Hablar de superar catástrofes es una condición que prácticamente está en nuestro ADN. Por décadas los chilenos hemos sido protagonistas de grandes desastres que han arrasado con bienes materiales, recursos y vidas humanas, sin embargo, si hay algo que siempre ha quedado en pie, es la fe.

Justamente, la esperanza de la reinvención y superación, es el aliciente que nos motiva a tolerar las situaciones adversas y a abordar con mayor optimismo los cambios que proponen los grandes remezones.

Estas 15 semanas de crisis sanitaria se han convertido en el escenario donde muchos han mostrado lo mejor de sí mismos en beneficio de los demás, y también en el espacio donde unos pocos persisten exhibiendo el irrespeto que sienten por las normas, orden, integridad y la vida.

En ese profundo sentido de superación y compromiso, el trabajo de Carabineros en Ñuble cobra mayor valor, pues cada funcionario y funcionaria, con una vocación indiscutible, sale a la calle sin importar el frío, lluvia o cualquier condición, a defender al vulnerable y a asegurar la tranquilidad, porque "Somos del débil, el protector".

Aún con la fuerza de la convicción y la resistencia de nuestro estandarte, los Carabineros también estamos propensos frente a la pandemia. No tenemos corazas impenetrables, por lo que muchos de nuestros hombres y mujeres se han contagiado de Covid-19 en el cumplimiento del deber.

Sin embargo, en lugar de mitigar nuestro coraje, eso nos impulsa a mantenernos firmes en la "primera línea" de la prevención, de la protección de la integridad de las personas y del cuidado de la vida. No sólo estamos presentes en los controles y fiscalizaciones, donde hemos detenido a casi cinco mil personas por incumplimiento de medidas sanitarias, también somos uno de los canales efectivos de ayuda comunitaria, ya sea en la distribución de kits de alimento y abrigo para familias vulnerables, acompañando a los pensionados en el pago de sus beneficios, acercando medicamentos a personas de sectores rurales o entregando consejos de autocuidado en campañas puerta a puerta a miles de vecinos.

Estamos con la comunidad día y noche en un incansable despliegue, expuestos pero seguros de que todos los esfuerzos ayudarán a derrotar al enemigo. La responsabilidad y conciencia son decidores en este momento para marcar la diferencia y obtener la victoria.

General Mario Sepúlveda Jefe de la XVI Zona de Carabineros Ñuble.

