Frases
"Conaf contará con $1.200 millones para llevar a cabo sus operaciones terrestres"
Eduardo Mera,
Director (s) Conaf.
"En la región los 19 cuerpos de Bomberos se prepararon en conjunto con Conaf".
Gustavo de La Fuente,
Comandante de Bomberos
"Conaf contará con $1.200 millones para llevar a cabo sus operaciones terrestres"
Eduardo Mera,
Director (s) Conaf.
"En la región los 19 cuerpos de Bomberos se prepararon en conjunto con Conaf".
Gustavo de La Fuente,
Comandante de Bomberos
Ya ha transcurrido un mes desde que el país se vio envuelto en una serie de manifestaciones, en su mayoría pacíficas, y en otras ciertamente condenables, pero más allá de lo anterior, hoy lo más importante es llamar a la unidad de nuestro país, a la unidad de Chile y sus ciudadanos. Claramente nadie puede estar ajeno a la realidad que el país ha vivido desde hace cuatro semanas, hoy el país y la ciudadanía nos está demandando cambios inmediatos y cambios estructurales, y nuestro deber como sus representantes es velar por generar los cambios, pero estos deben ser estudiados en su forma, fondo y viabilidad, caer en la aprobación de proyectos sólo por mejorar la imagen, es caer en el populismo, y eso no corresponde, al día de hoy las demandas son muchas y variadas, y todas tienen su peso y mérito, pero todo no se puede hacer de manera inmediata, porque hay que elaborar, desarrollar, ver costos, antes de presentar proyectos, queremos y estamos escuchando a la ciudadanía, de eso no cabe duda alguna.
La Nueva Agenda Social que ha dado a conocer el Presidente Piñera, apunta al corazón de las necesidades manifestadas por la ciudadanía, con una nueva política en materia de medicamentos, pensiones, ingresos, impuestos y estabilización, no cabe duda, que no será lo único, pero para avanzar hay que empezar, y esta nueva agenda apunta hacia una dirección de mayor equidad, la ciudadanía se ha manifestado, y el Gobierno y el mundo político ha escuchado, todos hemos escuchado.
El llamado hoy en día, y más bien el único llamado hoy es a la unidad, hay sectores que apenas se anunció esta nueva agenda, salieron a criticarla, todo es modificable y mejorable, pero partir criticando sin un análisis profundo, sólo es populismo y buscar el apoyo inmediato, esta agenda apunta a un nuevo acuerdo, el de trabajar para poder generar las equidades que la ciudadanía está pidiendo mediante las manifestaciones pacíficas, ir en la dirección contraria no contribuye a trabajar por un nuevo Chile.
Nadie puede condenar la crítica, la opinión, la observación, ni las mejoras o propuestas que un sector contrario al Gobierno pueda plantear, pero debe tener sustento y fundamento, aquí lo importante y lo único importante es generar las herramientas y las condiciones necesarias para así responder a las demandas sociales planteadas por la ciudadanía.
Finalmente pero no menos importante, sino que todo lo contrario, cuando la sociedad, cuando la clase política, el Gobierno, los empresarios, los actores sociales, cuando todos deciden trabajar por el país es cuando Chile crece, y hoy más que nunca el estar unidos por sacar a nuestro país es lo más relevante y trascendente, discutamos, confrontémonos, debatamos, pero al final del día lleguemos a acuerdos, no por nosotros o por un tema de imagen, sino por cada uno de quienes hoy quieren que Chile sea un país más unido y equitativo, porque eso es lo que quiere todo el país.
Víctor Pérez Varela, Senador de la República.
Las lágrimas son, normalmente, expresión de dolor y sufrimiento. De ahí que la expresión "llorar con los que lloran" resulta contradictoria e incomprensible. Más bien, de manera natural huimos del sufrimiento buscando bienestar y felicidad. Si llegamos a estar cerca de alguien que llora lo primero que le pedimos es que no lo haga. Porque llorar con el que llora exige empatía, solidaridad y capacidad de ponerse en el lugar del otro, virtudes que nos cuesta encontrar en nuestro querido Chile de hoy. La expresión pertenece al mundo cristiano, que conoce otra todavía más fuerte; Jesús cuando habla de su sueño sobre el ser humano llega a decir felices los que lloran, trayendo a colación otras experiencias que no asociamos a la felicidad, como la pobreza, la persecución y trabajar por la paz.
