A cuidar el lenguaje
La ciudadanía está cada día más atenta y propensa muchas de las barbaridades idiomáticas que se difunden.
El tema parece superfluo. Pero no es menor: la pandemia que afecta al mundo ratificó un problema que tiene larga data en Chile: la incultura. Dentro de ella, la pobreza del lenguaje de diversas autoridades y de numerosos profesionales de los medios de comunicación. Esto, en un contexto donde la ciudadanía está cada día más atenta y propensa muchas de las barbaridades idiomáticas que se difunden en pantalla y fuera de ella,
Vamos en orden. Se tornó habitual el empleo de la redundancia "hace unos días atrás". Ocurre que el "hace" ya está marcando tiempo pasado,
Lo mismo ocurre con la expresión "ardió en llamas". ¿Conoce el lector otra forma de arder? Y qué decir de las "terribles tragedias". A no dudarlo, las tragedias alegres no existen Por eso son tragedias. Igual sucede con "los dolorosos dramas" y las "batallas campales". Estas últimas, se libran en el campo, y no en las calles
Hace algunos días, con motivo de las fuertes lluvias que afectaron a la zona centro sur, una conocida animadora de televisión informó, muy suelta de cuerpo, que "el agua y el barro" entraron adentro de la casa". Por lo que es sabido, lo normal es entrar adentro. Lo extraño sería entrar afuera.
En otro canal, se informó que "el Presidente de la República tomó una desición". Habría sido mucho más correcto que adoptara una decisión.
Un ministro de Estado sostuvo: "El último informe informó". Ninguna novedad. Lo normal es que los informen se empleen para informar.
En otra nota, los créditos difundieron la siguiente ortografía para el bronce: "CONFIRMADO: EXTRICTO PROTÓCOLO EN LAS ELIMINATORIAS". Parece que el generador de caracteres no fue muy ESTRICTO ni tampoco se dio cuenta que PROTOCOLO no lleva acento.
A l os errores mencionados se suma el abuso de los adverbios: "En el incendio, el cuerpo resultó totalmente calcinado". Con decir "calcinado" es suficiente.
En la expresión oral pura no andamos mucho mejor, pedimos al lector que haga "zapping" por los canales y se cuenta que se extendió la moda de fingir dificultades al hablar. Todos los días, a cada rato, se escuchan perlas como éstas: "Estoy seguro de de de..." , "Pienso que que que". Esta moda comenzó entre los conductores y se extendió a parlamentarios y otras autoridades". Es realmente penosa.
Suma y sigue. Antes de iniciar correctamente una respuesta, muchos emplean la muletilla "la verdad es que..." ¡Terminan por aburrir!
No pretendemos dictar cátedra. Pero sí señalar que las autoridades y quienes trabajan en los medios tienen la obligación de usar correctamente el lenguaje.
Juan Carlos Rojas Académico y periodista