El Estado y sus finanzas se han visto gravemente afectados, y todos los sectores de la sociedad chilena han sido severamente perjudicados, especialmente la clase media y los sectores más vulnerables. Son tiempos de adversidad y dolor, por ello la misión del Gobierno es hacer sus máximos esfuerzos para proteger y llevar alivio a todas las familias que lo necesitan. En este último tiempo hemos sido golpeados por la crisis social y la pandemia sanitaria del Coronavirus, lo que no esperábamos y hoy nos está llevando a una de las mayores recesiones económicas de la historia del país. Por estas razones, en los últimos 4 meses se ha construido una red de Protección Social para proteger los empleos, los ingresos y poder ir en ayuda de las familias que, fruto de la pandemia han visto mermados sus ingresos, en especial los más vulnerables y la clase media. Sin embargo, siendo conscientes de que aún no es suficiente, el Gobierno presentó un nuevo plan que va en ayuda de la clase media. Las medidas de Protección a la clase media apuntan a acompañar y apoyar a las familias cuando deban enfrentar estas adversidades. Este plan, anunciado recientemente por el Presidente Piñera, incluye 6 programas adicionales a la Red de Protección Social y se enmarca dentro del acuerdo alcanzado con un conjunto de fuerzas políticas para mejorar la protección social e impulsar la recuperación económica. Entre ellas medidas de ayuda directa, a través de transferencias directas al bolsillo, subsidios y préstamos solidarios para aquellas familias que se han visto golpeadas por la pandemia. En materia de transferencia; un aporte directo clase media y el préstamo solidario. El primero se trata de un bono no reembolsable de $500 mil pesos a todos los trabajadores de clase media -ocupados cesantes, suspendidos o independientes-, cuyos ingresos se ubicaban antes de la crisis entre $500 mil y $1,5 millones y que producto de la crisis se han reducido en al menos un 30%. Se considera también en forma decreciente a trabajadores que recibían entre $1,5 y $2 millones y que también hayan visto reducidos sus ingresos en al menos 30%. Así también el subsidio de arriendo para arriendos de hasta 600 mil pesos, con una transferencia de hasta 250 mil pesos. En préstamos, el solidario del Estado que irá destinada a aquellas personas cuyos ingresos mensuales sean superior a $500 mil, con una tasa real 0%, contingente al ingreso y con un año de gracia, y el que permitirá la postergación de dividendos hipotecarios. Finalmente, la ampliación, la postergación de las contribuciones a viviendas que tengan un avalúo fiscal inferior a 5 mil UF y el nuevo plazo para postular al CAE, todo direccionado a aquellas familias que han perdido drásticamente sus ingresos a causa de la pandemia. Se trata de medidas responsables y con amplia cobertura y apunta a las necesidades más vitales de la clase media, en especial recursos para el día a día, préstamo para cubrir gastos fijos necesarios y ayuda para sortear el permanente gasto que una familia debe hacer frente en vivienda, sea arriendo o sea dividendo. Seamos responsables. No nos dejemos llevar por planteamientos populistas, el Gobierno está haciendo todos sus esfuerzos para superar estas adversidades, si estas medidas son insuficientes para la clase media deberán complementarse y el estado debe hacerse cargo de los efectos de la pandemia y auxiliar a quienes no son sujetos de beneficios y sostienen la economía nacional, todo ello deberá hacerse sin afectar el bienestar futuro de la población y la calidad de vida de las familias chilenas.

Frank Sauerbaum Diputado por Ñuble.

El Ministerio de Educación acordó con las asociaciones de municipalidades, que las escuelas y colegios podrán tomar una semana de pausa pedagógica, de preferencia en julio, así como otra semana de vacaciones durante las Fiestas Patrias, en medio de la suspensión de clases presenciales decretada por la pandemia del covid-19.

La crisis sanitaria obligó al sistema escolar a poner aceleradamente en marcha el mecanismo de teleducación, que ha permitido que en los establecimientos hayan continuado las clases a distancia, en sus comienzos probablemente sin un plan muy metódico. Las instituciones educativas pusieron rápidamente en marcha dispositivos en línea para que la emergencia sanitaria no obstruyera los procesos planificados de enseñanza y aprendizaje. De esta manera, a partir de marzo del presente año, la manera en que se enseña ha cambiado radicalmente.

Los profesores han incorporado herramientas nuevas en sus clases, posiblemente por primera vez, y los estudiantes están experimentando nuevos métodos de aprendizaje desde sus casas.

La medida de pausa en las actividades se fundamenta en que el impacto de la pandemia en el sistema escolar ha significado implementar medidas de adaptación, innovación y flexibilización respecto a la forma de llevar a cabo procesos de educación a distancia.

Desde luego que éste no será un período escolar normal, por la pandemia que afecta al mundo, por lo que hubo que ajustar la metodología y adaptarse a las nuevas condiciones. Pero a medida que pasaron las semanas, las universidades y los colegios recurrieron a la modalidad de educación a distancia promovida por el Ministerio de Educación, aunque ésta no sea comparable con las clases presenciales.

Es una situación que golpeó fuerte a todos los países, por lo que se calcula que más de 1.500 millones de estudiantes se encuentran en casa, en todo el mundo, debido a la contingencia y las naciones han debido afrontar un escenario sin precedentes, con colegios y universidades físicamente cerrados, aunque conectados en línea.