Vivian Beñaldo Catalán

Soldados del Regimiento de Infantería Nº 9 "Chillán, realizaron su primera campaña en Quilmo a unos 25 minutos de la ciudad, que tiene como objetivo principal formar combatientes básicos individuales.

Estos jóvenes que comenzaron a realizar su Servicio Militar este año en dicha unidad, partieron con mochila al hombro, un fusil, carpa, ilusiones y miedos, para su primera fase de instrucción militar. Es el caso de George Caro de 18 años quien comentó que "tenemos 2 mochilas la M90 que echamos todo para irnos a campaña y la M40 que guardamos la cantimplora, nuestros platos que es para andar en el día en instrucción" y añade que "el utilizar el armamento es una experiencia inolvidable, disparar un fusil de guerra es otra cosa, estábamos todos esperando ese día".

José Tomás Fraga de 18 años señaló que "yo estaba emocionado porque nos dijeron que íbamos a realizar tiros con nuestro fusil con el que estábamos haciendo manejos, pero nunca lo habíamos usado, eso fue muy emocionante de la campaña, pero teníamos un poco de miedo porque nos decían que los aporreos eran más intensos en campaña, sin embargo, nos dimos cuenta que no era así, por mi parte yo los disfrute".

Para Matías Belmar de 18 años dijo que "el primer día estábamos ansiosos, pero cuando despertamos la carpa estaba toda humedecida. La instrucción de tiro fue la mejor" y agrega que "era un poco cansador bajar el equipo, bajar la mochila, armar la carpa, fue cansador pero fue divertido".

Algunos nunca habían armado una carpa, dormían junto a sus instructores por lo que el trato era el mismo, en las carpas dormían en parejas que instalaron bajo techo, el rollo se realizaba con el saco de dormir y 2 frazadas idealmente.

"El segundo día de campaña pasamos por varías canchas de medición y apreciación de distancia, después había otra de paso de obstáculos era una alambrada alta y otra baja que se pasa a punta y codo de arrastre y salto de muralla" y agregó que "ahora que sabemos hartas cosas de ese tipo es motivador, para seguir adelante detalló Belmar.

Para ello, cada día los soldados deben sortear distintas canchas en las que reciben instrucción, por ejemplo de primeros auxilios, empleo del arma, tiro, aprovechamiento militar del terreno, marcha, supervivencia y técnicas de paso de obstáculos, entre otras.

Para el conscripto Fraga dijo que "nunca nos imaginamos que podríamos aprender sobrevivencia, por ejemplo que el poncho impermeable nos puede ayudar para retener agua cuando hay lluvia o para hacer un refugio".

De noche tenían instrucción de seguridad y enlace al entorno, al comienzo pensaron que solo sería una marcha, pero les enseñaron como calcular la distancia a un destello de luz.

En cuanto al aseo personal, se duchaban una vez al día con agua fría "en las tardes llegábamos de instrucción y nos íbamos a las duchas con agua helada, se pasaba un poco más de frío, pero siempre andábamos mas abrigados, el hecho de bañarnos con agua helada después andábamos con el cuerpo más caliente" señaló el recluta Caro.

En cuanto al balance que realizan sobre su primera campaña y lo que han aprendido, el conscripto Belmar dijo que "la instrucción de primeros auxilios, porque eso sirve tanto dentro del Ejército como en el mundo civil, ya no se borrara de nuestra memoria los aprendizajes, la experiencia, ya contamos con los conocimientos básicos para salvar una vida".

Manejo de granada

"Yo no tenía idea que íbamos hacer ese tipo de instrucción la verdad" y agrega que "de primera se sentía una sensación de suspenso, cuando se detonó era muy similar a la real" señaló Belmar.

"Nos enseñaron como tomarla, como sacar el seguro, como caer con el fusil, ya que al sacar el seguro hay 2 a 3 segundos y explota" comentó emocionado Caro.

Vida en el cuartel

Son las 6:30 am y los reclutas deben levantarse al son del toque de diana (trompeta), para formar el rollo, quedar sentados en sus literas y esperar la orden de su Comandante de Escuadra (instructor) para luego , pasar a las duchas, toalla a la cintura, jabón en el pelo y después salen, se visten hasta el torso, pasan a afeitarse, se terminan de vestir y pasan a tomar desayuno a las 8 de la mañana, posteriormente se van a sus respectivas cuadras, donde realizan a aseo, ordenar los casilleros, debe estar todo ordenado. Para luego salir a instrucción ejercicios de escuela en el cuartel.

De noche realizaban instrucciones y otros les tocaban hacer "imaginaria". "Es velar por el sueño de los combatientes que están en reposo, nos toca 1 hora durante la noche dependiendo del día de semana y se realiza por orden alfabético" dijo Belmar.

Estos jóvenes nunca se imaginaron que podrían cuidar el sueño del otro y de estar a cargo de la seguridad de sus camaradas. Lo que aún no realizan son guardias dentro de la unidad.

Sus miedos

Sin duda, para muchos de los soldados uno de los principales obstáculos que han enfrentado es estar lejos de su familia y en la comodidad de sus hogares, pero el 100% de los reclutas que está realizando el Servicio Militar en el Regimiento de Chillán son voluntarios y que por capacidad otros tantos se atrevieron a realizarlo en el norte o al extremo sur.

