Hace unos días estuvo recorriendo la diócesis de Chillán la imagen de la Virgen de Fátima ¿Cuál es la relevancia de esta visita? Hace ya más de 100 años, cuando Europa enfrentaba la I Guerra Mundial, la Virgen se apareció a tres pastorcitos en la localidad portuguesa de Fátima en múltiples ocasiones, llevando un mensaje de paz.
Durante los últimos años, la imagen de esta virgen ha recorrido el mundo difundiendo este mensaje. Trece réplicas recorren los cinco continentes. Entre 2018 y 2019, la Virgen de Fátima ha visitado España, Canadá, Brasil, Colombia, Benin, Italia y Argentina, entre otros países, y en Chile tenemos el privilegio de recibir su peregrinación por el país hasta julio de 2020.
En este marco cabe preguntarnos quiénes somos nosotros para que La Madre de nuestro Señor nos visite, y que su peregrinación incluya una parada en nuestra casa, justo ahora, cuando varias de sus paredes han sido demolidas, mientras que otras las estamos reconstruyendo lentamente.
En este complejo momento de la historia, ¿qué nos pide nuestra fe que hagamos? ¿Qué rol nos propone, a los laicos, que tomemos dentro de la Iglesia? ¿Cómo actuamos frente a la realidad de los hermanos lastimados en nuestra propia casa? ¿De qué manera acompañamos a quienes sufren esta convulsionada época? ¿Cómo nos involucramos en la construcción de un Chile que atienda las demandas sociales de quienes más lo necesitan?
La Madre nos visitó en un momento incómodo y se alojará en nuestra casa, en la que vemos más escombros que habitaciones impecables. Pero no nos preocupemos, la base está intacta y, además, ella conoce de pesebres. Quizás lo importante de este momento es recordar, como Benedicto XVI, quién es Ella: "la Virgen para nosotros es la garantía visible y materna de la bondad de Dios, que es siempre la última palabra de la historia".
Entonces, ¿por dónde debemos comenzar? Tal vez el primer paso que debamos dar es hacer un momento de recogimiento, abrazando nuestras fragilidades y reconociendo nuestra pequeñez. La Virgen de Fátima hoy recorre Chile con el mismo mensaje, una visión profética para la reconversión, una señal para trabajar con más ahínco por sanar a Chile y crear el país que queremos, más justo y solidario. Miles de personas ya la han acompañado en su recorrido por el norte y sur de Chile, y hoy es el turno de nuestra región.
Pero la base de nuestra casa está intacta porque ha sido construida sobre roca firme. Allí es donde reside nuestra esperanza. Esperanza que María viene a renovar.
Gisela Trento Vocera Voces Católicas