"Es la hora de la política con grandeza, no de populismos, ni de soberbia"
FISCALIZACIÓN. El creador de "La Belleza de Pensar" dice que colaborará para que en el país primen el diálogo y la tolerancia.
Inmerso en una montaña de teletrabajo, el escritor, poeta y académico Cristián Warnken, director de la Editorial de la Universidad de Valparaíso, pasa la cuarentena entre libros, escritos y la preparación del programa semanal "En Persona", ciclo de conversaciones organizado por el Instituto Chileno Racional de Empresas, ICARE, transmitido a través de las plataformas icaretv.cl, EmolTV y Pauta.cl, en que aborda temas del presente y futuro del país con distintas personalidades del mundo público, empresarial, científico, social y cultural.
El ministro Jaime Mañalich, el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Juan Sutil, y el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, ha estado entre los invitados del ciclo, que comenzó con polémica, por cuanto el cientista político Alfredo Joignant calificó en redes sociales como "lamentable degradación" la entrevista con el ex jefe de la cartera de Salud, ante lo cual el creador de "La belleza de pensar" y "Una belleza nueva" recibió una andanada de respaldos de casi 200 actores del mundo académico, social y político.
Un episodio que da por superado y que espera que sirva para valorar más la tolerancia y la diversidad. Ahora, dice, "hay otras urgencias, trabajemos por Chile, por salir delante de esta crisis colosal…No nos perdamos en eso…".
Unidos en la diferencia
- ¿Cómo ha sobrellevado junto a los suyos el confinamiento al que todos estamos obligados?
- Como todos los seres humanos: con momentos buenos, otros malos. Lo más duro es que los niños no puedan correr, botar energía física y que estén sometidos al pantallismo esta vez desatado. Uno se siente privilegiado, pero lo que más añoro es el mar... lo abierto.
- Tal vez ni en nuestras peores pesadillas visualizamos que íbamos a estar acorralados por una pandemia para la cual no hay cura…cuando las potencias empezaban a preparase para llegar a Marte. ¿Cuál ha sido su reflexión recurrente en estos meses?
- Lo único que queda claro es que hay abstenerse de hacer pronósticos y futurología. La realidad humana global es demasiado compleja para respuestas o pronósticos simplistas. Lo que no deberíamos olvidar nunca más, a partir de esta pandemia, es la extrema fragilidad de la vida humana y la vulnerabilidad de nuestro mundo. Creíamos que teníamos el control técnico del mundo y la biología volvió a tocar nuestra puerta: un virus nos dice "eres naturaleza".
- Pero además Chile está doblemente golpeado porque el coronavirus empezó a diseminarse cuando todavía no existía una solución a la crisis de octubre. ¿Saldremos convertidos en un país esencialmente distinto?
- Por lo que dije antes, me resisto a hacer pronósticos. "Espera y hallarás lo inesperado"-decía Heráclito. No sé lo que va a pasar, pero sí voy a poner mi energía en colaborar en lo que pueda para que primen el diálogo y la tolerancia, porque de esta crisis sólo salimos unidos, unidos en la diferencia. Vamos todos en el mismo barco, cualquier otra actitud me parecería suicida e irresponsable.
REFORMAS POTENTEs
- ¿Falló el Gobierno al ejecutar un manejo vertical de la crisis sanitaria? Independientemente de que la ciencia no haya tenido un planteamiento unívoco en esta pandemia y de la diversidad de estrategias que han aplicado los países, ¿no debió haberse abierto a otras voces?
- Es fácil criticar al Gobierno. Claro que ha cometido errores y es verdad que un estilo vertical impide incorporar otras voces que siempre enriquecen un diagnóstico. Pero la urgencia, el trabajar contra el tiempo atenta contra eso. Hay tantas voces, visiones distintas (incluso entre epidemiólogos) que no debe ser fácil tomar decisiones. Hasta el momento esto no ha sido la catástrofe de Italia y España, o EE.UU. o Brasil. Seamos justos. No es el momento de criticar al gobierno, hay que poner a disposición de las autoridades todo lo que pueda agregar.
-¿Los sufrimientos de la pandemia atenuarán la polarización del conflicto de octubre o la incrementarán al punto que éste sólo está suspendido y resurgirá después de la crisis sanitaria? ¿De qué depende que se canalice por la vía pacífica?
- El estallido social instaló temas que antes estaban invisibilizados, y creo que muchos sectores -incluyendo el empresariado- acusaron el golpe. Hay que hacer Reformas, pero no una Revolución, como parece que sectores más radicales ensueñan. Reformas potentes, acercarnos a un Capitalismo compasivo o más democrático, donde se respeten, al menos, los principios de Adam Smith, el padre teórico del mismo Capitalismo que se debe haber revolcado en la tumba con las colusiones, los monopolios, etc. Un Capitalismo más socialdemócrata, pero para eso hay que modernizar el Estado, que parece capturado en parte por grupos políticos de distinto origen. Hay que reformar el Mercado y el Estado, pero siempre dentro del sistema democrático, nada de aventuras jacobinas, que sólo traen más violencia y más sufrimiento a los pueblos.
