El connotado actor y coach americano Will Smith decía en algunas de sus conferencias: "los seres humanos compramos cosas que no necesitamos con dinero que no tenemos para impresionar a personas a las cuales no les importamos".
El tema de la apariencia sin duda es muy controversial, la imagen y lo que queremos mostrar a los demás, se torna muchas veces lo más importante en nuestra vida. Concuerdo con Smith y agrego que muchas veces, queremos solo aparentar lo que no somos. Mostrar algo que impresione a los demás, que muestre lo mejor de nosotros.
Las redes sociales han incrementado aún más eso con sus filtros para las imágenes, fotos prediseñadas o las famosas "historias" para contar en tiempo real lo que estamos haciendo. Parece que la vida fuera una competencia entre todos, quien tiene la foto más bonita, el filtro más sorprendente o el efecto que más llame la atención.
Es una carrera que ya se instaló en nuestro diario vivir y la gran mayoría de las personas corren desesperadamente por tener un buen puesto, buena figura y mostrar a los demás algo que en realidad, a veces, no existe.
Según expertos esto sucede porque muchas veces tenemos miedo. Miedo al rechazo de los demás, al famoso "que dirán" y al no ser validado por mi entorno de amigos o familia. La decisión que tomamos de no ser esencia sino imagen, termina haciendo daño a nuestra vida y nos quita la autenticidad como seres humanos, convirtiéndonos en un individuo falso.
La persona realmente feliz comienza a mostrar lo que realmente es, sin miedo, con valentía de salir adelante y sin temor de lo que demás digan de ella.
Buscar la esencia de las cosas significa valorar por encima de todo la autenticidad de la vida y de quien soy como persona. Y algo así lo encontramos llevando una existencia desde el interior, desde el corazón, y sabiendo observar las cosas que de verdad son importantes para vivir.
La personalidad auténtica y verdadera, aprende de sus derrotas y fracasos, los asume y los acepta para orientar su camino de vida. Entiende el valor del ser humano, del esfuerzo y la superación personal. Su amor propio es sólido, fuerte y segura, es decir, tiene una gran autoestima. La persona verdadera es segura de si misma y de lo que quiere para su vida. Y muestra para los demás su entusiasmo y sus ganas de vivir. Nunca tenemos que olvidar que la vida es un gran aprendizaje, es ir conformando nuestra imagen con integridad sin falsedades y consolidarla hacia nosotros mismos y hacia fuera de nosotros.
Joaquín Pincheira Lagos, Periodista y Coach de inteligencia.