No a la violencia
Ante las injusticias, opresión, abusos, racismos y dictaduras que afectaron a un pueblo; hombres, mujeres y líderes sociales, lograron realizar manifestaciones "no violentas", con el objeto lograr un mundo mejor a costa de sus propias vidas. Entre ellos están "Mahatma Gandhi", quien rechazaba la violencia contra el dominio británico pero, por sus acciones de protesta fue encarcelado varias veces y el 30 de enero 1948, cuando se dirigía a una reunión para rezar, fue asesinado por un fanático contrario a sus ideales.
Martin Luther King, desde joven fue partidario de los derechos civiles, organizó y animó diversas actividades pacíficas, reclamando el derecho al voto, la no discriminación y otros derechos básicos para la gente negra de Estados Unidos; además, participó en numerosas protestas contra la guerra de Vietnam y la pobreza.
Como pastor bautista luchó pacíficamente contra la segregación y el 4 de abril de 1968 fue asesinado por un segregacionista blanco. Ante el estallido social en Chile, recuerdo las palabras del cardenal Raúl Silva: "La violencia venga de donde venga es condenable". "Ni la derecha, ni el centro, ni la izquierda, ni el gobierno, ni el pueblo, tienen derecho abogar con violencia, o sea, a pasar por encima de los cauces de la legalidad, la razón, del bien común, del respeto al derecho de todos".
Derico Cofré Catril
La receta de Kramer
Y el monstruo del festival, no se "comió" a Kramer.
¿Qué pasó?, ¿por qué sus colegas en otros festivales no tuvieron igual suerte, con los pares del monstruo?, ¿qué hizo de nuevo?
En pocas palabras, la receta de Kramer fue estudiar previamente muy al detalle al monstruo que iba a enfrentar, leyó muchas encuestas, revisó sus gustos culinarios, eligió con pinzas los ingredientes de la merienda que le preparó para "entretenerlo", ensayó la rutina, el mismo lo reconoció, en otros festivales, en frente de parientes más pequeños del monstruo viñamarino, todo bien sazonado, a punto, no recocido, ni salado.
Raya para la suma, Kramer le dio al monstruo, lo que el monstruo quería. Nada al azar, nada de redescubrir la rueda, nada de probar bocados nuevos. Una sandía calada, la mejor prueba es que las poquísimas veces que le dio "derechamente" para comer otros sabores que no le agradaban, lo pifió de verdad.
Ojalá que sus colegas humoristas (porque algunos olvidan que Kramer fue contratado como humorista) que lo seguirán las otras noches, aprendan la lección de principio a fin y no terminen siendo "faenados" por el mítico monstruo.
Que conste que se los dijimos.
Luis Enrique Soler Milla
Relato
Cada vez que una autoridad diga: "En Chile , siempre la primera prioridad es el respeto a los DD.HH. y ésa ha sido y seguirá siendo mi principal preocupación" , debería agregar: "En la misma primera prioridad está el respeto a todos los DD.HH. de todos los chilenos y también ésa es mi principal preocupación".
Y si ese relato se hiciera efectivo, esa autoridad sería más justa.
José Luis Hernández Vidal
Marzo está a la vuelta
La insurrección vista en octubre tiene vacaciones al igual que los universitarios y estudiantes secundarios pero estos ya se preparan para volver a clases al igual que las movilizaciones se comienzan a organizar, y claro nada de esto es coincidencia, aquellos que más marchan son este grupo de la sociedad, específicamente los universitarios y lo hacen al retorno de clases donde gozan de más libertad, posiblemente por estar en una ciudad diferente a la de su origen, relativamente solos, relativamente independientes y con tiempo suficiente.
El papel de las universidades en esta revuelta es fundamental, estas instituciones por años anidan y fecundan extremismos de izquierda contrarios completamente a la voluntad de la mayoría (democracia) pero adscritos a la voluntad del asambleísmo, donde se toman importantes decisiones -por ejemplo, paralizar la universidad- por cantidades de votos que resultan irrisorios para la cantidad de estudiantes afectados por acciones de este tipo.
La similitud radica en que tal como en las asambleas son pocos los que deciden, también en la calle son pocos los que destruyen el país, son pocos los que marchan en relación al total de la población pero todos ellos decidieron por sobre nosotros, destruir infraestructura pública y privada, decidieron no dejar trasladarse a millones de personas sin poder éstas llegar a sus trabajos, decidieron paralizar el país sin pensar en los grandes costos que esto traería.
En marzo volverán de sus vacaciones los pocos insurrectos arrogándose la representación de la mayoría y en abril querrán arrastrarnos a una decisión que ellos ya tomaron, pero que nosotros debemos rechazar.
Camilo Villablanca J., estudiante de Derecho.