La duda se hace presente después de comprobar el escaso número de estudiantes recién egresados que se interesan por inscribirse en la carrera de pedagogía, situación que se está advirtiendo con mayor nitidez cada año y que se ha vuelto a ratificar en el presente año. ¿Están, en verdad, en retirada las vocaciones pedagógicas? Cobra mayor relevancia esta situación, a pesar de los importantes acuerdos que en torno a esta carrera se han impuesto.
Desde luego se elevó el puntaje de la PSU para postular a los 500 puntos promedio, en la PSU se acordó subirlos gradualmente hasta los 550, a partir de la administración del año 2023. Una forma alternativa de ingreso, es que los postulantes pertenezcan al 30 por ciento con mejores notas de sus respectivos colegios. Al llevar adelante esta política se pensó que la reducción de los postulantes a las carreras de pedagogía, que la mayor selectividad introducía, iba a ser compensada por un también mayor interés en elegir esta carrera, por los mejoramientos en su condiciones laborales. Los antecedentes iniciales, tras dos años de esta aplicación de normativa, sugieren que la predicción no se estaría cumpliendo. Las personas que postulan a pedagogía van a la baja y varios programas no están llenando vacantes. Es difícil saber si este fenómeno puede significar en pocos años más, una escasez de profesores, pero es algo que no se debe descartar.
Es cierto que la caída de la matrícula como consecuencia de la tradición demográfica que vive el país, reduce la necesidad de profesores, sin embargo, hay dos factores que pueden contrarrestar esa menor demanda. Por una parte, la ley antes mencionada disminuyó la proporción de horas lectivas que los docentes deben realizar y al mismo tiempo los planes de retiro de los últimos años han acelerado las tasas de rotación habituales en esta profesión. En ese sentido, el mejoramiento de las condiciones laborales puede estar siendo insuficiente para atraer personas de mayores habilidades y evitar una escasez de docentes en el futuro.
Una prueba de ello, es que los beneficiarios de las becas "Vocación de Profesor" han caído aproximadamente en un 40 por ciento, de poco más de 3.000 beneficiarios en 2011. Esta beca, cabe recordarlo, paga la totalidad del arancel anual de la carrera de pedagogía, para estudiantes de más de 600 puntos en la PSU, para puntajes superiores a los 700 se agrega un aporte mensual en dinero, al que se suma después de los 720 puntos, el financiamiento de un semestre de estudios en el extranjero. Después de examinar con espíritu crítico todas las posibilidades, resulta extraño lo que está aconteciendo con los porcentajes de aceptación, hasta el punto de pensar en el rechazo a la carrera o al menos, en el menor interés por ejercerla. Es indispensable reconocer que ninguna nación o estado democrático, que aspire a perseverar en su esencia, podrían desprenderse de la educación, como una de sus funciones fundamentales.
Por Carlos René Ibacache I. Miembro Correspondiente
por Chillán de la Academia Chilena de la Lengua.