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Telemedicina e interoperabilidad
La pandemia reafirmó la importancia de la interoperabilidad en la salud. Las contingencias suelen ser un impulsor de las tecnologías médicas, no solo informáticas, históricamente ha sido así. Sin embargo, el gran avance con esta pandemia ha sido, justamente, lo vinculado a las tecnologías de información y al flujo de ésta, ya que es lo que permite tomar decisiones adecuadas y reaccionar a tiempo. En Estados Unidos, por ejemplo, en el punto máximo de la pandemia el 69% de atenciones fueron en forma virtual (hoy solo es del 20%).
Si bien el mundo está cambiando, se observan necesidades similares en lo referente a la salud y en este sentido la telemedicina permite dar continuidad a la atención sin requerir la presencia física para ciertas atenciones. Pero para que ésta sea efectiva se requiere de la interoperabilidad, ya que no se puede entender de forma aislada de la telemedicina. Es más, la finalidad de ésta se ve limitada por la falta de interoperabilidad, ya que no permite fluidez en los tiempos de respuestas, como sería entre la realización de un examen y sus resultados, por ejemplo, o hacer un adecuado seguimiento de los pacientes, clave sobre todo en pandemia.
Sin duda, acceder a la telemedicina se hace más difícil en lugares donde no está implementada una plataforma tecnológica que permita la emisión de una ficha electrónica, o contar con portales adecuados para la interacción con pacientes y acceso a registros clínicos en línea, por nombrar algunos. Pero de todas formas se debe trabajar en la maduración de la tecnología, para que ésta no se realice por plataformas que no son las más adecuadas para ello. Las interacciones deberían darse por medio de un clínico entrando a un portal y el paciente accediendo por medio de esa misma plataforma a su información de salud.
La utilidad de la telemedicina la conocemos hace tiempo, pero se hizo más evidente por la crisis, ya que vino a resolver el contacto entre clínico y paciente soportado por una plataforma tecnológica. Lo que ahora nos toca es brindar la posibilidad de que la telemedicina persista y sea una alternativa.
Alfredo Almerares, Physician Executive InterSystems Chile
Discriminación en tiempos de COVID 19
Potencialmente todos somos vulnerables al Covid-19, por lo que mantener una actitud defensiva con quienes nos rodean no constituye necesariamente una práctica discriminatoria. La discriminación ocurre cuando nos distanciamos de forma arbitraria de algunos grupos por que "nos parecen de mayor riesgo" y no de otros. Incluso la posibilidad de evitar contraer el virus adoptado ciertas medidas puede precipitar que veamos a quienes contraen la enfermedad como culpables por padecerla, pero debemos recordar que aún sabemos poco sobre ella.
La discriminación no solo daña a quienes son víctimas de ella, sino que también tiene el potencial de perjudicarnos a todos. Cuando una persona se siente discriminada por una alguna condición médica puede intentar ocultarla. Actualmente, ya se han detectado rebrotes en diferentes partes del mundo y una de sus consecuencias han sido eventos más evidentes de discriminación. Un ejemplo es lo que sucedió recientemente en Alemania, en donde la reaparición de casos gatilló eventos de violencia contra quienes vivían en la localidad afectada.
Especialmente en estos tiempos debemos estar atentos a la forma en que nos relacionamos con los demás. Lamentablemente, estamos emitiendo juicios, sacando conclusiones apresuradas y excluyendo de manera arbitraria a quienes padecen o pesamos que padecen COVID 19. El problema es que protegernos de algunos puede terminar perjudicándonos a todos.
Víctor Manuel Pedrero Castillo , académico Facultad de Enfermería de U. Andrés Bello
Retorno a clases
Según estimaciones del Ministerio de Educación y el Banco Mundial, en sectores vulnerables solo el 27% de los estudiantes ha podido acceder a educación a distancia, con proyecciones de que, en un escenario pesimista, se podría retroceder hasta en 1,3 años de escolaridad promedio. Si aplicamos estas consideraciones a territorios rurales, el pronóstico es aún peor: allí la vulnerabilidad antes de la pandemia ya era más del doble que en zonas urbanas (37% de pobreza multidimensional), las personas tenían 2,2 años en promedio menos de escolaridad; sin contar que solo el 17% de las viviendas tienen acceso a internet fijo.
Varios expertos en el tema han afirmado que no existe una manera perfecta de reabrir las escuelas durante una pandemia e incluso cuando un país tiene los contagios por covid-19 bajo control. Las políticas y prácticas de los países que han tenido cierto éxito inicial con la reapertura escuelas apuntan en la misma dirección: un retorno parcial y la implementación de protocolos de sanidad en conjunción con una política donde la asistencia tenga un carácter voluntario.
No dejemos que niños, por su vulnerabilidad, se queden sin educación. El retorno debe ser gradual y debe darse de modo flexible y en comunas en que los casos sean bajos.
Verónica Santana