ANOMIA MORAL
-¿Cuál es su lectura sobre el conflicto racial en Estados Unidos?
- Estados Unidos tiene que volver a leer a Walt Whitman, el poeta "campeón de la democracia". Su voz convoca a todos, incluye a todos en un gran abrazo. El poeta de la Democracia en el sentido más amplio invita a un salto de conciencia,a una evolución que Estados Unidos parece que ha hecho a medias, a pesar de los avances en discriminación racial.
- ¿Qué similitudes le ve con lo ocurrido en Chile?
- Sí, hay una ira acumulada en distintos puntos del planeta, y parecen repetirse hechos de violencia similares. Hay que estudiar por qué… Vale la pena releer a Sloterdijck y su ensayo El Tiempo y la ira. La ira es muy antigua, pensemos en la cólera de Aquiles. Lo que es criticable es generar "bancos de resentimiento" y administrarlos políticamente. En EE.UU. eso sí, la mayoría terminó rechazando el caos en las calles y al mismo tiempo adhirió a la defensa de la dignidad humana. En Chile, sufrimos una suerte de anomia moral frente a la violencia... hay que revisar por qué... ¿nos falta más cultura e historia democrática? Entiendo la ira frente a las injusticias, pero la ira no puede autodestruirnos... entiendo la indignación, pero hay que darle cauce no desatarla sin límites.
- Le extrañó que en la masiva marcha del 25 de octubre no hubiese un rechazo a la violencia expresada en la destrucción del Metro, incendios y saqueos, pero más aún que "intelectuales, docentes universitarios, personas con formación filosófica, se presten para darle piso teórico a la violencia".
- Hay que releer el lúcido ensayo de Jorge Millas, filósofo chileno, Las máscaras de la violencia. No hay que enmascarar la violencia, banalizarla. Sí, la violencia es parte de la historia, pero la democracia es justamente el invento de nuestra civilización para permitir nuestra difícil coexistencia, con reglas e instituciones, si no nos espera el tribalismo, la barbarie y el totalitarismo. Y están los formidables ejemplos de las rebeldías pacifistas: Mandela y Ghandi, exitosas además. ¿Por qué entonces insistir en la destrucción como arma política eficaz?
Reality permanente
-A comienzos de marzo, en un programa de radio, planteó que "desde mucho antes del estallido social la política chilena ha estado atrapada en la farándula" y que "los políticos actúan con temor y cobardía, sin convicción, para sacar el apuso fácil de las redes sociales que son el circo romano contemporáneo". ¿Mantiene esos duros juicios?
-Chile entero ha vivido adentro de un reality show permanente. La frivolidad, la falta de reflexión, de espesor, nos están pasando la cuenta. Las redes sociales no pueden constituirse en el espacio público: en ellas, prima el narcisismo, el individualismo y la intolerancia, lo más primario y pulsional del ser humano. Hay que cultivar la conversación y el diálogo, arriesgarse a ser refutado racionalmente por otro.
- ¿La rapidez con que el Parlamento ha actuado en la aprobación de leyes de emergencia para que personas y empresas puedan enfrentar la pandemia no lo hace cambiar de opinión? La directora de Latinobarómetro, Marta Lagos, lo calificó como un desempeño extraordinario.
- Nunca es tarde para mejorar… Ojalá esta pandemia nos cambie a todos, nos pula, nos haga hacer un salto de conciencia tan importante en tiempos tan autodestructivos…
- En marzo, a propósito del 18-O, se preguntaba "cómo no vamos a ser capaces de movilizar nuestros mejores recursos intelectuales humanos, políticos, éticos, para darle una deriva a esta crisis, sin caer en delirios refundacionales de partir todo desde cero". ¿Eso aún está por verse?
- La escasez que viene debiera llevarnos a ser más prudentes, a mirar todo en perspectiva, a no demonizar el pasado ni idealizar el futuro. A buscar un equilibrio entre la autocomplacencia y la autoflagelación. La vida tiene más claroscuros que las consignas o las ideas hechas nos quieren hacer creer. Hay que aprovechar esta crisis para crecer: que la clase política se pegue un salto de conciencia (que dejen de ser la politocracia que son...), que los ciudadanos no sólo exijamos derechos sino también cumplamos nuestros mínimos deberes (como respetar reglas de autocuidado en la pandemia), que los empresarios abandonen la desmesura , que los comunicadores se rebelen contra la farándula y el facilismo...tenemos harta pega por delante, como verá.
"La escasez que viene debiera llevarnos a ser más prudentes, a mirar todo en perspectiva, a no demonizar el pasado ni idealizar el futuro. A buscar un equilibrio entre la autocomplacencia y la autoflagelación".