La brigada que combate incendios
CÓMO FUNCIONA LA CENTRAL TECNOLÓGICA DE ARAUCO. El trabajo se divide en tres salas: detección, proyección y despacho. Desde allí más de 60 personas a través de moderna tecnología y cámaras robots, monitorean los cambios en el territorio para localizar los siniestros, simulan su trayectoria para mejorar el ataque y envían los recursos. Todo a cientos de kilómetros de la emergencia.
Un chirrido que se emite desde el computador y que se repite cada dos minutos, es la señal para que el operador cambie la visión de la cámara y analice que la imagen que está viendo en el computador de un determinado sector es un incendio o una falsa alarma. En el caso de que se trate efectivamente de un siniestro forestal, deberá recabar la mayor cantidad de información posible respecto a su ubicación y ser enviado al grupo despachador, donde definirán cuántos y qué equipos se enviarán a terreno para combatir el fuego.
El monitoreo descrito, que comienza con un sonido de alerta, es el trabajo que realiza la Central Unificada de Incendios de la empresa Arauco, que actualmente cuenta con la mayor cantidad de cámaras inteligentes para detectar la presencia de llamas entre la Región de O'Higgins y la de Los Lagos, y que se suma a la labor de vigilancia que realiza Conaf.
En total, la compañía tiene 50 cámaras robots con vista de 360° que están instaladas en puntos estratégicos y de alta ocurrencia de siniestros forestales. Además, la central está conectada directamente con Conaf para la entrega rápida de información al organismo estatal y, así, mejorar los tiempos de reacción al detectar un incendio, independiente de quién sea el propietario del terreno.
La central cuenta con tres partes: la sala de detección, de prognosis (proyección) y de despacho. Cada una cuenta con modernos programas que ayudan a combatir un incendio forestal que está a cientos de kilómetros y, muchas veces, con difícil acceso.
VISTA PANORÁMICA
La Central Unificada de Incendios de Arauco cumplió su segunda temporada de funcionamiento y está emplazada en Concepción para aprovechar la robustez a nivel comunicacional que existe en la ciudad y porque así la compañía mantiene más conectados a sus funcionarios en caso de necesitar coordinarse. Anteriormente habían centrales en La Concha, Constitución, Chillán y Valdivia.
La primera sala de la central es la de detección de incendios forestales y, allí, se dispone de conexión con 50 cámaras robots y 75 torres de vigilancia, desplegadas en los terrenos de la compañía. Cada puesto de trabajo cuenta con más de seis pantallas de computador para ir revisando las imágenes de lo que sucede en tiempo real.
Del total de cámaras, se informó que Maule cuenta con 15, Ñuble con 5, Biobío 14, Araucanía 6, Los Ríos 7 y Los Lagos 2.
Juan Pablo Ríos, supervisor de la empresa Firework, explica que llevan cuatro años funcionando en Chile con la tecnología que permite detectar incendios a través de cámaras. "El primer año fue por un estudio que realizó la Universidad de Chile con Mininco, Conaf y Arauco, donde se probaron solo tres puntos de acción. El siguiente año Arauco escogió 12 puntos, el tercer año fue con 24 y este año ya aumentamos a 50 puntos de detección", sentencia.
En la sala hay seis operadores y cada uno debe trabajar con ocho puntos, excepto Valdivia, que tiene 10 cámaras por la alta ocurrencia de siniestros.
Guillermo Mendoza, subgerente de Asuntos Públicos de Arauco, puntualiza que las cámaras "tienen un alcance de 25 kilómetros en promedio y están instaladas en puntos estratégicos o en las mismas torres de control".
Ríos aclara que "el sistema va detectando por sí solo, a través de fotografías que dividen los 360 grados en 12 imágenes, al llegar las nuevas fotografías las compara con las anteriores y arrastra todo los patrones de búsqueda con humo. El sistema es semiautomatizado, requiere de un operador y es él quien determina si el humo es falso o no".
Las cámaras detectan humo en el día y luces en la noche, como son inteligentes aprenden si el operador les indica un falso positivo, es decir, un lugar donde se detectó un humo pero provenientes de la estufa de una vivienda, haciendo que a la siguiente revisión la cámara ya no lo detecte como anormal.
Además, una vez que se detecta un cambio se lanza una alerta para que el operador revise la imagen y en caso de que corresponda a un incendio, la cámara enfoca y logra obtener la dirección del incendio. También arroja la distancia entre el punto de la torre con el siniestro, un mapa con el nombre del predio, caminos colindantes, entre otros datos. El operador debe tratar de obtener la mayor cantidad de información posible y derivarla a la sala de despacho.
