Pareja haitiana en Chillán celebró su matrimonio civil marcados por el duelo
AYUDA. El dinero que reunieron durante meses, pensando en celebrar las nupcias, debió ser enviado de inmediato a Haití por el repentino fallecimiento de un familiar.
En septiembre de 2017 Nicoderme Daut (31) salió de su natal Haití con destino a Chile teniendo claro cuáles serían los propósitos al llegar a este país que le permitieran tener una vida que su nación no le brindó, aspiraciones que compartía con su novia Louna Dorvil (29) quien llegó un mes después.
Esta semana la pareja, con tres años de relación, materializó uno de sus sueños al contraer matrimonio civil. Lo que debía ser el día más felices de sus vidas estuvo marcado por el dolor luego de que la madre de Daut falleciera en su país de origen un día antes del enlace. "Estamos viviendo momentos muy difíciles, un día antes del matrimonio civil llegó la noticia de que mi mamá falleció y fue muy triste", dijo Daut.
El ciudadano extranjero señaló que el resto de sus familiares residen en Haití, por lo que debido a las dificultades económicas que padecen envío el dinero que tenía reunido para celebrar su matrimonio eclesiástico.
"Teníamos como $300 mil para la recepción pero ahora esa plata la envié a Haití. Hasta ese momento queríamos hacer una recepción para comer algo con nuestra familia y hermanos de la iglesia pero con ese poco dinero tuvimos la obligación de enviarlo para el funeral de mi madre porque la familia no tiene oportunidades ni tiene lucas", recalcó.
Aunque la pareja se quedó sin un peso para el compartir que tenían pensado, la ceremonia por la iglesia sigue en pie y se efectuará hoy en la Iglesia Unida Metodista Pentecostal de Chillán a las 20:30 horas. "Queremos hacer solamente la ceremonia pero hay algunos hermanos de la iglesia y otros amigos que quieren hacernos algo cuando termine la ceremonia", señaló Daut.
Con apoyo mutuo se han dado aliento en estos días difíciles, sin perder el foco de sus planes. Los esposos, quienes vivían en domicilios diferentes antes de casarse, explicaron lo complicado que ha sido lograr arrendar una vivienda en Chillán.
"Estaba buscando una casa pero son caras y a veces los chilenos no quieren arrendar con los haitianos porque cuando llamamos nos preguntan si somos haitianos y dicen 'no arriendo con los haitianos' y nos cortan la llamada", lamentó Dorvil, agregando que por el momento viven en dos piezas en la villa Robinson Araneda, en Chillán Viejo. "La señora donde vivo me hizo el favor de abrir una pieza más en su casa, aún sigue siendo muy chico pero por ahora está bien porque todavía no vamos a tener hijos", destacó.
Los recién casados, él informático de profesión y ella administradora, esperan más adelante estabilizarse económicamente y emprender un negocio propio. Por ahora, Daut trabaja en la "Frutería Don Nelson" en la avenida Padre Hurtado y los fines de semana laboral en un restaurante de la avenida Argentina, mientras que la mujer está cesante desde el pasado mes de julio.
"El salario mínimo de la frutería es poco para atender a la familia por eso tenemos planes para cosas mejores y queremos hacer nuestro propio negocio y más adelante cuando tengamos nuestra cédula definitiva por cinco años creo que eso es lo que vamos hacer", señaló Daut.
El negocio que quieren emprender estaría relacionado a la venta de verduras y frutas. "Como tengo la experiencia de la frutería y en la venta de verduras, frutas y esas cosas se venden mucho por eso queríamos empezar con un negocio como ese", dijo.
Los esposos confían que en un año y medio a dos años aproximadamente sea el tiempo prudente para iniciar la búsqueda de hijos y ampliar la familia.
Buenos y malos tratos de las personas
Desde su llegada a este país los migrantes manifestaron que han sido bien recibidos por las personas, sin negar que otros más no los ven de buena manera. "En todas partes del mundo hay de todo, hay gente buena y mala. A veces hay mucha gente que nos trata bien y otros no, no solamente a nosotros a otros compañeros también les ha pasado", dijeron. Indicaron que los asistentes a su ceremonia por la iglesia los acompañarán tanto coterráneos como personas chilenas con quienes han sembrado lazos de amistad.