Para el soldado chillanejo, José Tomás Fraga dijo que "el mayor miedo era estar lejos de mi familia, de no estar siempre en mi casa, dormir a la hora de llegar, el objetivo que ingresé es para obtener un hábito y porque quiero seguir la carrera militar".

En tanto para George Caro, recluta oriundo de San Carlos señaló que "lo más difícil es la separación con la familia, es un cambio fuerte que como nos comentaban que acá nos pegaban, pero al llegar acá no es así, son solo comentarios. Ahora se valora más la familia, aunque sea por 5 minutos".

Matías Belmar que es de Yungay dijo que "el miedo que yo sentía al entrar al servicio es la típica percepciones del mundo civil que adentro se recibía malos tratos, que la comida era mala, de que los golpeaban por ejemplo y aun así ingresé porque tenía altas expectativas sobre eso. Me gusto hasta ahora ha sido de mi agrado".

Apoyo

Cada pieza tiene un Comandante de pieza a cargo el cual es un instructor, que está todo el día con ellos "se preocupa si tenemos un problema, él se preocupa nos pregunta que nos pasa, darnos un consejo o estar con nosotros" señaló el soldado Caro.

Para comunicarse con sus familiares los soldados pueden realizar llamados desde el casino a través de un teléfono público o bien sus comandantes de escuadras les facilitan sus celulares para que se puedan contactar "mi comandante de pieza tiene el número de nuestros papás, y si mi familia quiere saber de mí se comunican con él" señaló George Caro.

Los soldados reciben un beneficio que es una subvención que les entrega el Estado de $ 110 mil pesos, lo que no es menor, ya que se les da comida, tienen régimen de internado, lo cual es depositado en su cuenta rut.

Además cuentan con cursos de capacitación permanente que son por intermedio de Sence, se capacitan casi el 70% de los soldados en cursos como electricidad automotriz, mecánica automotriz, bodegueros, operador de grúa horquilla, entre otros.

"El examen consiste en 3 etapas, recomendable, recomendable con limitaciones y el no recomendable quien deberá retirarse pero queda con su situación militar al día" ".

José Pereira Yáñez, Comandante Regimiento Chillán

Con la finalidad de conocer las experiencias vividas durante la presente temporada de vendimia en la Cooperativa Vitivinícola COOVICEN, la que reúne a sesenta socios de Quillón, las autoridades del Agro en Ñuble, visitaron su bodega de vinificación, ubicada en las dependencias de la ex escuela "El Arenal", en Cerro Negro.

En la ocasión, se realizó un recorrido por las dependencias de COOVICEN, instancia en la que se verificó el estado de las cubas de vinificación, del container y de la romana de pesaje, además de analizar las proyecciones a futuro para esta cooperativa. Precisamente, refiriéndose a los objetivos que persiguió la visita, el intendente de la Región de Ñuble, Martín Arrau, expresó. "Vreemos que el Valle del Itata tiene un tremendo potencial, en muchos rubros y especialmente, en la vitivinicultura. El venir a COOVICEN, efectivamente nos muestra cual es el camino a seguir. Cuando hay gente comprometida, con ganas, que le pone todo el empeño del mundo por lograr sobreponerse y salir adelante, con apoyo del Estado, pero por sobre todo, con su trabajo, a través del cooperativismo, nos muestra que este es el camino".

"COOVICEN es de los casos éxitos de asociatividad que tenemos que ir revisando en Ñuble, pensamos que estos son los casos que hay que ir relevando, ya que nos demuestran que con ganas, con creatividad y con mucho compromiso, se puede salir adelante en rubros que parecen adversos, pero que con un trabajo serio, pueden tener un buen futuro".

Se debe señalar que en la presente temporada, COOVICEN compró 3 millones de kilos de uva a sus socios y hasta la fecha, lleva producidos 282 mil litros de vino, lo que comienza a posicionarlos como un ejemplo de asociatividad y de cooperativismo moderno importante dentro de la Región de Ñuble. A juicio de Carlos Valenzuela, gerente de operaciones de esta entidad, esto es el resultado de un gran esfuerzo y de un arduo trabajo en equipo. "Si bien este año fue complejo en algunos aspectos, nosotros pudimos sobreponernos y salir adelante. De hecho, el que estén visitándonos las autoridades, viene a ratificar que estamos haciendo las cosas por buen camino".

Para este año, el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), está financiando la compra de una grúa horquilla de 2,5 toneladas y un generador de 200 KWA, dos elementos imprescindibles para que puedan mejorar sus condiciones de trabajo al interior de la planta.

"Nosotros sabíamos que anteriormente ellos arrendaban el generador, los que los hacia aumentar sus costos, pero con la adjudicación de este proyecto, ya no será así. También estamos adjudicando, a otros cuatro proyectos asociativos del Valle del Itata, como los son, Ecoparra Spa, Cubas de Ninhue, Sociedad Nobles Viñedos y Viñedos de Quinchamali, la adquisición de equipamiento de vinificación e infraestructura de bodega, por un total de $128 millones con lo cual estamos apoyando, tanto la asociatividad, como la vinificación, esta última, como una forma efectiva de entregarle valor agregado a su producto primario", sentenció la directora de Indap, Tatiana Merino Coria.