Vivimos un conflicto social en que junto a la esperanza de cambios y mejores perspectivas ha convivido con nosotros el sufrimiento en dimensiones tan grandes que, en muchos, se hace insostenible. En primer lugar, los familiares de las víctimas fatales. Seguidamente, hemos sabido de quemados, turbas irracionales, saqueos, baleados, mutilaciones, acusaciones de tortura y pérdida de fuentes laborales. En la vida cotidiana la incertidumbre deteriora los ambientes laborales, escolares y algunos hasta evitan hablar de normalidad. Todo denota sufrimiento.
En el año 2013 el Papa Francisco escribía proféticamente que, ante el conflicto la mejor manera de enfrentarlo "es aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso" (E.G.) Son palabras que iluminan nuestro presente y toda experiencia dolorosa y de sufrimiento. Un grave problema ha sido la indolencia, la ineptitud para ver el sufrimiento y la incapacidad de saber llorar ante tanta maldad. El peligro es quedarse atrapado en el conflicto, lo que hace que se pierda el horizonte y se traslade las propias confusiones e insatisfacciones a instituciones u otros grupos sin posibilidad de resolver nada.
Aceptar sufrir nuestra situación, no es sufrir por sufrir, sino que es algo que nos obliga a dejar de pensar cada cual en lo suyo, a ponerse en el lugar del otro y comenzar a buscar soluciones. Nuestro Chile es de llorar, no nos hemos respetado, la injusticia y la ostentación están por doquier, no hemos podido organizar eventos, mantener nuestros proyectos y planificaciones, ni siquiera organizar un partido de fútbol. Hemos hecho riesgosa nuestra convivencia y hemos dejado que el miedo se apodere de espacios y relaciones. Para resolver la crisis lo primero será llorar este país, toda su corrupción, su inequidad, violencia y víctimas inocentes. Solo entonces, dando la cara a la verdad, tanto sufrimiento podrá ser la puerta para una paz futura y camino de un mejor estar. Hay que trabajar siempre por la justicia y el fruto será la paz.
Luis Flores Quintana Sacerdote Diocesano.
Queda completamente claro que el fútbol y el campeonato nacional de la Primera A y la Primera B está lejos de ser lo más importante en estos momentos. Sin embargo, no se puede desconocer que es un tema recurrente y que en dicha actividad deportiva convergen todo tipo de actores sociales, es una suerte de ente aglutinador en el cual conviven personas de diferente creencia religiosa, ingreso económico, estatus social, dejando en claro que al final del día todos somos iguales.
De la mano de lo anterior cabe recordar los incidentes provocados por "barras bravas" en el estadio Bicentenario de La Florida, el duelo entre La Calera y Deportes Iquique fue suspendido al minuto 67, hecho que como consecuencia generó la suspensión total torneo nacional tras lo ocurrido en el partido que supuestamente marcaría la reanudación campeonato criollo luego de que estuviese parado a raíz de la crisis social.
Lo negativo es que simplemente el fútbol nacional fue derrotado por goleada por la delincuencia. Cada uno de los estamentos puede tener o no su derecho a no querer jugar, los jugadores por su seguridad, los clubes quieren retomar la actividad por los ingresos económicos perdidos, mientras que la ANFP quiere dar por finalizado el certamen para cerrar el irregular 2019 y con ello definir a los clasificados a torneos internacionales. Incluso se puede aceptar la postura de quienes no quieren que vuelvan los partidos para no proyectar una sensación de normalidad.
Sin embargo, el problema es que la ANFP sucumbió ante las presiones de quienes en base a actos vandálicos dejaron en claro que la fecha no se iba a jugar con normalidad. Además, la ANFP no fue capaz de otorgar las medidas de seguridad para el desarrollo de una competencia que en rigor no requiere de un contingente policial y ante lo cual surge también la crítica de las autoridades que comienzan a dejar que la delincuencia y la violencia sea el camino bajo el cual se impida hacer algo que no necesariamente es parte de lo que se exige en las calles. Con lo anterior se valida cualquier hecho violento como el camino para exigir lo que se quiera. Lo anterior es un ejemplo de que la delincuencia no cesará, que para no herir susceptibilidades, es muy distinto a las manifestaciones y justas demandas sociales.