Da la impresión de que hay muchos políticos tratando de quitarle el protagonismo a Bernardo O'Higgins. Cada 20 de agosto, como es la tradición, se recuerda el natalicio del Padre de la Patria en el lugar donde nació, Chillán Viejo. Y cada vez, ese acto se convierte en una gran fiesta popular en que todos recordamos a quien ha protagonizado las páginas que han cargado de libertad nuestra Historia.
Recuerdo que hace años, este festejo lo aguardábamos con gran entusiasmo. En las escuelas se preparaba el desfile hacia Chillán Viejo con anticipación y las organizaciones sociales, institucionales y estudiantiles demostraban su entusiasmo e ilusión por estar presentes en aquel entonces, barrio de la capital de Ñuble. Con mi familia desfilábamos con los Boys Scout y las Girl Guides. Los cuatro hermanos varones vestíamos aquel uniforme que nos enorgullecía. Generalmente nos colocaban detrás de los bomberos, que lucían sus uniformes de gala y sus carros relucientes. Salíamos desde frente a la Municipalidad y hasta la Plaza de Armas de Chillán Viejo. Caminábamos por pocas calles pavimentadas, muchas empedradas y otras tantas de tierra. Pero, en verdad, asumíamos con muchísima seriedad nuestro papel de sentirnos herederos de las generaciones que instauraron la tradición del Homenaje al Padre de la Patria, el chillanejo ejemplar.
Desgraciadamente, desde hace unos años, tal manifestación de reconocimiento ha ido perdiendo su vigencia popular y se ha ido transformando en un momento y un lugar para la protesta, para ejercer prohibiciones por parte del gobierno de turno, para los malos modos entre políticos y para la represión indiscriminada. Recordando la tradición del pasado, no me parece bien que se vaya perdiendo el significado esencial de la fecha.
Es necesario recordar que el hecho de homenajear a Bernardo O'Higgins en el lugar y fecha de su nacimiento, ya ha pasado a ser un verdadero patrimonio cultural no sólo de Ñuble, sino del país entero. Por lo tanto, debemos honrar tal festejo y recuperar su espíritu tradicional.
El Padre de la Patria nos dio lecciones de solidaridad, generosidad y valentía. Por lo tanto, debemos recordarle también con ese mismo espíritu solidario, con la misma generosidad y con la valentía de dejar de lado nuestras diferencias particulares o de grupos, para festejar y honrar juntos a quienes se sacrificaron por alcanzar la libertad que tanto anhelábamos. O'Higgins es el protagonista de la Gran Gesta Patria. No lo podemos olvidar.
Miguel Ángel San Martín Periodista.