"Las AFP como entidades financieras lo hicieron muy bien, pero como entidades de seguridad social fallaron", dijo la ministra del Trabajo hace unos días, y está en lo cierto. Por más de dos décadas, tanto expertos como la opinión pública han considerado que las ganancias de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) chilenas han sido "excesivas" frente a la realidad de la industria en la que se encuentran, dado que pertenecen a una industria donde la demanda está cautiva y se espera tengan un sentido social en su administración. Todos los chilenos debemos ahorrar obligatoriamente un porcentaje de nuestro sueldo anual, entonces esta industria tiene que tener una regulación adicional emulando lo que se realiza para el caso de los monopolios naturales, como las empresas reguladas de servicios básicos como agua y electricidad.
Los números y la evidencia internacional, en este caso, hablan por sí solos, la rentabilidad sobre patrimonio promedio de 25,4% alcanzado por las AFP en Chile durante el período 2006-2015 fue 4,8 veces superior al 5,3% justificable por su exposición al riesgo de mercado. En términos monetarios, de los US$ 4.400 millones obtenidos por la industria en la última década, cerca de US$ 3.500 millones corresponderían a una ganancia "excesiva".
Por otro lado, cuando en una industria se generan rentabilidades altas por periodos de tiempo sostenido (20 años o más), podemos estar en presencia de barreras de entrada que podrían afectar la competitividad de la industria. En el caso de las AFP, se produce una transferencia de excedentes desde los cotizantes hacia las administradoras. Esta transferencia también puede afectar otros mercados al aumentar la disponibilidad de recursos de las AFP y acentuar las necesidades de financiamiento de los cotizantes.
La percepción ciudadana de que la industria de AFP genera ganancias excesivas alimenta el descontento social afectando la legitimidad del sistema de pensiones. Lo central es determinar cuál es la rentabilidad justa de las entidades privadas que administran hoy los ahorros de todas y todos los chilenos (las AFP), entre 2006 y 2015, la rentabilidad promedio sobre patrimonio de las administradoras (25,39%) superó en 4,8 veces la "rentabilidad justa" (5,29%). Si la industria fuera competitiva de verdad, claramente el resultado final podría ser más beneficioso para nuestros cotizantes, por lo tanto, las utilidades que hoy obtienen las AFP no son justas.
Por último, el 2017 la utilidad alcanzó $347.596 millones en 2018 el resultado fue de $303.231 millones, y a septiembre de 2019 las utilidades alcanzadas por las AFP totalizaron $551 millones. Dado lo anterior, una de las propuestas de Renovación Nacional en materia previsional es la creación de un Royalty a las utilidades AFP, para así agregar este "componente de competencia" que el mercado no ha podido hacer, agregando justicia a las utilidades máximas percibidas por las AFP, sin eliminar los incentivos para ser más productivos y eficientes, con el objetivo de compensar a los pensionados. Muy importante es que este Royalty no ingresa al fisco, sino que se transfiere directo al bolsillo de los pensionados.
Frank Sauerbaum Diputado por Ñuble. Ingeniero Comercial-MBA.