Alfareras trabajan en Plan de Salvaguarda para ir a la Unesco
RECONOCIMIENTO. Una mesa intersectorial se activó en Ñuble para continuar con el proyecto que lista de Patrimonio Cultural Inmaterial el trabajo ancestral.
El trabajo generacional de la greda y los saberes ancestrales de los alfareros de Quinchamalí y de Santa Cruz de Cuca podrían contar con el reconocimiento mundial de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que otorga la Unesco, acción que busca la salvaguarda del patrimonio cultural no tangible.
Con respecto a las gestiones que se adelanta en esta materia, Mónica Venegas Rojas, alfarera activa de Quinchamalí, recordó que desde hace más de 2 años "venimos trabajando para estar en la lista representativa de la Unesco. Hemos tenido que sortear muchas vallas, la burocracia, los protocolos, todo lo que pasó en octubre pasado, ahora la pandemia. Efectivamente se ha hecho el trabajo", e igualmente ella como parte de los actores principales espera la reunión que se realizará este jueves para avanzar con respecto al Plan de Salvaguarda.
Entre los antecedentes con los que cuenta esta comunidad para comprobar ante instancias como la Unesco que la tradición de la alfarería puede ser considerada como patrimonio cultural inmaterial, que incluye prácticas y expresiones vivas heredadas de antepasados y transmitidas a descendientes, Venegas Rojas, indicó que "durante estos años que llevamos trabajando la historia nos acompaña porque al ser postulados como tesoros humanos vivos, obtenido la denominación de origen, todo esto conlleva a una investigación de lo que nosotros representamos".
La alfarera estimó que lo que hace falta "es complementar más la información", la cual se retomará en la reunión con los representantes del Ministerio de las Culturas y la Municipalidad de Chillán.
Una de las fortalezas con la que contaría el Plan de Salvarguarda que debe ser diseñado y presentado bajo una mirada intersectorial, es que se podrían honrar siglos de prácticas ancestrales, porque "esto es antiquísimo, ante de que llegaran los españoles, ya había registros de alfarerías aquí en la comunidad indígena de Quinchamalí, así que estaremos honrando toda la historia, desde los comienzos de Chile".
Con respecto a los alcances de esta labor la alfarera refirió que "para nosotros va a hacer muy importante tratar de terminar este trabajo y poder ascender a esa lista porque lo que nosotros queremos concretar es darle la posición que merece la alfarería de Quinchamalí por ser representativo de una comunidad que es histórico, típico y tradicional".
Una voz más joven es la de alfarera Nayaret Muñoz, quien desde el 2009 apuesta por transmitir los conocimientos heredados de sus antepasados, y ante el estatus de los trabajos que se adelantan con respecto al proyecto afirmó que "hasta los momentos ha ido súper bien, ha tenido buena acogida entre las alfareras, además que es una muy buena iniciativa que podamos pertenecer a Patrimonio de la Humanidad".
Compartió al igual que Mónica Venegas que "se ha trabajado, pero con todo esto del covid como que se estacó un poco el tema de las reuniones, pero nos ha ido súper bien".
Recapituló que "hasta el momento se han reunido las firmas de las alfareras, se han dictado talleres, se han otorgado reconocimientos a las alfareras más antiguas y se ha trabajado en una página web".
Trabajo sostenido y riguroso
La seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en Ñuble, María Soledad Castro, afirmó en cuanto a la labor que "hemos llevado adelante un trabajo sostenido de investigación, participación ciudadana y acciones de salvaguardia que permitan pavimentar el camino para que la alfarería de Quinchamalí pueda ser reconocida como patrimonio cultural inmaterial en todo el mundo, pero sobre, todo para poder asegurar que esta la tradición alfarera pueda seguir transmitiéndose a las nuevas generaciones y produciéndose de manera sustentable social y económicamente".
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