Está terminando no solo el año 2019, sino también la segunda década del siglo XXI. Si observamos con un "prisma" el tiempo pasado y con "anteojos de larga vista" la próxima década, situados en el presente que estamos viviendo, podremos sacar varias conclusiones, respecto de los cambios de paradigmas que se instalarán. Se observa que surgirán nuevos liderazgos, los cuales se avizoran, no provendrán precisamente de las grandes ideologías de fines del siglo XIX y el siglo XX, acuñadas entre la revolución industrial y la Guerra Fría, sino de nuevos grupos, con intereses y visiones nuevas, surgidos desde la sociedad civil organizada, perdiendo el lugar los partidos políticos como grupos de poder.
Habrá en ese futuro, con toda seguridad, una nueva relación con la naturaleza. Se tendrá que revisar, en forma urgente, todas las medidas tomadas en el pasado en que se ha visto alterado el orden natural de los bosques nativos, cursos de ríos, uso de los suelos, explotación excesiva de algunos recursos naturales, etc. Tendremos que trabajar para descontaminar el mar, los lagos y los ríos de elementos como plásticos y otros agentes contaminantes que afectan la flora y fauna marina. Habrá que sustituir o eliminar elementos químicos que contaminan los alimentos, las aguas y el aire. Tendremos que aprender a reciclar y producir menos basura.
La realidad de un mundo envejecido nos golpea fuertemente hacia la nueva década que iniciamos. Se instalará un gráfico de un pino invertido, como pirámide de población, con un porcentaje concentrado en personas de la tercera y cuarta edad, con los cuales hay grandes temas que resolver como: el monto de las pensiones y el sistema de salud que les afecta directamente. Actualmente, este segmento es entes pasivo de una sociedad que deshecha sus capacidades creadoras, su fuerza de trabajo y su experiencia, segregándolos, hasta terminar sus vidas en forma miserable.
En la década que se inicia, se avecinan cambios de paradigmas, pues nada de lo que antes parecía bien o aceptable, en este instante está cumpliendo las expectativas de las personas, las cuales buscan otros órdenes, nuevas leyes, nuevas formas de relacionarse, mayor dignidad y calidad de vida, etc. Sin lugar a dudas, vendrán grandes cambios en el planeta de la década del 2020 al 2030. En nuestro país, este cambio ya comenzó, con la irrupción masiva de millones de chilenos que han marchado en las calles, como una forma de señalar su descontento social al orden existente.
En Chile se vienen varios períodos eleccionarios, que serán decisivos para producir cambios y por ende para la instalación de esos nuevos paradigmas ciudadanos. La clase política rendirá examen en ellos, donde ya se está avizorando, que muchos quedarán sin aprobar, pues la ciudadanía se ha empoderado en sus demandas y esta vez no permitirá de algunos, tantas promesas incumplidas, la inconsecuencia entre el discurso y el accionar, la mediocridad y tantas otras faltas de los representantes del pueblo. El inolvidable 2019 inicia su partida y llega el 2020 con grandes desafíos en que estamos todos invitados a trabajar por un país mejor, para cada uno de nosotros y de los que vendrán.
Alicia Romero Silva, Licenciada en Historia.