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Escuelas de reingreso
En tiempos normales -sin pandemia-, los establecimientos de educación básica y media y los de educación de adultos que funcionan como escuelas de reingreso educativo hacemos una labor clave para asegurar el derecho a la educación de niños, niñas y jóvenes que han sido excluidos del sistema escolar o presentan un alto rezago. Y desarrollamos esa delicada tarea de recuperación de talento sin contar con una modalidad educativa reconocida y, por lo mismo, sin un sistema de financiamiento ad hoc.
Ahora -en pandemia y con una enorme crisis social y económica en curso-, hacemos lo mismo con el agravante de que la subvención que estamos recibiendo mensualmente está siendo calculada en función de la matrícula y asistencia promedio de los primeros 15 días de marzo de 2020, lo cual representa un perjuicio financiero enorme. Esto debido a que, a diferencia del sistema tradicional de educación, la matrícula de nuestras escuelas se mantiene abierta durante los meses de abril y mayo, aumentando en ese periodo al igual que la asistencia.
En Chile existen más de 186 mil niños, niñas y jóvenes excluidos del sistema educativo, los cuales pertenecen en su mayoría a los dos primeros quintiles de ingreso. Es decir, a la población más vulnerable. Estos jóvenes, cuando retoman sus trayectorias educativas, en general lo hacen a través de la modalidad adultos, la cual es más flexible y apropiada a su realidad. Considerando, sólo la educación de adultos, son alrededor de 500 los centros escolares que atienden a este perfil de estudiantes.
Las escuelas de reingreso educativo estamos realizando todos los esfuerzos posibles para continuar con nuestra labor educativa a distancia en estos tiempos de pandemia, fortaleciendo aprendizajes y atendiendo a las necesidades socioemocionales de nuestros estudiantes. Pero, transcurridos ya tres meses de suspensión de clases presenciales y con las subvenciones mermadas por un cálculo que no considera nuestra realidad, se nos está dificultando realizar nuestra tarea.
Liliana Cortés, directora ejecutiva de Fundación Súmate y otros firmantes
Telesalud y Fonoaudiología
Muchos países, debido a la pandemia, ya están con atención fonoaudiológica en la modalidad de telesalud como parte de los servicios de sus sistemas de salud público y privado.
El fonoaudiólogo puede hacer uso de la telesalud como forma de atender al bienestar biopsicosocial de las personas por las más diversas razones: el usuario imposibilitado de movilizarse hacia un servicio de salud, cuando existan condiciones variadas que impidan la atención presencial (como es el caso del momento actual), como soporte o apoyo al tratamiento. Las aplicaciones de telesalud en audiología, por ejemplo, son propuestas de soluciones a la falta de servicios ante una demanda creciente y al problema de ciudades lejanas con pocos profesionales más especializados de la salud.
El profesional debe responsabilizarse por la parte técnica y legal de su intervención, sea de forma sincrónica, asincrónica o mixta. Así, debe evaluar con mucho criterio el usuario que puede ser atendido en la modalidad telesalud, la calidad de la información que emite y que recibe, como también los procedimientos y acciones que debe seleccionar para cada individuo o grupo. Las normas de bioética deben ser respetadas y la literatura presenta las recomendaciones pertinentes ya que la confidencialidad, los beneficios y la seguridad del usuario/grupo tienen que ser mantenidos por todos los medios.
Ana Paula M. G. Mac-Kay,Escuela de Fonoaudiologia UST
Fondos previsionales
Llama enormemente la atención que parlamentarios de oposición aún estando informados, prefieran retirar el 10% de los fondos previsionales, que alternativas con menores costos para los trabajadores, como la del ejecutivo de entregar liquidez a las familias vía créditos de gobierno a tasa 0 y con facilidades de pago.
Como si fuera algo inevitable, parlamentarios optan - cual caballo de carrera - por golpear las pensiones de todos los chilenos, afectando sus ingresos futuros. Lo anterior, sin considerar, que aunque el retiro sea con devolución, ese dinero no se recuperará dada la perdida en rentabilidad.
Lo que es aún más grave, es que algunos eligen no reconocer el error, y agravarlo argumentando que el chileno promedio ya está endeudado y que las pensiones son bajas. Mostrando así, un enorme aprovechamiento político, mezclando problemas distintos, confundiendo a la ciudadanía e imponiendo una agenda propia.
La pandemia ha quitado todas las máscaras, nos ha dejado ver a aquellos dispuestos a enfrentar los problemas con propuestas apropiadas y realistas, y a aquellos cercanos al aplauso fácil, el oportunismo y malintención.
No nos confundamos, el retiro empobrecerá a Chile, es una alternativa a costa de las pensiones y de la estabilidad del país. Que la ideología no nuble nuestra vista.
Marcos Balmaceda