias (si es que alguien se acuerda que ése el tema central, porque ahora todos las llaman "feriado largo"). Esto, para no ponernos serios y superar lo vergonzoso de ser el país que más bebe en América Latina: 9,6 litros de alcohol por persona, concentrados en 1,6 días de la semana. Y estamos en el cuarto lugar de América.
Entre los "símbolos" nacionales más preciados de la actualidad figuran el asado, el choripán, el vino tinto, la chicha y licores al por mayor. El objetivo parece ser comer y tomar, porque Chile, supuestamente se va a acabar.
Los ebrios de antes se llamaban, simplemente "curados". Nadie conoce el origen de la aplicación del término, porque, en esencia, se refiere a la medicina, la construcción y la cocina. Cuando una persona se emborrachaba se ufanaba: "¡Agarré una cura!". Cuando alguien hacia eses y hablaba incoherencias, se decía "Anda como tenca". La metáfora corresponde a que este pájaro, que habita en Chile y Argentina, es muy cantor y ruidoso. La gente lo asoció con el jolgorio, la jarana, el bullicio y la alegría. ¿No está de acuerdo el lector con que los ebrios hablan muy fuerte y acostumbran a cantar, generalmente sin tener condiciones para hacerlo? Si de pájaros se trata, también se decía: "Se curó como diuca". También se decía: "Anda con la caña", lo cual tenía más congruencia, porque se acostumbraba mucho beber una "cañita", nombre que encubría la "caña", vaso antiguo, de tamaño pequeño. Como los chilenos ingieren hoy mucho más alcohol que antes, hasta hace algún tiempo se decía: "anda con la garrafa", si bien es un hecho definitivo que la garrafa virtualmente desapareció.
En mi lejana juventud se acostumbraba a señalar a los borrachos con un dicho también especial: "Anda caramboleado". Seguramente, relacionado con el billar, donde hay que hacer carambolas con una bola llamada "mingo" y chocar con otras en la mesa de juego. Es decir, toda clase de piruetas. También se hablaba de "andar con la mona", para referirse a una persona embriagada. Esto llegó de España, donde hace siglos les llamaron la atención los movimientos desordenados y desacompasados de los simios.
También nos habituamos a señalar un ebrio con las expresiones: "Anda cocido" o "Anda cosido". Aunque distintas -la primera se refiere a la cocina y la segunda a la ropa-, las dos fueron válidas. Más tarde, por ahí por la década de los 50´, un ingenioso inventó que emborracharse era "andar con el gorila" o "engorilado". Con ello se refirió a que caminan, y hasta bailan, como si llevaran un gorila a cuestas.
La religión también se vinculó a tomar mucho. Los ebrios antes acostumbraban a exclamar: "¡Hasta verte, Cristo mío!" Con ello, sin saberlo, se referían a que muchos vasos, en la antigüedad, llevaban en el fondo la inscripción I. H. S., sigla latina que significa "Jesús, salvador de los hombres". Como tomaban al seco, se justificaban diciendo que así veían el rostro de Cristo.
Raúl Rojas, Periodista y Académico.