Ríos comenta que los operadores "son chicos que vienen a trabajar por la temporada, los capacitamos y si son buenos, son llamados cada año".
En cada una de estas salas los diferentes turnos cubren las 24 horas, de forma que el monitoreo es constante.
HACIA DÓNDE LLEGAR
La Sala de Prognosis es la más pequeña del lugar, por turno trabaja una persona, más una segunda de apoyo. Es el lugar donde se simula hacia dónde va a avanzar el incendio forestal y, de esta forma, prever un mejor combate resguardando -en primer lugar- las viviendas cercanas.
Héctor Muñoz, analista de Prognosis, comenta que "la simulación nos va a decir en qué lugar es el incendio y cuál es su propagación. En el minuto en que yo tenga eso, se lo mando a la central, a la gente en terreno y a los supervisores".
La simulación se realiza con un software que tiene modelos de terreno, combustible (tipo de plantación, por ejemplo, o cualquier material inflamable), la condición climática, entre otros. Dichas variables en ese momento específico van a determinar cómo se propagará el fuego.
Mendoza puntualiza que "se muestran anillos de propagación y simulan que en una hora el fuego va a estar en el primer anillo y, así hasta por cuatro horas. El avance se considera como si no se estuviera combatiendo el siniestro. Así uno puede ver dónde atacar mejor el incendio, que no afecte casas, infraestructura ni bosque".
La imagen de la simulación puede ser obtenida en menos de un minuto y luego es enviada a través de un programa interno, por correo electrónico y WhatsApp. "Acá tenemos la capa de combustible más actualizada del país, porque el procedimiento que realizamos de actualización es cada 30 días y ese trabajo no se realiza en todos lados. Además, vía satelital, actualizamos el combustible que está fuera de los predios de la comuna. Tratamos de tener la información lo más al día posible e incluyendo todo los terrenos en las zonas que nos competen", agrega Muñoz.
DESPLIEGUE DE EQUIPOS
La tercera y última sala que compone la Central de Incendios es la de despacho de equipamientos. A diferencia de las dos anteriores, es la más amplia y también donde se registra mayor movimiento, por ser temporada de alta ocurrencia de siniestros. Aquí se ve a los despachadores en constante comunicación a través de radios y, también, intercambiando información entre ellos para decidir cuánto es la mejor cantidad de equipos para enviar a combatir el fuego.
Está dividida en cinco zonas: Constitución, Chillán, Arauco, Collipulli y Valdivia, a cargo de un despachador cada uno. Al equipo se suman dos supervisores de soporte que ayudan a tomar la decisión en conjunto sobre los recursos disponibles para el combate y cada cuánto se enviarán.
En su mayoría, quienes aquí se desempeñan han sido brigadistas o torreros que ya tienen experiencia en terreno sobre la detección de incendios forestales y el combate mismo de las llamas
LA OPERATIVA
El subgerente de Asuntos Públicos de Arauco, Guillermo Mendoza, comenta que normalmente siempre envían primero "una brigada terrestre, un avión y un helicóptero. Y la meta es siempre llegar antes de los 20 minutos, normalmente lo hacemos en un lapso mucho menor, porque el incendio cuando es pequeño es más fácil de controlar. Vamos con un sistema de golpe único en que primero va el avión, lo humecta, baja la intensidad y luego está el helicóptero que se despliega y va echando agua, llega la brigada terrestre y lo termina".
Los despachadores están en contacto directo con los brigadistas a través de radio y van registrando su trabajo en un programa que cuenta con un mapa y donde se ingresan los recursos que se enviaron, a qué hora se despacharon, la hora en que llegaron y también el momento de su retirada.
Mendoza destaca que "el 30% de los incendios que combatimos a nivel nacional son de terceros, nosotros somos como los bomberos: vamos al llamado sin importar quién lo hace. También estamos en directa coordinación con Conaf para entregar también información que es relevante y porque entendemos que el fuego es un enemigo común".
Respecto a la implementación de tecnología en el combate de incendio el presidente de Corma, Juan Antonio Ugarte, puntualiza que en "Chile hay 23 Centrales de Protección de Incendios que son instancias público privadas que detectan, coordinan y supervisan el combate de incendios. Estas centrales han sido claves para poder dar respuesta oportuna y eficiente a los siniestros".
En el caso de la Central Unificada de Arauco, su funcionamiento es 24 horas y en temporada alta llega a contar con 60 trabajadores. Mendoza recalca que la implementación de tecnología les ha permitido detectar de forma temprana los siniestros, especialmente aquellos que se encuentran más alejados o en zonas de difícil acceso.